Wendy Sulca, de 'La tetita' a la pantalla grande
Actualmente podemos ver a Wendy Sulca en la telenovela "Valiente amor". (Foto: USI)
José Tsang
Periodista
“Soy rochosa", dirá más de una vez Wendy Sulca durante la entrevista en el apacible parque que se ubica a unas cuadras del instituto en el que ella estudia Administración de Empresas. Al menos durante la conversación, lejos de los escenarios y sin una cámara que se entrometa en ella, su aire natural de una chica-de-al-lado que aún vive en San Juan de Miraflores con su mamá le da credibilidad a su sentencia.
La timidez es menos evidente en sus encarnaciones expresivas. Eso lleva a uno a las estadísticas de YouTube: el video de "La Tetita" colgado hace 8 años cuenta con más de 16 millones de visualizaciones. De San Juan de Miraflores para el mundo. Las casi 13 millones de visitas del video más 'clickeado' de La Tigresa del Oriente están lejos de respirarle la nuca.
La épica de esta artista y emprendedora 'millenial' de 20 años pronto debutará en el cine. Dentro de unos meses se estrenará "Coach", cinta chilena protagonizada por Sulca que es promocionada como la primera película electroencefalográfica. Ella se ríe cuando se le recuerda esta palabra. La cantante y actriz comenta: "Espero ponerme el casco para ver la cinta".
Según los realizadores de "Coach", uno de los asistentes se colocará un casco electroencefalográfico cuando se proyecte la película (ni James Cameron, el más devoto y militante del 3D y la realidad aumentada de Hollywood, llegó a tan lejos). Este artefacto recogerá informaciones desde su cabeza: si el tipo bosteza, el filme acelerará su ritmo; si este se emociona o se excita, la historia avanzará a una velocidad más pausada.
Lo que convenció a Sulca fueron el guión y la empatía del director Leonardo Medel. En este primer papel en el cine, ella es la jefa de cocina de un restaurante peruano en Chile que, por su carácter y firmeza, es seleccionada por una gerente especializada en coaching ontológico que está buscando un reemplazo durante su embarazo. La protagonista tendrá que aprender a sobrevivir en el vertiginoso y despiadado mundo corporativo. Nunca hay que subestimar la competitividad y las ansias de triunfo de la generación 'millenial', fascinada con el presunto océano de oportunidades del mundo hiperconectado y con la mitología de los triunfadores imberbes que son millonarios con menos de 30 años.
Sulca vivió durante un mes en Chile para cumplir el rodaje de "Coach". Su personaje pronunciará más de un chilenismo y peruanismo. "Se me pegan los dejos rápido", acota ella. Tal permeabilidad facilita acaso su apuesta por hacer una carrera sin fronteras. Sulca es apoyada por legiones de fans en países como Argentina, Colombia, Chile, Ecuador y, sobre todo, México. Apariciones mediáticas de ella en la revista "Rolling Stone Argentina" o en la cadena CNN reflejan esa trayectoria internacional. Y en mayo, dentro de unas semanas, los públicos latinos y de otros lares de Virginia y Nueva York bailarán al son de su ritmo cuando Sulca viaje a los Estados Unidos. Sobre el escenario, la introspección se le borra de un plumazo.
DEL FOLK AL POP
La chispa la encendió el 'cover' de "Like a Virgin" de Madonna que Sulca estrenó a fines del 2012. Fue su primer paso en el que el folk y el pop se estrecharon las manos. Ella rememora: "Desde ahí la gente me pide más canciones de este tipo en los conciertos y en las redes sociales. Más de uno me dice: 'Vamos Wendy, aní- mate, prueba nuevos géneros'". Sulca procesó esas señales globales y ahora se prepara para facturar un disco que incursionará de lleno en el folk pop.
Un antecedente cercano ya apuntaba hacia esa dirección: el año pasado, el elogiado músico chileno Gepe –ducho en fusionar armonías autóctonas con sonoridades de avanzada– la invitó a afinar la garganta en su canción "Hambre". En el videoclip del tema, Sulca irrumpe como una suerte de princesa mística, enigmática, reluciente y conscientemente kitsch. La cantante no suele generar indiferencia.
Ella reconoce que está inmersa en un proceso de transición por ir de la autogestión del folklore a decidirse a pisar el terreno que aún no conoce a profundidad del pop. Sulca prefiere no fiarse del "hazlo tú mismo" y de la honestidad brutal de la magia amateur de los inicios de su carrera para consolidar su internacionalización.
La cantante afirma: "En el folklore, mi mamá y yo sabemos en dónde grabar, a qué productor llamar, cómo difundir lo que hacemos, etc. Con el pop, en cambio, estamos aprendiendo. Y queremos hacerlo bien".
La invocación a su madre no es gratuita. El origen del estrecho vínculo freudiano entre ambas está pormenorizado en el libro "La verdadera historia de Wendy Sulca. Más allá de la tetita" (Editorial Estruendomudo). El parto de la cantante en el Hospital María Auxiliadora estuvo lleno de complicaciones, al punto de poner en peligro la vida de su mamá. Pero ambas sobrevivieron. Desde su nacimiento, la hambrienta Sulca le pedía obsesivamente la teta a su mamá, una fijación que empezó a apaciguar a los 4 años. Luego ella se inició en el canto folklórico y cuando rondaba los 8 años, lanzó "La Tetita", un genuino homenaje a la mujer que le dio vida para muchos, y todo un clásico del 'freakismo' y de lo bizarro para otros.
La letra de la canción impresiona y desconcierta: "De día, de noche/quisiera tomar mi tetita/cada vez que la veo a mi mamita/me está provocando con su tetita/rico, rico, rico, rico, qué rico es mi tetita...".
El tema pavimentó su carrera y la apodaron la "Princesa Inca del YouTube", un hito nada desdeñable si se consideran los riesgos del impredecible y pantanoso espacio virtual (las estadísticas apuntan a que casi el 95% de las iniciativas digitales de cualquier índole, en especial las 'startups', están condenadas al fracaso). Sulca se enorgullece de su pasado, aunque busca trascender las etiquetas. Mientras tanto, insiste en que es tímida.
0 comentarios :
Publicar un comentario