lunes, 6 de mayo de 2013

Realidad Aumentada: más allá de lo que tus ojos ven

Hay muchas formas de entenderla Realidad Aumentada.Pero, de un modo genérico, se puede describir como la superposición de información y datos provenientes de fuentes on-line u off-line, sobre las imágenes captadas en tiempo real por la cámara del dispositivo que se esté usando, y que se muestran en una pantalla, ya sea la de un smartphone, un monitor, unas gafas «inteligentes» o un televisor conectado a una consola, por poner varios ejemplos.

La cámara captura lo que ve de un modo analógico, pero esas imágenes se procesan digitalmente y se asocian a datos relativos a su geolocalización, el momento temporal, la orientación, ángulo, velocidad o cualquier otro que sea susceptible de ser generado a partir de los sensores del dispositivo donde esté instalada la aplicación de Realidad Aumentada. De este modo, la información que se muestra en pantalla está asociada de una forma unívoca al contexto del usuario.

La información que se superpone a la imagen es la que caracteriza el tipo de uso que se le da ala Realidad Aumentada.Puede ser desde las paradas de Metro con información sobre cómo llegar o la distancia hasta ellas, hasta contactos de tu agenda de direcciones mostrando su domicilio, foto o incluso los tweets publicados más recientes, pasando por fotos subidas ala Red, gasolineras, cajeros, información sobre monumentos, datos sobre los cuerpos celestes en el cielo, incluso sobre obras de arte en museos. Sin olvidar aplicaciones lúdicas, como juegos para consolas, apps que extienden la experiencia de lectura de libros y revistas; o herramientas de marketing, como las que integran Realidad Virtual en los carteles de cine de las marquesinas.

El funcionamiento es conceptualmente sencillo. Se captura la imagen con una cámara (en teoría, se podría extender a sonidos o cualquier otro elemento de «realidad» que se desee aumentar) y se establece una correlación con los datos disponibles de los sensores del dispositivo, como la ubicación GPS, la orientación en el espacio, la velocidad, etcétera. Como resultado de esta correlación, es posible superponer sobre la imagen datos extraídos de diversas fuentes de información, como los contactos de nuestro móvil que tengan la dirección disponible, o lugares tales como hoteles, restaurantes, gasolineras, etcétera, que tengan asociada información de ubicación geográfica.

En otro nivel de la aplicación está la detección de códigos insertados en imágenes (como los de tipo QR, por ejemplo), reconocimiento de formas y otros tipos de análisis de imagen realizados mediante tecnologías digitales. A través de este tipo de análisis, una aplicación de Realidad Aumentada puede superponer sobre las imágenes captadas por la cámara todo tipo de infografías, datos, vídeos, modelos 3D, animaciones, enlaces web y, en general, todo lo que se le pueda ocurrir a un desarrollador.

Con los contenidos adecuados se pueden crear «efectos aumentados» tan espectaculares como hacer salir a un dinosaurio de la portada de una película en Blu-Ray usando un simple móvil.

Las aplicaciones son infinitas: desde libros y revistas con apps para móvil u ordenador, en las que simplemente apuntando con la cámara a las páginas se pueden lanzar vídeos, animaciones o contenidos multimedia de toda clase hasta carteles de películas que «vistos» con el smartphone dan información de los cines donde se proyectan o muestran el tráiler, pasando por carátulas de DVD, Blu-Ray o libros que observados por el «ojo» del móvil y con la app correspondiente ofrecen desde contenidos extras, hasta capítulos exclusivos o similares. El efecto es impactante y muy visual, aunque depende de la calidad con la que se hayan diseñado y creado los contenidos.

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