jueves, 15 de septiembre de 2016

El 'momento Kodak'

¿Se acuerdan de Kodak, la empresa que dominó la fotografia analógica en todo el mundo? Pues desapareció por un tremendo error estratégico. La causa la explicaba de forma sencilla hace un par de semanas el responsable de General Electric en Europa, Mark Hutchinson, en la sección Innovadores de nuestro suplemento económico Mercados. Lo denomina el momento Kodak: "Kodak dominaba el espacio de la cámara analógica y fue la primera en hacer una cámara digital. Pero decidió no desarrollarla porque eso iba a terminar con el mercado que ella lideraba. ¿Qué pasó? Siguieron con lo suyo, alguien ajeno sí apostó por la cámara digital... y Kodak murió". En realidad no desapareció, pero hoy es una compañía prácticamente irrelevante en el sector que lideró y lucha por salir de un concurso de acreedores eterno. Kodak no supo reaccionar a tiempo ante un cambio radical de su modelo de negocio, se quedó sin mercado y sucumbió.
Esa frase de Hutchinson me ha hecho pensar que las sociedades occidentales se encuentran ahora mismo en un momento Kodak, en el que habrá que tomar decisiones arriesgadas si se quiere avanzar y en el que quedarse parados puede suponer perder buena parte del terreno ganado en décadas.
Las circunstancias políticas, económicas y sociales de hoy casi no tienen nada que ver con las del principio de este siglo, del que apenas llevamos 16 años. Acabamos de rememorar el 11 de septiembre de 2001, año en el que Occidente se topó de forma brutal con el terrorismo yihadista. De aquel atentado surgieron guerras que provocaron el auge del islamismo radical y éste se ha instalado en todos los niveles de la sociedad. Al anunciar su candidatura para las elecciones presidenciales de Francia en 2017, Nicolás Sarkozy destacó que sus grandes apuestas serán "la identidad nacional, la seguridad y la laicidad". Significativo.
En el ámbito económico, una de las consecuencias de la Gran Recesión ha sido que, por primera vez sin guerras de por medio, una generación puede vivir peor que la precedente. En el mundo desarrollado un recién licenciado de hoy puede ganar menos en términos relativos que otro que terminó la carrera en los 70. Y ya tenemos asumido que los beneficios sociales a los que tendrán acceso nuestros hijos serán inferiores a los nuestros.
Esto ocurre en Occidente. Mientras, el mundo hasta ahora menos desarrollado -China, India, América Latina...- empieza a vivir mejor. Los índices de pobreza sonlos más bajos de la historia. Nunca ha habido tanta producción agrícola como ahora y el nivel educativo de estas zonas mejora exponencialmente. Un ejemplo, el 12% de los ingenieros que trabajan en Estados Unidos son indios y la mayoría ha estudiado la carrera en su país.
En el ámbito social, Europa tiene planteados dos grandes desafíos a medio y largo plazo. Uno es el envejecimiento de la población, que cambiará el modelo de sociedad vigente durante casi todo el siglo XX. Otro es la integración de culturas. La presión ya es importante -el fenómeno del burkini de este verano es un ejemplo- y con el paso del tiempo aumentará.
Y todo lo político, económico y social está marcado por una revolución tecnológica que no ha hecho más que empezar: las aplicaciones prácticas de la realidad aumentada, el internet de las cosas, la inteligencia artificial o la biomedicina, por citar algunos campos, van a tener repercusiones todavía impensables en la vida de los colectivos y de las personas.
Son algunas pinceladas, pero éstas y otras forman el retrato de ese formidablemomento Kodak que habrá que gestionar con extremada diligencia.

0 comentarios :

Publicar un comentario