viernes, 31 de mayo de 2013

La garantía de google glass


Foto: Sergey Brin, cofundador de Google, con unas Google Glass.

Google ha impuesto muchas restricciones a la funcionalidad de las aplicaciones para Glass, la pantalla en forma de gafas que ha empezado a enviar a los primeros compradores. En la conferencia anual de desarrolladores de la empresa, I/O, celebrada hace un par de semanas, enseñó a los creadores de aplicaciones a saltarse sus propias reglas.

Una de las sesiones de la conferencia se titulaba: "Anulando Tu Garantía: HackingGlass". Pero podría resultar polémico animar a experimentar con un producto que ha epatado a la gente por sus posibilidades al mismo tiempo que ha despertado la preocupación sobre una sociedad sometida a una vigilancia ubicua generada por los propios usuarios. Está claro que Google quiere que los desarrolladores ayuden a explorar los límites de lo que es capaz Glass y, aunque Glass ni siquiera ha salido al mercado, un puñado de bares y cafés ya han prohibido el hardware.

"Google está auténticamente enamorado de este proyecto. Pero al mismo tiempo está aterrorizado", afirma Chris Maddern, uno del limitado grupo de desarrolladores de software que consiguió comprar un modelo de 1.500 dólares (unos 1.155 euros) a través del programa "Exploradores" de Google. "Hay tantas cosas que pueden salir mal entre este momento y el momento en que llegue a las manos de los consumidores".

Maddern afirma que comprende que Google haya impuesto una interfaz de programación relativamente restrictiva, es la puerta a través de la cual las aplicaciones basadas en la Web de los desarrolladores, el denominado "Glassware", pueden interactuar con el sistema operativo Android modificado de Glass. Estas restricciones impiden lo que a él le parece "casi cualquier aplicación guay que se te pueda ocurrir para la computación portable". Por ejemplo, la interfaz no permite a los desarrolladores analizar la localización, vídeo o fotos de una persona en tiempo real, para que no haya ninguna aplicación que reconozca la cara de alguien que esté charlando con otro que lleva unas Glass; ningunaaplicación de realidad aumentada que sugiera lugares para cenar durante un paseo.

Sin embargo, estas posibilidades existen y Google está animando claramente a los desarrolladores para que experimenten con estos "hacks" como se denominan por el momento. Estos hacks podrían influir en la forma final que adopte Glass. Nadie sabe qué aspecto tendrá la plataforma o cuánto costará si Glass llega al mercado el año próximo, como está previsto (ni siquiera hay un portal o una tienda de Glassware oficial aún, aunque Maddern ha montado una no oficial, y otros también lo han hecho).

Cuando hace poco el primer desarrollador independiente encontró una forma de hackear el dispositivo para poder usar aplicaciones hechas a medida, provocando un revuelo, el personal de Google disparó en Twitter: "Sí, Glass se puede hackear, muy listo". Ya hay un desarrollador que ha usado tecnología de reconocimiento facial con Glass para crear una aplicación para médicos que hace aparecer el historial del paciente. Otra permite a quien la lleva sacar una foto con un guiño, haciendo que la fotografía sea menos evidente que la fórmula establecida por Google, que es hacer que quien lleva el dispositivo hable con él.

La mayoría de las primeras aplicaciones creadas por la propia Google son más prosaicas, ampliando las capacidades de compartir que ya se observan en los smartphones.Glassagram, por ejemplo, sube fotos con filtros a la red. Beam posibilita compartir vídeos de YouTube. Glass Tweet ayuda a los usuarios a tuitear.

Google también ha trabajado directamente con un puñado de grandes desarrolladores, incluyendo a Path, la red social exclusivamente móvil, y el periódico New York Times, que ha creado una aplicación que muestra las últimas noticias en titulares a los portadores de Glass dentro de la pequeña pantalla. La popular aplicación de organización Evernote está trabajando en su propio software para Glass, pero no quiere dar más detalles sobre cómo funcionará. Twitter también está haciéndolo. El director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg se ha mostrado impresionado con el hardware y cualquier aplicación lanzada por Facebook podría ser un éxito. Se espera que aparezcan más aplicaciones después de la conferencia de Google.

Para los desarrolladores orientados al consumidor, una gran duda será si Glass creará negocios completamente nuevos igual que la inauguración de la tienda de aplicaciones de Apple lanzó una economía multimillonaria de aplicaciones. Por el momento, las condiciones de servicio de Google no permiten a los desarrolladores cobrar por aplicaciones que muestren anuncios, pero eso no seguirá así siempre. Y aún hay pocos desarrolladores que tengan acceso al hardware. Maddern afirma que recibe "ofertas desorbitadas" todos los días para trabajar con grandes empresas de consumo que quieren hacerse con él.

Si Glassware se convierte en un negocio, es probable que se beneficie la propia división de capital riesgo de Google, Google Ventures. En abril de este año, en un acuerdo inusual, Google Ventures se asoció con otras dos firmas de capital riesgo de primer nivel, Andreessen Horowitz y Kleiner Perkins Caufield & Byers para lanzar Glass Collective, un sindicato de inversiones que comparte oportunidades para proporcionar capital semilla astart-ups relacionadas con Glass.

Por el momento Glass Collective ha recibido "varias decenas" de proyectos a considerar y las tres firmas se reúnen una vez por semana para discutirlos juntos, según el socio gestor de Google Ventures Bill Maris. Maris afirma que los primeros anuncios de financiación se producirán pronto, aunque cada empresa tomará sus propias decisiones, y el sindicato no tiene un fondo exclusivo para este proyecto. Por el momento la mayoría de las ofertas están relacionadas con las características evidentes de Glass, formas únicas de enviar mensajes, compartir fotos o vídeo, o encontrar la localización de una persona, explica. Otras son específicas para sectores industriales y tienen como objetivo mercados más pequeños, como el médico (ver "¿Inventará alguien una aplicación buenísima para Google Glass?").

Evidentemente, todo depende mucho del éxito que tengan de las propias Google Glass, algo que no se puede dar por hecho. Un factor clave es su precio, hay mucha gente que piensa que no debería costar más que un accesorio de alta gama para teléfono inteligente. La otra pregunta clave es si Google conseguirá que Glass sea algo guay, o al menos socialmente aceptado.

"¿Se convertirá Glass en una plataforma? Es muy, muy difícil crear una plataforma", sostiene Maris. "Hace falta mucho dinero, dedicación, distribución y aceptación de los consumidores. La pregunta importante es ¿conseguirá el dispositivo una distribución amplia? Si la respuesta a eso es sí, llegarán modelos de negocio".

Fuente: v

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