viernes, 3 de febrero de 2017

Black Mirror, una serie no tan alejada de la realidad

Fuente: variety.com“Black Mirror: los horrores que ya vivimos (y no te diste cuenta)” es una de las notas que componen la edición de enero de la revista InfoTechologhy. Allí, se analizan las ideas de la serie que se basa en teorías y tecnologías futuristas, pero que ya fueron reproducidas en el mundo real.

La revista señaló que Black Mirror busca debatir sobre los “problemas éticos y sociales de la llamada 'revolución tecnológica'” como la “alineación social, el narcisismo de las redes sociales, la glorificación del gaming en su consigna más violenta, el bullying virtual, la pornografía infantil o la posibilidad de crear vida después de la muerte”.

Planteado esto, el medio especializado enfocó en los “horrores” que ya están fuera de la pantalla de Netflix:

*Abejas robóticas y asesinas: detalló InfoTechologhy que el problema del colapso de las colonias de abejas no es nuevo. “El problema no es menor: sin abejas para polinizar las flores, toda la agricultura está en peligro”, sostuvo. Y anotó que en Black Mirror una startup crea abejas robóticas que, mediante sensores, logran reemplazar el trabajo de los insectos obreros con eficacia. “En el capítulo nos enteramos rápidamente que no es lo único que hacen: tienen, también, cámaras, que son usadas para espiar a la población por el gobierno que contrata el servicio. Cuando empiezan a aparecer personas muertas gracias a la voracidad de estas abejas robóticas, saben que alguien 'secuestró' el programa y que las está usando como un arma mortal”, subrayó. Para la revista, no es algo alejado de la realidad porque en noviembre científicos de la Universidad Politécnica de Varsovia “crearon la primera abeja robótica diseñada para polinizar artificialmente. No se parece a la de Black Mirror, que era casi idéntica a las de verdad. Se trata de un minidron capaz de encontrar una flor, recoger su polen y transferirlo a otra flor para fertilizarla”. Podrían llegar al mercado en dos años, agendó.

*Lentes de contacto especiales: uno de los capítulos de Black Mirror se base en unos lentes que permiten grabar la vida de las personas y, después, pasarla, como un video, por encima de sus retinas. Así, cualquier recuerdo se podría revivir como si estuviese grabado en un disco rígido. “Los paralelismos con Google Glass son notorios, aunque Google haya abandonado el proyecto por ahora. Con él también era posible grabar utilizando comandos de voz e, incluso, sacar fotos”. Una de las críticas a los Google Glass es que pueden filmar a las personas sin su consentimiento. No obstante, la revista indicó que “aunque un lente de contacto implantado podría tener serios problemas logísticos—los nano elementos que se necesitan para hacerlo funcionar son caros, por ejemplo—, sincronizados a un dispositivo como un smartphone podrían ser realmente útiles en mercados verticales como el de la salud, en donde ya existen lentes de contacto que miden la glucosa en sangre, vital para los pacientes diabéticos”.

*Un Snapchat peligroso: la app que permite reconocer rostros y aplicar filtros para distorsionar la imagen en tiempo real también recibe la atención de Black Mirror, aunque esta tecnología es llevada al extremo. “Mediante un implante en el cerebro, los soldados de un grupo militar de elite perciben a sus enemigos como monstruos a los que llaman 'cucarachas'. En rigor, no pueden distinguir la realidad de la ficción hasta que uno de ellos empieza a percibir que su implante está funcionando mal y ve a las cucarachas como las personas que realmente son”, remarcó InfoTechology. Y advirtió que la tecnología que haría posible esta percepción diferencial de la realidad ya existe y es VR. Según anotó, “todavía sus usos son de nicho, porque se necesita de un casco —y no de un implante cerebral— para poder acceder a una realidad alternativa. Pero ya existe software de reconocimiento de caras —como los que, en una foto de Facebook, permiten taggear a un amigo de manera automática— o los propios filtros de Snapchat para poder cambiar la cara de un interlocutor a través de una interfase específica”.

*Vida después de la muerte: Black Mirror contiene dos capítulos que se meten en este ámbito. En uno, una joven viuda decide bajar una aplicación que permite crear un avatar de su ser amado utilizando películas, audios, chats y perfiles online de la persona fallecida. En otro, dos ancianas enfermas se divierten en un mundo virtual llamado San Junipero, en el que pueden elegir vivir después de morir en el mundo real. “Aunque crear un mundo virtual en donde las personas puedan interactuar conscientemente después de su muerte es, teóricamente, mucho más difícil, la tecnología para crear un avatar y así poder consolar a quienes dejamos atrás, ya existe. De hecho, hay todo un movimiento detrás que pregona esta forma de inmortalidad y se llama transhumanismo”, enfatizó; y agregó: “son de la idea de que lo que uno extraña de las personas es poder hablar con ellas, no necesariamente su presencia física”. Además, consideró que el desarrollo de la inteligencia artificial, la posibilidad de recrear la mente de una persona en un humanoide “podría estar a solo unas décadas de distancia”. Es más: recordó que eso es lo que hizo Martine Rothblatt, CEO de United Therapeutics, cuando diseño BINA48, una réplica robótica de su esposa, Bina Aspen. “Usaron miles de horas de conversaciones para crearlo y 'aprende' de interacciones con humanos”, anotó.

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