Y es que a pesar de que ya hay apps sociales de realidad virtual como Rec Room o Altspace, lo cierto es que con suerte podemos caricaturizarnos a nosotros mismos, con expresiones que apenas se acercan en todos sus matices a lo que realmente queremos transmitir.
Todo esto cambia en Facebook Spaces. Con la tecnología de Oculus, Facebook es capaz de generar una aproximación bastante decente de tu cara gracias a tus fotos de en redes sociales. Aunque el resultado supera con mucho a lo que nos ofrecen las demás apps, ésta es solo la versión sencilla.
En el modo alta fidelidad, Facebook nos permitirá importar un modelo 3D de nosotros mismos, con el que podremos personalizar este concepto hasta conseguir que realmente "seamos nosotros".
Así lo han comprobado los periodistas que asistieron a los laboratorios de Facebook Reality Labs. Se acercaron a conocer la tecnología que tiene a sus creadores francamente emocionados. "Será enorme si conseguimos terminar esto" declaraba Yaser Sheik, uno de los miembros del proyecto apenas conteniendo la emoción. "Queremos enseñarlo. Queremos hablar de ello".
En 1927, en el ensayo "The Unconcious Pattering of Behavior in Society" ("El inconsciente patrón de comportamiento en sociedad"), el antropólogo Edward Sapir escribió que los humanos respondían a los estímulos con gestos de acuerdo a un código elaborado y secreto que no está escrito en ningún sitio, que nadie conoce pero que todos entienden.
Pues bien, ahora, noventa y dos años después, la misión del equipo de Facebook Reality Labs es descifrar el código y aplicarlo. Para estar seguros de que han conseguido crear un modelo real con expresiones reales del sujeto, en el laboratorio tienen dos pruebas distintas: La del ego y la de la madre.
La prueba del ego consiste en que los avatares deben de gustar a sus propios sujetos, mientras que la prueba de la madre (la más dura) consiste en que la madre del sujeto debe ser capaz de "querer" al avatar.
La parte técnica tan interesante como los planteamientos. Los sujetos se sentaban durante una hora frente a una máquina (llamada Mugsy) haciendo caras. Un miembro del equipo les va instruyendo mientras se realizan las capturas. "Abre la boca, ciérrala, infla los carrillos con las cejas alzadas, sonríe por el lado derecho, cierra los ojos...".
Esta página captura una cantidad de datos increíble (180 GB por segundo) para que una red neural pueda sacar conclusiones, una inteligencia artificial los interprete, y genere el producto terminado.
En algún momento, el equipo de Sheik quiere ser capaz de pasar el escáner facial al resto del cuerpo. Capturar expresiones corporales, generar conceptos más complejos... y en algún momento, a este paso, vivir en un Matrix simulado indistinguible de la vida real.