lunes, 9 de enero de 2017

Gafas de realidad aumentada que nos harán ver como Iron Man





Meron Gribetz

CEO y fundador Meta


“No hay nada de virtual. Lo estamos haciendo real”. Así de contundentes se muestran en su web los creadores de Meta, las gafas de realidad aumentada que han llamado la atención de muchos desarrolladores por su potencial. Meron Gribetz, uno de los fundadores de la compañía, aseguraba en la charla TED que sirvió de puesta de largo de su producto que “Iron Man estaría orgulloso”. Comparar las capacidades de Meta con las asombrosas prestaciones de la armadura del famoso personaje de Stan Lee -en su versión cinematográfica- puede sonar exagerado, pero lo cierto es que las demostraciones ofrecidas por Gribetz y su socio Raymond Lo parecen confirmar sus palabras. Como en otros campos de la tecnología, también en la realidad aumentada los avances de los últimos años se sitúan en lo que hasta hace bien poco era únicamente propiedad del imaginario de los autores de ciencia ficción. Saltos cualitativos que hacen buena la frase de uno de los más ilustres escritores del género, Arthur C. Clarke: “Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.

En el caso de Meta no hay nada mágico obviamente. Detrás de su desarrollo está la pasión de Meron Gribetz, capaz de fabricar un prototipo de las gafas con un puñado de componentes sacados de otros aparatos, un cuchillo de cocina y una pistola de silicona. Y después convencer a un montón de gente a través de una campaña de Kickstarter para que invirtieran en aquella idea manufacturada que, aseguraba, iba a revolucionar el concepto de AR. En 2014, sólo dos años después del inicio del proyecto, Forbes seleccionó a Gribetz como uno de sus innovadores menores de 30 años que iban a cambiar el mundo. Mucho más entusiasta se mostró Steven Rosenbaum, uno de los editores de la revista, al afirmar en un artículo en febrero de 2016 que tras probar las Meta-2 “sólo puedo decir que la impresión es una mezcla de Iron Man y Minority Report. Son mágicas, poderosas, electrizantes y divertidas”. Otra vez la magia a escena como último recurso para explicar lo asombroso.

Las Meta-2 permiten representar objetos en el espacio físico que tenemos frente a nosotros, manipularlos e interactuar con otras personas que también estén utilizando el dispositivo. Gribetz, formado en computación y neurociencia, cree que lo que llevará al éxito a las Meta-2 es su concepción de convertir la realidad aumentada en una extensión de nuestro propio pensamiento. O, como él prefiere expresarlo, de hacer que funcione como “el sistema operativo de nuestra mente”. Aunque de momento la mayor parte de lo que conocemos como realidad aumentada se queda en lo anecdótico, en esta tecnología hay mucho más que la simple caza de Pokémons. Así lo demuestra el hecho de que compañías tan poderosas como Microsoft estén investigando en este terreno con sus HoloLens. De hecho Gribetz no cree que vayan a ser en el entretenimiento o los juegos donde la AR vaya a tener su mayor desarrollo: sueña con un sistema operativo completo, con hologramas que se despliegan frente al usuario a voluntad y con un dispositivo casi invisible, una pequeña banda sobre los ojos con múltiples sensores que permitan manipular y mezclar datos digitales con el mundo físico. Parece magia… ¿o no?

Edición: Juanlu Ocampos | David Giraldo
Texto: José L. Álvarez Cedena

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