miércoles, 25 de noviembre de 2015

Impresoras 3D, el juguete que viene


Los niños ya pueden crear sus propios juguetes gracias a las impresoras en tres dimensiones. Un nuevo concepto del juego.
Los expertos en cuestiones tecnológicas y en evolución e integración de la tecnología en la sociedad consideran que, en no mucho tiempo, será habitual encontrar en las casas impresoras 3D para su uso cotidiano. Poco podíamos imaginar hace apenas unos años que llevaríamos Internet en el bolsillo o que la realidad aumentada sería un hecho en los juegos o en las lecturas infantiles.
Así son las cosas, las primeras iniciativas para popularizar el uso de las impresoras 3D ya están en la calle con propuestas relacionadas con el mundo juguetero, por lo que se esperan buenos resultados de cara a las fiestas de Navidad. 
  • Único e irrepetible
La principal ventaja que ofrecen las impresoras 3D en lo que a los juguetes se refiere es el placer de la creación, del diseño y la posibilidad de personalizar cada elemento. Los límites están en la imaginación de quien realiza el proyecto. Los niños, nativos digitales, pueden pasar sus ideas del papel a la pantalla y de la pantalla a la realidad física y tangible.
Imaginieer es una iniciativa que viene de la mano de Imaginarium que pone a disposición del usuario la posibilidad de elegir el diseño de tres objetos diferentes: Comic car, pulseras o colgante. Se trata de elegir entre un catálogo variado de opciones y luego ir incorporando la decoración deseada colocándola cada uno donde prefiera. Los niños, además de hacer el diseño y encargarlo, pueden conocer el estado de su pedido y en qué momento del proceso de impresión se encuentra. 
Imaginieer es fruto de la colaboración entre Imaginarium y Sicnova3D y han puesto a disposición de los niños un programa de diseño muy sencillo e intuitivo al alcance de los más pequeños de la casa.
  • Desde el teléfono móvil
Y como no podía ser de otro modo, existe también una aplicación para dispositivos Android gracias a la cual, tanto los niños como los adultos pueden idear modelos personalizados de juguetes. Se trata de la Fábrica de Robots del Doctor Fluff de Thinker Thing. Con ella se pueden crear robots de manera autónoma eligiendo entre una variada oferta de piezas y después, sencillamente, darle a 'imprimir'. 
Una particularidad de esta iniciativa es que se puede elegir el material de impresión, desdegoma o plástico hasta oro, lo que, por supuesto, hace oscilar el presupuesto. 
  • Paradojas de la 'falsificación'
Gracias, por tanto, a las impresoras de tres dimensiones, no sólo se puede hacer realidad aquello que imagines, sino que se pueden reproducir modelos ya existentes. Este es uno de los peligros ya que cabe la posibilidad de replicar objetos protegidos por la propiedad intelectual. En este sentido, la multinacional de juguetes Hasbro, en lugar de blandir la bandera de la propiedad intelectual ha optado por fomentar el diseño individual sobre sus modelos de Mi pequeño pony. 
Los amantes de estos coloridos y mágicos caballitos pueden hacer sus propias propuestas y postularse para que sus diseños se vendan en una página web creada ex profeso para esta función, previa aceptación de la empresa. 
  • Aprendiendo desde cero
Hasta ahora, de un modo u otro, se trata de diseños englobados en un marco de opciones. Sin embargo, La fábrica de juguetes de Los Hacedores da un paso más y presenta talleres en los que dar rienda suelta a la imaginación. Dirigido a menores de entre ocho y 14 años, se trata de un proyecto para introducirlos en la fabricación digital de la mano de la impresión 3D y de un software de modelado poligonal 3D divertido y fácil de utilizar. 
Esta iniciativa, además de fomentar la creatividad, la libre elección y la innovación, muestra a los pequeños que pueden construir el mundo que les rodea. Los futuros diseñadores, ingenieros o artistas pueden hacer ya sus primeros pinitos gracias a este tipo de iniciativas. 

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