El pasado año se celebró la primera edición del Global Teacher Prize, una iniciativa de la Varkey Foundation que tiene como objetivo reconocer la labor docente seleccionando a los mejores de todo el planeta. Gracias a él conocimos a Nancie Atwell, la docente con 42 años de experiencia a sus espaldas que fundó el CTL (Center for Teaching and Learning) en Maine y que ha conseguido que sus alumnos lean 40 libros al año. También a César Bona, a quien El Confidencial entrevistó y que fue el único español en colarse en la lista de los 50 mejores en la pasada edición.
La fundación acaba de publicar su selección de candidatos de 2016 y no hay ninguno de nuestro país, ni entre los 10 de los cuales saldrá el ganador, ni entre los otros 40 finalistas. Sí hay profesores latinoamericanos, como Inés Bulacio,de la Escuela Hospitalaria Argentina, Elisa Guerra Cruz, del Colegio Valle de Filadelfia en México, o Félix López Giménez, de la escuela secundaria Don Fabián en Cáceres (Paraguay). Pero son solo una decena los docentes que podrán alzarse con el premio. ¿Cuáles son sus nombres y por qué han sido seleccionados?
Hanan al-Hroub
La infancia de esta palestina estuvo marcada por la violencia que presenció en el campo de refugiados de Bethlehem. De adulta, decidió dedicarse a la enseñanza después de que sus hijos quedasen traumatizados al presenciar un tiroteo. Por eso, su principal aportación es haber conseguido proporcionar una buena educación a los niños de un entorno tan turbulento como es el de los campos de refugiados palestinos. Su lema es “no a la violencia”, y gracias a él ha conseguido que clases muy complicadas puedan aprender en paz a través delrefuerzo positivo de los buenos comportamientos y la atención individualizada a los alumnos con más problemas.
Aqueela Asifi
La suya es una historia con ciertos puntos en común con la de Al-Hroub. Asifi es una refugiada afgana que se vio obligada a abandonar su puesto en la escuela y el país después de la llegada de los talibanes al poder. En el campo de refugiados Kot Chandna de Pakistán, montó una escuela en una carpa donde reunió a las hijas de 20 familias, impartiendo clase primero sobre materias como higiene, labores del hogar y educación religiosa y, más tarde, sobre matemáticas, lengua, geografía e historia. Actualmente, hay nueve escuelas en el campo de refugiados (donde viven más de 100.000 personas) y 1.500 estudiantes.
Robin Chaurasiya
La teniente Robin Chaurasiya, de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, se vio obligada a renunciar a su cargo a causa de su homosexualidad. Por ello, en Bombay, fundó Kranti ('revolución'), una organización no gubernamental cuyos estudiantes suelen ser víctimas de la explotación sexual o descendientes de trabajadores sexuales, de entre 12 y 20 años. Por sus talleres han pasado más de 100.000 mujeres que han visto ampliados sus conocimientos sobre escritura, geografía, música, inglés, salud, teatro, meditación o yoga.
Joe Fatheree
A principios de los años noventa, Fatheree era un joven profesor con un problema: no le hacían caso. Entonces diseñó su propio sistema para que los alumnos se interesasen por sus lecciones: empezó utilizando música hip-hop para el aprendizaje de literatura y terminó empleando drones, impresoras 3D y el juego 'Minecraft'. Su método de aprendizaje basado en proyectos le ha llevado a convertirse en uno de los creadores de contenido educativo más importantes de EEUU y a animar a sus estudiantes a que hagan lo propio. Sus alumnos graban discos, escriben libros y ruedan películas sobre pobreza, acoso escolar y otros problemas sociales.
Colin Hegarty
El único inglés de la lista ilustra otra de esas historias de crecimiento personal tan comunes entre los seleccionados por el Global Teacher Prize. Hijo de un obrero y una limpiadora, fue el primero de su familia en graduarse en la Universidad de Oxford, y desde entonces se ha convertido en una de las grandes figuras globales de la enseñanza de las matemáticas. Principalmente a través de los 1.500 vídeos que ha publicado en su página web, pero también gracias a los textos de su blog, en los que recuerda sin parar que los malos estudiantes de matemáticas no existen.
Richard Johnson
Gracias a un peculiar proyecto de 'crowdfunding', Johnson ha conseguido abrir las puertas del primer laboratorio de ciencias para niños en Australia, que se concentra en las asignaturas STEM. Las herramientas de aprendizaje se encuentran, desde luego, a la vanguardia: los estudiantes pueden manejar con sus manos impresoras 3D o conocer la realidad aumentada. Ello ha permitido que el rendimiento académico de los niños que pasan por sus aulas mejore significativamente, así como que se haya multiplicado el número de profesores de ciencias y de laboratorios en el país austral.
Ayub Mohamud
Nairobi, la capital de Kenia, es una ciudad en cuya área metropolitana viven casi siete millones de personas. Entre ellas se encuentra Mohamud, que ha encontrado en la educación la mejor vía de escape para una sociedad en muchas ocasiones al borde del colapso. No solo entre sus vecinos de Nairobi, sino entre los keniatas que viven en el campo y a los que educa para que se conviertan en emprendedores. Además, Mohamud es un firme combatiente del terrorismo global y del extremismo religioso, un rol que le ha llevado a fundar una red de colaboración antiterrorista entre profesores.
Maarit Rossi
Por si alguien echaba de menos a alguna profesora finlandesa entre los candidatos, aquí está Maarit Rossi, que ha revolucionado la enseñanza de las matemáticas en su colegio, a través del proyecto Paths to Maths, que le ha llevado a escribir nueve libros de texto. Su sistema se basa en acercar dicha disciplina a la vida real; gracias a ello, su colegio se encuentra por encima de la media finlandesa en los exámenes PISA. La crema de la crema, en definitiva.
Michael Soskil
“Todos los problemas a los que se enfrenta nuestro mundo tienen una solución que se encuentra en la pasión de nuestros estudiantes”. Esta frase define bien el proyecto educativo del estadounidense, que ha conseguido que la escuela elemental Wallenpaupack South se conecte con todo el mundo. Y cuando decimos todo el mundo, nos quedamos cortos: a través de sus sistemas ha logrado enlazar con aulas keniatas (con cuyos estudiantes intercambiaron un proyecto de 'crowdfunding' para obtener agua potable a cambio de swahili) y de otros 70 países, pero también con la Estación Espacial Internacional.
Kazuya Takahashi
De Japón -aunque haya hecho escala por EEUU para estudiar su posgrado en Ciencias del Aprendizaje- llega una de las propuestas educativas másinnovadoras de la lista. Su objetivo, que los alumnos sean más creativos y más independientes; su estrategia, utilizar figuras de Lego para conseguirlo. Para él no hay barreras entre el aprendizaje en la escuela y fuera de la escuela, como no las hay entre los diferentes países del mundo: sus clases han podido ser cursadas tanto por los estudiantes japoneses (que han participado en el proyecto nipón del ascensor espacial) como por los niños de un orfanato tailandés.
0 comentarios :
Publicar un comentario