Las Google Glass „el proyecto de gafas «inteligentes» de la compañía del buscador„ pusieron de moda el concepto dewearable technology, es decir, tecnología que el usuario puede llevar puesta, como una prenda o accesorio más.
Desde entonces, las firmas se han puesto manos a la obra por lanzar al mercado prendas «inteligentes» que han copado sectores como el deporte, la medicina, la moda o el arte.
Uno de los últimos ejemplos es el «vestido inteligente» Environment Dress, capaz de medir la «agresividad» del medio que nos rodea, «para establecer de este modo una relación entre estos factores externos y como afectan a nuestro comportamiento grupal», señalan sus creadores, María Castellanos y Alberto Valverde. Estos factores agresivos son la radiación infrarroja y ultravioleta, la cantidad de monóxido de carbono, el ruido, la humedad, la presión atmosférica, la altitud, la temperatura y la luz ambiente.
Son unos sensores adheridos a la prenda los que captan «lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, para determinar mediante estos datos cuales son los inputs externos que están afectando a nuestra conducta», explican los creadores del vestido, que ayer se presentó en el evento tecnológico The App Date.
Conectado con el móvil
Todos los datos recogidos por el vestido serán transmitidos por bluetooth a un teléfono móvil (o redes wifi abiertas) que, conectado a internet, establecerá una base de datos configurada con la información geolocalizada recogida por el vestido. Estos datos se mostrarán al propio usuario o cualquiera que se conecte a la web o la app del proyecto.
Una vez analizados los datos en el servidor, se generan perfiles de respuesta. Por ejemplo, cuando el programa instalado en el servidor detecte un nivel muy elevado de radiación ultravioleta, o una gran concentración de monóxido de carbono en la prenda, esta enviará un aviso al usuario a través de las luces en el propio vestido o en la pantalla de su teléfono móvil.
«La tendencia general de este tipo de tecnología vestible suele ser crear prendas visualmente atractivas, que proyecten algún efecto lumínico, de movimiento, en respuesta a una interacción directa y simple. Por otro lado está también muy generalizado fabricar indumentaria que tome medidas biométricas, recogiendo datos del estado de su portador como pulsaciones, temperatura corporal, humedad, etcétera. Sin embargo ¿qué ocurre con el medio que nos rodea?», se preguntan Castellanos y Valverde.
Efectos sobre el ánimo
En esta línea, apuntan que «vivimos rodeados de agentes contaminantes, de factores que influyen en nuestro día a día, en nuestro estado de ánimo y en definitiva nuestra conducta. Las distintas variaciones de ruido, temperatura, presión atmosférica, radiación ultravioleta, o cantidad de monóxido de carbono son „entre otros factores„ a lo que nos sometemos a diario. Agentes determinantes de nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento grupal con las demás personas», apuntan.
miércoles, 27 de enero de 2016
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