martes, 10 de julio de 2018

REALIDAD AUMENTADA EN LAS ARTES VISUALES

Realidad aumentada en las artes visuales

REALIDAD AUMENTADA EN LAS ARTES VISUALES

Por Lara Gea | 
En 1972 se estrenó el programa televisivo “Modos de ver” del escritor y crítico de arte John Berger (Hackney, Inglaterra, 1926-2017) quien explica, con cuidadoso detalle, la importancia de la percepción visual en las artes. En el comienzo de la serie manifiesta que el uso de la fotografía y de la reproducción, ha conseguido que una obra pueda ser visita en diversos lugares al mismo tiempo, sin embargo, debemos ser prudentes cuando miramos dicha imagen. Si se modifica el contexto en el que se encuentra, se selecciona solo una parte de la obra –por ejemplo, extraemos un retrato de dentro de una escena más compleja- o incluso si la acompañamos con otra disciplina como la música o el video, se altera el significado de la misma.
Más de cuatro décadas han pasado desde su célebre frase “La vista llega antes que las palabras” y en la actualidad, no solo nos apoyamos en las imágenes sino que hemos llegado a desarrollar una nueva técnica de reproducción: La Realidad Aumentada (RA). Son ya varios los museos y galerías que aplican la realidad aumentada para permitir que estos “rich media” (entornos 3D, animaciones, imágenes y vídeos) se integren en el espacio, e incluso en las piezas de arte, para contar nuevas historias e interactuar con el visitante en tiempo real enterrando las ya obsoletas audioguías. A pesar de todo, parece ser que esta nueva tecnología ha incitado últimamente en varios argumentos, tanto a favor como en contra de su empleo en las artes visuales, pero sin duda, puede ser una herramienta útil con fines tanto educativos, experimentales o incluso transgresores.

LA REALIDAD AUMENTADA EN GALERÍAS Y MUSEOS

EDUCATIVOS

Pensemos, por un momento, en la cantidad de personas que actualmente se dedican a realizar proyectos expositivos, o estudian el campo del comisariado. Esta actividad resulta cada vez más precaria o poco lucrativa, al menos, dentro de nuestro país. Realizar una exposición puede llega a ser tan costoso como complicado, si carecemos de los medios para exhibir la obra deseada en un espacio concreto. Conseguir el transporte, los seguros, la producción, el alquiler del recinto, la instalación, la impresión de los textos o de cualquier información adicional etc., conduce, muchas veces, a tener que participar en concursos y becas que puedan apoyar la exposición. Si el objetivo de la muestra es mayoritariamente conceptual, ¿qué hay de malo en utilizar esta “realidad aumentada” para llevar a cabo el proyecto? No solo estaríamos abaratando los costes, sino llegando mediáticamente a mucha más gente de forma internacional, ya que no requerirían de desplazamientos.
cuadro y realidad aumentada

LA REALIDAD AUMENTADA COMO HERRAMIENTA ARTÍSTICA

TRANSGRESORES

Pongamos por ejemplo la colaboración que realizó la aplicación Snapchat junto al reconocido artista Jeff Koons. En octubre del 2017, el proyecto “Art around you” hacía posible que todos los usuarios de esta aplicación de mensajería pudiesen ver y fotografiar algunas de las obras más icónicas del artista estadounidense, virtualmente ubicadas en espacios como el Central Park de Nueva York, la Opera House de Sidney o el Hyde Park de Londres. Si reconocemos que las artes visuales deberían poder ser más accesibles al público, ésta se ha convertido en una propuesta que cumple dicha función.
Las protestas que han surgido alrededor de esta iniciativa devienen por ser grandes corporaciones las que emplean este canal –y espacios públicos virtuales- como publicidad de sus productos sin tener que pagar por apropiarse virtualmente de ellos. Reflexionemos cuál sería la polémica si en lugar de ser compañías fuesen esos comisarios citados anteriormente o artistas emergentes que deseen compartir su trabajo como forma de descentralizar el poder de las instituciones artísticas y de empoderamiento de la autogestión. Éste es el caso de un colectivo de artistas llamado “MoMAR” quienes han ocupado una de las salas del MoMA (Museo de arte moderno de Nueva York) para superponer sus trabajos sobre siete obras del afamado Jackson Pollock. La instalación, “Hello, we are from the internet” denota por su parte toda una declaración en contra de la exclusividad y el elitismo del que se nutren algunos de estos museos. 
Realidad aumentada y arte

EXPERIMENTALES

Como hemos visto, la “realidad aumentada” puede ayudar a la difusión de proyectos tanto comisariados como artísticos. Incidiendo un poco más en el último perfil, la diversidad de contenido que puede ofrecer esta herramienta hace posible que los artistas gesten las obras nutriéndose de la originalidad de la técnica. Desde llevar a cabo la producción (virtual) de una pieza ambiciosa en cuanto a producción como jugar con el lenguaje adicional que ofrece. Un claro ejemplo es el fotolibro “Making memeries” (Self Publish, Be Happy Editions) del fotógrafo Lucas Blalock (Asheville, Carolina del Norte, 1978) donde juega con borrar los límites entre la realidad virtual y el mundo contemporáneo.
Gracias a una aplicación disponible para móvil y tablet, cada una de las imágenes publicadas cobran vida, volumen o desaparecen. Este experimento causa curiosidad, y enriquece la experiencia de su público, el cual a pesar de estar dirigido para que los más pequeños se familiaricen con la técnica, también juega con la idea de qué es y qué no es real. Un concepto, hoy en día, no tan claro si nos aferramos a las imágenes idílicas de algunas redes sociales como Instagram donde todos podemos ser fotógrafos. Por ello, al igual que en “Making memeries” y la sinergia presentada con esta tecnología, nos ayuda a reflexionar sobre cuál es la nueva función del fotógrafo y qué discursos o lenguajes alternativos nos pueden ofrecer sus imágenes.  
foto y realidad aumentada
https://www.saishoart.com/realidad-aumentada-en-las-artes-visuales/

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