viernes, 5 de abril de 2013

Aumentar la realidad

Andreu Belsunces Gonçalves / @AndreuIII - 30/03/2013

Nuevas aplicaciones y desarrollos abren un mundo más amplio para que los usuarios sumen información cuando se superpone una capa virtual a la real






En 2009 un exultante Robert Downey Jr saltaba del papel a la computadora en la primera portada de realidad aumentada que realizó la revista Esquire. Para poder ver la patada de karate del popular actor, había que ubicar la revista frente a la computadora que, con la cámara web, detectaba un código impreso. Así se disparaba un video en el que se le daba al espectador la bienvenida al número de realidad aumentada (RA) por parte de un sonriente Downey Jr.

El experimento fue uno de los primeros ejercicios masivos que prepararon el camino para la popularización –todavía en curso– de una tecnología que permite agregar información de todo tipo a lo real, entendiendo por esto último lo físico y tangible. La RA es justamente eso: una capa virtual –lo que no se puede tocar pero existe en forma digital: imágenes, videos, audios– que se sobreimpone a otra material, lo que existe físicamente. Pensar en capas de realidad es un concepto complicado, pero imagine superponer una foto antigua al paisaje que está mirando. La imagen de la plaza Independencia en la década de1950 sobre la plaza Independencia que ahora vemos. Sustituya ahora la foto antigua por un smartphone o una tableta, aparatos en los que previamente se instaló un pequeño programa –en forma de aplicación– que permite “leer” la información real para generar datos extras que enriquezcan la capa física; podría ver qué especies de árboles están plantados al apuntar la cámara hacia uno de ellos, o un video en el que se muestra cómo fue la construcción de la plaza, y hasta un boceto de lo que la comuna pretende en la próxima reforma.

Ahora vaya hasta el Estadio Centenario y rememore viejas glorias. Más que rememorarlas, revívalas con su tableta, apuntando a los arcos para elegir si quiere ver videos de los grandes goles de Artime o Morena en los años 1970. Claro que para poder revivir estos momentos históricos alguien debería desarrollar el código que permitiera disparar la RA en su dispositivo móvil, y además indicárselo de alguna manera física cuando entre al Estadio, para así atraer su atención e incentivarlo a usar la app.

Las aplicaciones de RA son cada día más frecuentes, y a pesar de que aún no son utilizadas por el público masivo, se prevé que en el corto plazo formen parte de nuestra vida cotidiana en aspectos tan diversos como inusitados. Aunque esta tecnología tiene diferentes facetas y aplicaciones, se puede describir de forma general como la superposición en tiempo real de información o datos digitales (generados por computadoras) a imágenes captadas por la cámara de un dispositivo.

Las imágenes pueden ser capturadas y amplificadas por un smartphone, una tableta, una pantalla de televisión, el monitor de una computadora o unos lentes “inteligentes”, por ejemplo, y pueden aparecer en forma de video, sonido, infografías, texto, enlaces web o modelos 3D, entre otros.

Con la RA se dispara un mecanismo que sobre todo se basa en datos relacionados a la geolocalización, el momento temporal, la orientación, el ángulo o cualquier otra información que pueda ser generada a partir de los sensores del dispositivo en el que esté instalada la aplicación. Así es posible hoy en día parararse en medio de Times Square en Nueva York y apuntar con el celular –con la app de RA abierta– hacia diversos edificios y zonas, para recibir información detallada de restaurantes, comercios, servicios, hoteles y cualquier otro temas de interés del usuario y que haya sido “geolocalizado”.
Las mil y una aplicaciones

Los usos que se le puede dar a la RA van desde lo más práctico a lo más fantasioso: escanear mediante un dispositivo móvil la parada de ómnibus para saber cuánto tardará en llegar; saber cuáles son los cajeros o farmacias más cercanos y llegar a ellos usando el celular como un GPS; enfocar un monumento y que de la pantalla emerjan datos de interés sobre él; o añadir efectos especiales como explosiones y terremotos a una secuencia previamente grabada.

Hay tantas formas de aprovechar esta tecnología como ideas puedan tener sus desarrolladores. Una aplicación lanzada por la editorial Penguin permitía apuntar con la cámara del celular a la portada de un libro y hacer que, en la pantalla, este se abriera y mostrara una animación. Del mismo modo, existen apps aplicadas a afiches de películas o carátulas de DVD o Blu-Ray, que observadas con el “ojo” del celular lanzan contenidos extra, desbloqueando incluso capítulos exclusivos de la serie, el trailer de la película o una entrevista especial con su protagonista.
Desafíos

Para que la RA funcione, la cámara debe detectar ciertos puntos de referencia en la imagen que hacen que la información se dispare. Una de las formas más sencillas y efectivas de hacerlo es a partir de la detección de códigos, como los QR, aunque existen otros procesos de reconocimiento de formas y otros tipos de análisis de imagen que son más sofisticados y costosos.

Pero esta tecnología todavía está dando sus primeros pasos, por lo cual debe enfrentar una serie de desafíos para que se adopte de forma masiva. Por el momento, este tipo de aplicaciones resultan lentas, a menudo tienen un diseño algo tosco y dado que funcionan con lentitud, no pueden ser utilizadas con la naturalidad que se esperaría.

Otros problemas que frenan la expansión de esta tecnología son el gran consumo de batería que implica su uso, dada la gran cantidad de datos que se deben procesar; y lo farragoso que resulta tener que descargar diferentes apps para experimentar la RA de diferentes maneras, lo cual dificulta tener una experiencia homogénea y universal a través del dispositivo móvil.

Diversas compañías están trabajando para solucionar estos contratiempos. Google es una de las empresas que ha apostado fuerte con sus Google Glass, los lentes que superponen información contextual a lo que nuestros ojos ven.

Metaio, la empresa líder en RA, acaba de lanzar un chip que acelerará la capacidad de procesamiento y reducirá el consumo de batería que el uso de estas aplicaciones supone en los dispositivos móviles. En resumen, busca hacer de esta tecnología una realidad de uso cotidiano, de modo que los celulares puedan rastrear millones de puntos de referencia para poder brindar una información cada vez más completa y compleja. Su propuesta ha funcionado tan bien, que los smartphones manufacturados por Sony-Ericsson empezarán a incorporar los chips de Metaio en algunos de sus próximos modelos.

Por el momento, la realidad aumentada es todavía un prometedor horizonte de posibilidades que usan pocos, pero su crecimiento parece asegurado. Se espera que para 2017 haya 2.500 millones de descargas de apps que funcionan con esta tecnología. Será cuestión de –poco– tiempo.
Tecnología uruguaya

Jump-AR es la primera aplicación de RA diseñada en Uruguay, desarrollada por Digital Sense Technologies. Está orientada al marketing y ya ha sido aplicada en la promoción de la Expo 2020 de Sao Paulo, así como en el diario brasileño Folha de Sao Paulo.

Para probar

Bajar en la PC la revista Layar en formato PDF. Imprimirla –en color o blanco negro– y escanear las páginas en busca de contenidos extra con la aplicación homónima, que se baja de la App Store de Apple o de Google Play para Android.


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