jueves, 4 de abril de 2013
Gafas de video y lentes para una "realidad aumentada"
Estas lentes de video, como el modelo Cinemizer OLED de Zeiss, resultan también muy interesantes para los aficionados a los videojuegos. Crédito: Zeiss/dpa
INFORMÁTICA Por Jan Ungruhe (dpa)
BERLÍN, 3 abr (dpa) - Tras la aparición de la pantalla plana, los televisores no han dejado de crecer. Los hay de 40 y hasta de 100 pulgadas de diagonal, y desde hace dos años el comercio ofrece también pantallas de imagen tridimensional.
Sin embargo, lo último son unas gafas de video de tamaño no mayor que un sello postal, en cuyo interior hay una pantalla de televisión que permite ver la imagen directamente ante los ojos. Estas lentes están aún en desarrollo, son todavía relativamente caras y, según los expertos, muy incómodas de llevar.
Al contrario que la televisión, las gafas de video permiten sumergirse plenamente en el mundo de un videojuego o una película. "Estos artefactos aislan al usuario completamente de su entorno. Son prácticos cuando uno se halla de viaje o cuando hay demasiado ruido en casa", define Ulrike Kuhlmann, redactora de la revista alemana de computación "c't". El sonido lo procuran auriculares incorporados.
Con las gafas de video se puede disfrutar especialmente de películas en formato 3D: la calidad de la imagen en estas pequeñas pantallas es ya bastante buena y la mínima distancia a los ojos hace que las imágenes se vean grandes. "El ojo izquierdo no ve a la derecha, con lo cual se evita el efecto fantasma", dice Kuhlmann. El efecto fantasma o "ghosting" se traduce en una réplica de imágenes debido a la superposición de la imagen fantasma sobre la principal.
Además, estas lentes de video resultan también muy interesantes para los aficionados a los videojuegos: si se mueve la cabeza, en algunos modelos gira también la imagen en el juego. En una simulación de vuelo, por ejemplo, esto hace posible una visión de 180 grados en la carlinga.
Para tener una sensación de cine de verdad, en las películas es especialmente importante una alta resolución, en lo posible de 1280 x 720 píxeles, señala "c't". Importante en la compra de gafas de video es el tamaño del campo de visión, señala Frederik Eichelbaum, especialista en el tema. "Yo diría que esto es lo más importante en cuanto a la calidad", añade. Cuanto más pequeño sea el campo de visión, más contornos negros se verán en torno a la imagen.
Estas gafas aún no funcionan sin cable, pero pueden conectarse a un laptop, a un reproductor DVD o a un smartphone, normalmente a través de una conexión HDMI. Con ello pueden reproducirse todos los formatos que admita el accesorio en cuestión. La energía es suministrada por un segundo cable o por pilas.
Por este motivo, las gafas de video resultan todavía muy pesadas y relativamente incómodas, convirtiendo la visión de películas largas en una verdadera tortura. A esto se añade el precio de estas maravillas de la técnica: unas buenas gafas de video cuestan hoy entre 600 y 1.000 euros. Los precios previsiblemente bajarán cuando en el futuro aparezcan en el mercado más modelos de otros fabricantes.
Junto a las gafas de video, hay en el mercado cada vez más lentes tipo "see through" (transparentes) para aplicaciones de "realidad aumentada". "Aquí, el usuario permanece en el mundo real, pero esta realidad se verá incrementada", dice Kuhlmann. De forma paralela a lo que se ve, las gafas proporcionan información adicional, como, por ejemplo, sobre el lugar en que se encuentra el usuario.
Es decir, similar a como funcionan navegadores de realidad aumentada como Layar, Wikitude o Junaio, que, junto con la cámara de un smartphone, proporcionan información adicional sobre cosas dignas de verse en el paisaje. El desarrollo de estas gafas, no obstante, se halla todavía en sus comienzos.
Entre tanto, con creciente interés se espera el proyecto Glass, en el cual trabajan los técnicos de Google. Según ha anticipado la empresa, Glass deberá funcionar como un smartphone, que puede por ejemplo hacer fotos y grabar vídeos mediante comandos de voz. Esto parece muy práctico, pero podría convertirse en una pesadilla para los protectores de datos. "Cuando estos anteojos aparezcan en el mercado comenzaremos a fotografiarnos unos a otros más y más rápido", profetiza Eichelbaum.
Puesto que ambas variantes reproducen imágenes y videos directamente ante los ojos del usuario, cabe preguntarse si la capacidad visual se verá afectada a causa de ello. "El uso de estas lentes puede desgastar mucho a la larga. Podría compararse con el trabajo ante el microscopio", dice el oftalmólogo alemán Dieter Friedburg. La consecuencia menor podrían ser dolores de cabeza, pero "los ojos no sufrirán daños permanentes", dice el científico.
Esta técnica, en todo caso, no es aconsejable para niños y adolescentes. "El uso de gafas de video podría reforzar el desarrollo de la miopía", advierte Friedburg. En todo caso, se carece aún de estudios en detalle sobre las consecuencias para la salud del uso de estos artefactos.
Fuente: http://www.elpais.cr/frontend/noticia_detalle/8/79787
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