domingo, 3 de abril de 2016

Un desafío cultural entre los muros de la historia

«Visión de Santa Gertrudis», de Isidoro Arredondo, que el conde de Quinto sustrajo de la Trinidad

El proyecto de la Real Academia de Bellas Artes demuestra el alto nivel científico que existe en España. Aparte de una gran publicación, se hará una recreación virtual de los conventos

JESÚS GARCÍA CALERO- calerojeMadrid

El proyecto de investigación puesto en marcha por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF), el Museo del Prado y la ETS de Arquitectura de la Politécnica de Madrid no tiene precedentes. Para hacernos una idea de la inteligencia puesta en marcha en uno de los más ambiciosos estudios de las ciencias sociales hecho en España basta revisar el elenco de investigadores involucrados.


Bajo el título «Dos centros de cultura y poder en la corte: reconstitución de los conventos de Atocha y la Trinidad Calzada», lo dirige Fernando Terán, el director de la RABASF, que es además, arquitecto y urbanista. Por el Museo del Prado figuran en él Javier Portús, jefe del Departamento de Pintura Española hasta 1700; Leticia Ruiz, jefa de Pintura Española del Renacimiento, y Gabriele Finaldi, que se sumó en su condición de direcor adjunto de de Conservación e Investigación del Prado y que hoy es director de la National Gallery de Londres. A pesar del cambio, él ha decidido permanecer en el proyecto. Portús comenta a ABC que el Prado aún no ha comenzado a ubicar las pinturas en la recreación del convento, en espera de que concluya la fase de recuperación de materiales y se concrete la recreación de los espacios. Pero el Museo Prado aporta de entrada la gran investigación previa de la exposición de 2003 y sobre todo el fundamental libro de José Álvarez Lopera, publicado en 2009, que documentó de modo muy preciso la dispersión de la colección de la Trinidad y dio pruebas fehacientes, extraídas de los archivos, de las fechorías del el conde de Quinto.

En la Academia de San Fernando, donde esta fase tiene el mayor peso y que se responsabiliza como sede de la investigación, figuran el académico, catedrático de historia del arte y padre jesuita Alfonso Rodríguez y Gutiérrez de Ceballos; el académico y musicólogo Ismael Fernández de la Cuesta (responsable de la exitosa explosión de gregoriano que hubo en España hace unos años) y Esperanza Navarrete (la archivera de la Academia). A ellos se suma Itzíar Arana (coordinadora de investigación de la RABASF, que conoce como pocos la historia del convento de la Trinidad).


Por parte de la Escuela de Arquitectura de la Politécnica el responsable esJavier Ortega, catedrático del Departamento de Ideación Gráfica. Además, han colaborado la Biblioteca Nacional, el Museo de la Ciudad de Madrid y la congregación del Ave María (hoy comedor social cuyo legado histórico los emparenta con la Trinidad).
Los resultados, en formato multimedia

Constituyen el «dream team» para un ejercicio de memoria histórica monumental: poner en pie aquellos monasterios que el tiempo se llevó, que ya no existen, reunir toda la información para recomponer su historia, liturgia y ajuares, así como la relación con el entorno de estos conventos olvidados y cuyos fondos se hallan dispersos por todo el mundo.

Itzíar Arana comenta a ABC que los frutos de este proyecto se centrarán en «una narración histórica que sea fácilmente comprensible sin perjuicio de un contenido rigurosísimo, y que debería ver la luz en un formato multimedia nativo. Saldrán monografías, pero hay cosas que uno entiende mejor si las ve. Nos planteamos recrear todo con los medios que investiga la Academia, que es puntera en la digitalización de arte, y utilizar todo ese conocimiento para ofrecer al público general, con realidad aumentada, una aplicación para ver el convento desde el móvil en Atocha». La ciencia hoy tiene los pies en la tierra y una idea clara del servicio a la sociedad.

Además de peinar mil archivos y bibliotecas que nadie había mirado desde la desamortización, se está buscando material gráfico: fotos de Laurent tras la boda de Alfonso XII que se hicieron en el claustro del convento y permiten ver cómo eran los arcos y otros elementos, y planos de Jareño, de 1876.

El dilema de Larra cuando temía que los españoles no valorasen el patrimonio conventual sige vigente. Entonces le fallaron. Aún nos miramos en él.

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