La empresa de seguridad privada celebra una edición más de su encuentro de seguridad donde ha presentado sus últimas novedades. Un evento que busca alejarse de la tradicional feria comercial y en el que prima lo experiencial. Se trata de hacer tangible algo tan complicado de materializar como la seguridad. Desde drones a control de accesos con reconocimiento del iris, pasando por realidad aumentada o lectores de acreditaciones automáticos. La innovación tecnológica que marca los proyectos de la compañía también se respiró en el propio evento.
En esta edición, fue el The World Trade Center Barcelona el lugar elegido para el encuentro profesional de Prosegur. Siguiendo el enfoque más visual y experiencial iniciado en la anterior edición del evento, las presentaciones de casos de éxito que abren el evento en el auditorio también respiraron esa innovación tecnológica. En el hall de entrada, un dron -la estrella del evento al presentarse en esta edición el Servicio de Drones de Prosegur-recibía a los invitados, filmaba desde el aire su entrada y esta se mostraba en directo en el videowall del auditorio.
Una vez todos dentro, las introducciones de los ponentes tuvieron su toque futurista y gracias a la realidad aumentada se simulaba sobre la pantalla de proyección una búsqueda por reconocimiento facial entre el auditorio para identificar al siguiente ponente y que este subiera al escenario. Una vez detectado y descubierto entre el público, aparecía la ‘ficha´ del ponente invitado con sus datos de presentación, con lo que tan solo restaba subir al escenario y arrancar la ponencia.
Esta primera parte más didáctica se completaba con un recorrido muy dinámico. Los participantes se dividieron en grupos de trabajo más pequeños de unas 50 personas, y se distribuyeron en cuatro salas diferentes en las que cada una albergaba uno de los cuatro productos estratégicos que se querían dar a conocer durante el evento: Innovación, Soluciones, Ciberseguridad y Centro de Control. Cada línea de trabajo tenía una sala específica con elementos de decoración individualizados, como por ejemplo, la luz ya que cada sala tenía un color distintivo. En cada área de negocio se hacía una breve presentación para pasar a continuación a la siguiente. Tanto por tratarse de grupos reducidos, como por ser pases de unos 15-20 minutos por sala, el público permaneció de pie. Este formato buscaba generar confianza y cercanía entre el ponente y los invitados y de esta manera se fomentaba el diálogo y la participación.
Una vez finalizadas estas ponencias, era el momento de pasar a la zona de showroom, la parte más experiencial del evento. Allí, los invitados pudieron ver en funcionamiento un Centro de Control real, cómo se activan los protocolos de actuación tras detectarse una incidencia y cómo se hace el seguimiento de la seguridad a través de áreas calientes. Tampoco faltó el Servicio de Drones de Prosegur, capaces de volar de forma autónoma en interiores gracias a un desarrollo tecnológico propio.
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