Una empresa española ha hecho unas gafas cómodas y robustas para móvil que son una alternativa 'low cost' a las (por precio) inaccesibles Oculus o HTC Vive para PC
La realidad virtual ha llegado para quedarse, aunque el camino que le queda por recorrer aún es largo, y el impulso que ha dado Facebook, tras la compra de Oculus, ha sido casi definitivo para que esta tecnología dé un paso más en su expansión.
A falta de que lleguen y se asienten Oculus Rift, HTC Vive y PlayStation VR (los dos primeros para PC y el segundo para consola), cuyos precios de salida van a ser prohibitivos para la mayoría de los mortales, la realidad virtual para el teléfono móvil es la más accesible para el ‘usuario medio’ gracias a que casi todo el mundo tiene un smartphone, que hace de pantalla para este tipo de dispositivos.
Las Cardboard presentadas por Google, que no eran las primeras pero pretendían acercar la realidad virtual a todo el mundo, queriendo dejar de paso ‘en ridículo’ por los altos precios a otras empresas del sector, hizo que llegaran al mercado un montón de visores cuya calidad y comodidad van desde lo más bajo de los modelos de cartón (algunos mejorados con gomas y ‘cartones de calidad’) a lo más alto de las Samsung Gear VR (en colaboración con Oculus). Entre medias, un montón de modelos dispares, muchos provenientes de China, que acaban por volver loco a cualquier usuario que busque una alternativa decente por internet.
Entre todo este caos, nosotros hemos podido probar las Lakento MVR, unas gafas de realidad virtual para móvil hechas en España por españoles (detrás de ellas está Victor Ruiz, cofundador de la mítica Dinamic y FX Interactive) y que destacan por la calidad de los materiales y su diseño confortable, aspecto este más que fundamental para disfrutar de la realidad virtual.
El visor consta de un habitáculo para poner el teléfono, válido para todos los dispositivos con pantallas que vayan desde las 4 hasta los 6 pulgadas, y se coloca mediante unas plantillas (vienen dos, que elegimos según el tamaño del terminal) y unas pegatinas de espuma que situadas en las esquinas ayudan a sujetar mejor el teléfono. Una vez colocado el terminal podemos cerrar la tapa sin miedo a que nuestro smartphone sufra un accidente, ya que el cierre es totalmente hermético.
También consta de una correa resistente adaptable para sujetar el visor a la cabeza y unaslentes cóncavas-convexas de 42 mm de mejor calidad a las que hemos probado en otros aparatos, lo que ayuda a proteger mejor nuestros ojos, y que constan de un regulador en la parte superior del casco para enfocar la imagen a nuestro gusto.
A la comodidad contribuye también el espacio entre la espuma, situada en el contorno de los ojos y la nariz, que nos permite apoyar la cara sin miedo a que nos deje marca, y las lentes que hacen que los que llevemos gafas graduadas no tengamos problemas en usarlas con las Lakento.
Y es que este punto es del todo fundamental, ya que en otros modelos como los de cartón o plástico duro sin almohadillas o espuma hemos sufrido mucho después de cinco minutos con las gafas puestas. El hecho de que las Lakento tampoco pesen mucho, más teniendo en cuenta que nuestro móvil va dentro, también es un aspecto a tener muy en cuenta.
El dispositivo consta además de dos botones que permiten interactuar con las aplicaciones hechas por Google para Cardboard y las de Lakento gracias a dos extensiones que acaban en una punta de goma que tocan la pantalla a modo de dedos y que especialmente son útiles con los dos juegos que vienen incluidos con el visor (House of Terror VR y Sharks VR) y que elevan el nivel de la experiencia al permitirnos movernos por los escenarios y no solo contemplar lo que vemos.
El efecto de inmersión conseguido es bueno si tenemos en cuenta que la pantalla es un teléfono(a diferencia de los visores que tienen pantalla propia y van conectados al ordenador por cable), pero éste mejora cuanto más grande sea el móvil y mejor sea la pantalla (lo ideal es un teléfono de más de cinco pulgadas y con un buen panel tipo AMOLED).
Y es que, si nuestro móvil es muy pequeño nos puede dar la impresión de que estamos mirando una pantalla muy grande y no nos parezca que estamos ‘dentro un espacio virtual’, por lo que es probable que veamos más bordes negros de lo habitual a los lados, reduciendo la sensación de inmersión.
Para contribuir a dicha inmersión también tienen un papel fundamental los auriculares, los cuales recomendamos encarecidamente. Los sonidos son aproximadamente un 20 o 30% de la experiencia.
Lo mejor, antes que probar otras aplicaciones (las típicas de Google o las de la montaña rusa), es probar las dos que nos regala Lakento y que hay que bajar de la tienda de Google Play. Una vez abramos la aplicación se nos pedirá que demos el mismo email con el que hemos registrado las gafas para disfrutar de la versión completa.
Si no tenemos suficiente con los dos botones de las Lakento, lo mejor es optar por un buen pad para Android o iOS que ayudará a que juguemos más tranquilos. En cualquier caso, y como nos recomienda la compañía, lo más óptimo es jugar en una silla que tenga un giro de 360 grados y (este consejo ya es nuestro) no abusar demasiado de las gafas, haciendo cada media hora más o menos un descanso visual.
Sin embargo, las Lakento no solo sirven para jugar y vivir experiencias, como viajar a París o Tokio sin movernos del sitio. Como otros modelos del mismo tipo, el usuario puede ver una película o vídeo que tenga en su celular como si estuviese delante de una pantalla gigante de cine. Para ello ha de descargar aplicaciones como VR Cinema (Android) o Homido Player (iPhone) y seguir unas sencillas instrucciones. También vale desde hace poco con meterse en YouTube y poner el vídeo en modo ‘Cardboard’ (sale el símbolo de las gafas de Google), pudiendo elegir incluso entre vídeos que nos meten dentro de un videoclip de un grupo de música. Es esta es otra de las cosas buenas que nos aporta la realidad virtual.
Otro de los pros que no hemos tocado aún es el tema de la realidad aumentada, para la que también hay varias aplicaciones, entre ellas Flirt AR, que nos permiten ver cuales de las personas que tenemos alrededor son compatibles con nosotros. Es parecido a ver la realidad que nos rodea a través de los ojos de un robot y no deja de tener su gracia.
En definitiva, la experiencia de las Lakento es muy positiva, aunque obviamente no se puede comparar con la de Oculus Rift o HTC Vive, básicamente porque estas últimas utilizan una pantalla propia conectada a un ordenador con juegos con un potencial a años luz a los que encontramos en Android o iOS. Ahora, el precio, 49 euros que cuestan las Lakento frente a los 600 euros o más de los modelos para ordenador, que además requieren tener una máquina potente para moverlos, es suficiente razón como para decantarse por las Lakento para tener el primer contacto con la realidad virtual.
Y es que la concepción de estas gafas no es otra que dar al usuario la oportunidad de entrar en el mundo de la realidad virtual de una forma económica y que vea el potencial de una tecnología que apenas acaba de echar a andar y la que queda mucho camino por recorrer (sobre todo por temas de precio) si quiere conquistar al usuario. Esto solo acaba de empezar.
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