Almería es irremediablemente western, pero ha empezado a ser thriller. Bruno Nievas, pediatra y escritor novel entonces, tomó hace tres años los paisajes que tenía más a mano y los transformó en una intrigante novela. «La primera escena sucede en el paseo marítimo de la capital, un sitio ideal donde sustituir el sonido de las procesiones por el del oleaje. Invito a los lectores a que lean ésa –y alguna otra que aparece algo después– y caminen, disfruten de un helado o un desayuno. O hagan un poco de ejercicio sobre la arena, donde el esfuerzo es mayor pero también más placentero». La recomendación es más tentadora al final: «Pueden sentarse, con los pies hundidos en la arena y el agua, a ver el atardecer. ¿Y por qué no? Mientras leen mi libro o cualquier otro». Su libro es «Realidad aumentada» –a partir de mayo habrá que concretar más porque se publica el segundo, «Holocausto Manhattan», pero esos parajes quedan lejos de Andalucía–.
Su debut literario nos sumerge en «territorio western»: el desierto de Tabernas, a treinta kilómetros de Almería. «Ardiente y tan solitario como silencioso, con el viento como único invitado», rememora Nievas, que sugiere revivir las películas de Sergio Leone en el «Mini-Hollywood, un auténtico poblado del oeste americano, con tipís indios incluidos, y donde puedes sentirte como un auténtico forajido... o persona de ley». De la aridez a las afueras. «En la barriada de Retamar, cerca de la capital y alejada del ruido y de la gente, en Semana Santa podríamos disfrutar de un café en la misma cafetería en la que Álex Portago –protagonista del libro–se reunió con Stephen Boggs, la persona que le ofrece formar parte de su proyecto». Nievas concede a sus lectores licencia para dejarse caer en la arena antes de redirigirlos a Roquetas de Mar. «En uno de sus hoteles más lujosos se produce otra de las reuniones que cambian el curso de la historia», detalla el autor, que presenta las credenciales del municipio como «turístico y bullicioso por excelencia durante todo el año». Su propuesta, más allá del mar, «hoteles, bares, restaurantes y garitos de todo tipo, un destino ideal para perderse unos días rodeado de todo lo que puede necesitar un amante de la buena vida».
Almería capital es la última parada de la novela-guía. En este punto Nievas no duda sobre la conveniencia de visitarla: «Las procesiones son fácilmente evitables». Y señala el punto exacto hacia el que dirigirse: «Andando por las callejuelas del centro, se encuentra un pub de estilo irlandés en cuyo interior el protagonista se lleva una sorpresa». Mejor hacerlo al anochecer, rodeado de «ese aire de misterio» que otorga a su tierra.
jueves, 4 de abril de 2013
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