Hace días nos referíamos a la moda por recuperar móviles antiguos, previos a la llegada del smartphone. El teléfono inteligente ha sido toda una revolución en la electrónica de consumo. Dicen que es la herramienta de recepción más rápida de la historia. En apenas cinco años, el smartphone se extendió por todo el planeta. Y en la actualidad, se ha transformado en un producto básico para el trabajo, el ocio y las relaciones sociales.
Pero a pesar de sus enormes posibilidades es un hecho que el móvil inteligente todavía tiene mucho recorrido por delante. El síndrome del smartphone es uno de los objetivos a evitar en el futuro. Y para ello, el smartphone debería dejar de ser un aparato para llevar con las manos. ¿Tal vez integrado en una gafas como lasGoogle Glass?
No cabe duda de que el proyecto de la compañía de Mountain View aspiraba a superar el hándicap principal del móvil: nos ocupa, como mínimo, una mano. Y decimos que “aspiraba” porque este proyecto estrella ha quedado parado, por el momento. Estos días hemos conocido que Google ya trabaja en un sistema de hologramas para tratar de reflotar sus gafas.
Y son precisamente los hologramas una de las tecnologías que podrían aparecer en el smartphone a medio plazo. Lo hemos visto en películas de ciencia ficción como Minority Report: imágenes de 3 dimensiones que surgen de pantallas. De hecho, MasterImage 3D, una de las firma líderes del sector ya está trabajando en esta tecnología y habría mostrado algunos prototipos en el último Mobile World Congress celebrado en Barcelona.
En esta línea estaría también la AR o realidad aumentada. Se trata de un término que hace referencia a los aparatos con capacidad para potenciar nuestros sentidos. El teléfono inteligente del futuro, gracias a sus potentes cámaras y sensores podría beneficiar especialmente la vista y el oído.
¿Y el control por voz? Este aspecto se encuentra en la actualidad con un desarrollo más avanzado. Diversas compañías del sector ya cuentan con sus propias tecnologías como Siri de Apple. Además, las firmas fabricantes de Smart TV también trabajan en sistemas que mejoren el manejo de los televisores inteligentes. El control por voz facilita el acceso a información sin necesidad de teclear. En unos años, tal vez dejemos de hacer ese gesto clásico de aporrear las teclas del smartphone…
También en un futuro a corto plazo los nuevos materiales como el grafeno podrían aterrizar en los smartphones, convirtiéndolos en aparatos flexibles y ligeros. Hablamos de pantallas que se puedan doblar como un papel y guardar cómodamente en el bolsillo o la cartera. Se trata de una tecnología en la que firmas como Samsung o LG ya llevan trabajando varios años, pero todavía seguimos esperando el gran salto, mucho más allá de los bordes curvados del Galaxy S6 Edge.
Y nos nos podemos olvidar de la conectividad, otra faceta que evoluciona sin cesar. Se supone que el smartphone será el eje en torno al que gire el denominado internet de las cosas.
Pero sí hay un aspecto en el que los smartphones deben mejorar cuanto antes, es el de labatería. Toda la industria de la electrónica de consumo sigue batallando por conseguir baterías pequeñas y de gran duración. Para ello, lo más probable es que tengan que introducirse nuevos materiales al margen del silicio. Mientras estas revolucionarias baterías llegan nos tendremos que conformar con maldecir lo poco que dura la carga de nuestro terminal…
Pero, en un futuro a largo plazo, no tenemos dudas, el smartphone tal y como hoy lo conocemos desaparecerá. No será necesario cargar en una mano con un aparato de estas características. La clave está en encontrar una tecnología para acceder a información y estar comunicados sin necesidad de tener ocupadas las manos. Llegará, algún día…
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