lunes, 25 de febrero de 2013

Un día con las gafas de Google

Un día con las gafas de Google:
Google Glass: lo que era una rareza total hace dos años, y poco más que un experimento hace 18 meses, está empezando a parecerse a un producto real. Un tipo completamente nuevo de dispositivo de computación, portátil, diseñado para reducir la distracción, creado para comunicarse de una manera que, se supone, debe sentirse natural”. Con esta introducción comienza Joshua Topolsky, de la revista The Verge, la descripción de su experiencia con las nuevas gafas de Google.
Tres años atrás, el ingeniero Babak Parviz, como parte de la iniciativa de Google X Lab, inició el proyecto de las “smart-gafas” de Google, cuyo lanzamiento fue anunciado por la compañía para finales de 2012. Las fechas se les fueron un poco de las manos, y el año acabó sin que este producto saliera al mercado. Finalmente, las revolucionarias gafas de Google podrán ser compradas a finales de 2013, por un precio superior a 1.300 euros. Desde el anuncio de la compañía, las expectativas no han parado de crecer, en parte avivadas por los vídeos que Google ha hecho correr por la red.
Todavía quedan varios meses hasta que se puedan ver las gafas en una tienda, pero muchos aventureros ya han conseguido probar el prototipo. Joshua Topolsky no sólo ha podido ponerse las gafas del futuro, sino que lo ha hecho junto a Steve Lee, director del producto e Isabelle Olsson, directora de diseño, que han respondido a las preguntas que dan vueltas en las cabezas de todos los que conocen su existencia.
“La tecnología ha conseguido que queramos y podamos estar conectados todo el tiempo, pero el problema es que crea distracción. Nos saca del momento”. Pero para Steve Lee, las gafas han conseguido solventar este problema a través de un diseño que permite apagar su “funcionalidad” sólo tocando un botón.
El diseño es elegante y sofisticado. Quizá un poco futurista, pero las tecnologías han acostumbrado ya a la gente a utilizar los dispositivos como prolongaciones del cuerpo humano. Ante todo “son cómodas; nada nuevo para alguien que acostumbra a usar gafas de ver o de sol” asegura Topolsky tocando sus gafas.
Las gafas son sólo unas pocas piezas básicas. El cuerpo principal es un material plástico suave al tacto que alberga el cerebro, la batería y el contrapeso (que se encuentra detrás de la oreja). Hay una tira fina de metal que crea el arco de las gafas, y también cuentan con las almohadillas típicas que hacen aún más cómodo el producto, que se ha diseñado en cinco colores: rojo, naranja, negro, blanco, y azul claro. Además cuenta con un accesorio de gafas de sol, para adaptarse a todas las situaciones.
Al activar las gafas, esto es lo que se ve en palabras de Topolsky, “se muestra la hora, con un pequeño texto debajo que dice “gafas ok”. Para despertarlas primero tienes que tocar el lateral del dispositivo o inclinar la cabeza hacia arriba lentamente, y después se inicia la configuración de voz, porque la mayor parte de interacción se realiza mediante la voz”. El dispositivo recibe datos a través de Wi-Fi por su cuenta, aunque también se puede conectar a los teléfonos inteligentes a través del Bluetooth. Aunque no tiene radio incorporada, sí cuenta con un GPS integrado.
Con ellas se puede tomar una foto de lo que se está viendo, y grabar vídeos de 10 segundos, también es posible activar el buscador de Google con la voz para que busque cualquier cosa. El problema de esta última función es que las gafas no siempre entienden lo que se está pidiendo, y puede resultar “un poco confuso”. Steve e Isabelle son conscientes de este tipo de limitaciones, pero explican que planean “emitir actualizaciones mensuales en el dispositivo”.
El tema de la privacidad va a ser un gran obstáculo para Google, casi tan grande como el obstáculo que tiene que saltar para convencer a la gente normal de usar algo tan extraño y fuera de moda. Topolsky cree que lo conseguirán. Después de pasar un día entero usando estas gafas, deshacerse de ellas fue duro. Aun no son suyas y ya las echa de menos. Si este sentimiento es experimentado sólo con unas horas de uso de este dispositivo, parece claro que su éxito está garantizado.
El futuro ha llegado y viene de la mano de Google.
 

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