sábado, 21 de mayo de 2016

Los retos del vídeo en 360º para revolucionar los contenidos

Los vídeos en 360º son una de las grandes tendencias en la actualidad tecnológica junto a la realidad virtual y la realidad aumentada. Analizamos qué factores tienen que cambiar para pasen de promesa a realidad.


Kichigin – ShutterstockKichigin – Shutterstock

La industria de los contenidos audiovisuales ha estado estancada durante muchos años en cuanto a la forma de mostrar los contenidos. Esto no es necesariamente malo. Las grandes producciones en cine y televisión llegan al espectador con independencia del estado en que se encuentren. Por otra parte, la historia ha demostrado que cuando no se posee excelencia a causa de deficiencias técnicas, es mejor no apostar de forma prematura por una tecnología. Los vídeos en 3D son el mejor ejemplo de ello. Cabe preguntarse si los vídeos en 360º están ya en un nivel adecuado como para convencer.


El potencial, es muy alto, sin duda. Cuando se visiona un contenido, a menudo se puede echar en falta mayor contexto de un paisaje, una habitación o una avenida. Es algo a lo que el vídeo tradicional no puede aspirar, ni incluso logrando imágenes ultrapanorámicas. El vídeo en 360ª cumple justo ese cometido. Esté donde esté ocurriendo la acción, el espectador podrá observar, de pies a cabeza, la riqueza del entorno. Permite, como se puede ver, alcanzar un nivel mucho mayor al contar las historias. Sin embargo, el primer problema puede llegar como al vídeo en 3D, aunque justo en sentido opuesto.
La necesidad de la profesionalización



El vídeo en 3D se popularizó a raíz de grandes proyectos como Avatar. Esto es muy importante, porque sienta una base no sólo de lo que puede llegar a ser, sino de lo que es a día de hoy un formato. Descubres sus bondades y adquieres un televisor 3D. El problema en 360ª es contrario, ya que aunque se han hecho cosas a nivel profesional, son YouTube, Samsung o Facebook sus máximos valedores ahora mismo. Los contenidos se quedan, por tanto, en un nivel social muy interesante para ver qué hacen nuestros amigos, pero con una calidad muy baja como para pensar en una gran inversión a raíz de ahí.
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A su prima hermana la realidad virtual también le pasa justo lo contrario, la pruebas en un kit barato, y siempre te quedas con ganas de más. Por tanto, el primer reto para revolucionar los contenidos es que existan más allá de lo amateur. Pero precisamente la magia del cine está en contar la realidad que está en la imaginación del director con planos. Pasar a mostrar todo requiere un planteamiento muy distinto que no siempre será compatible. Es decir, será difícil pensar en el vídeo en 360º como sustituto del tradicional. Simplemente, convivirán, como tantas veces se ha dado en la historia de la tecnología.
Democratización




Las Gear VR son un gran ejemplo de cómo llegar al gran público.

En un estadio incluso anterior, para que lleguen los contenidos sociales será necesario que las cámaras se democraticen, y al estar en los comienzos, la reducción de precios, de hacerse, sería en detrimento de una calidad que de momento ni siquiera ha alcanzado un nivel comparable al de los vídeos normales. Por tanto, será muy importante que el período entre la actualidad y el del momento en que todo el mundo pueda adquirir una cámara, como ha ocurrido recientemente con las de deportes, sea corto.

A nivel de reproducción el problema no se ha dado, porque la mayoría de smartphones muestran el vídeo en 360º sin problemas, y si se desea reproducir con mayor inmersión, distintas soluciones de realidad virtual, como Gear VR, pueden ser asequibles.
Cambio radical en el modo de consumir contenidos



Por último, los vídeos en 360º van un poco en contra del tipo de reproducción que estos días se hace de los contenidos. Salvo en salas de cine, la era de estar concentrados con hacer nada más, ya pasó. Ahora, mientras los espectadores ven series o películas, las comentan en redes sociales o simplemente hacen consultas de cualquier tipo. El vídeo en 360º no permite eso, y demandar al usuario un tiempo de visitando alto puede llegar a cansar o incluso a aburrir. No es un problema inherente a la tecnología y habrá que ver cómo se podría solucionar, lo que está claro es que habría encajado mejor en las sociedades más estáticas de hace unos años.

El vídeo en 360ª es una realidad presente muy prometedora, pero para llegar a generalizarse necesitará de un gran esfuerzo por parte de público y productores. Si las propuestas son buenas y logran atraer, marcar otra época. Este y otros temas relacionados con temáticas y tendencias futuras se están debatiendo en el Festival of Media en Roma.

Fuente: hipertextual.com

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