viernes, 29 de abril de 2016

Con-fusión de tecnologías: la irrupción de la Industria 4.0

Escrito por Carlos Cosials

En “Flow”, el libro del impronunciable Mihály Csíkszentmihályi, éste establece la teoría de estar en “flujo” cuando un individuo está, digamos que, absorto en la ejecución de una actividad sin que se percate del esfuerzo al que se está sometiendo y donde el tiempo de dedicación a ello se elonga, de una forma ingrávida, hasta que alcanza un nivel de dificultad que le enfrenta a un nuevo reto, que comporta un salto en su desempeño.

Traigo a colación este libro y su sinopsis pues últimamente se me asemeja como analógico lo que estamos viviendo en el ámbito de las TIC. Y afirmo esto desde una perspectiva personal y retrospectiva de las TIC, que parecerían un continuo “flow”, pero que, sin embargo, está plagada de saltos cualitativos, a saber, la informática centralizada y su arquitectura cliente/servidor, la informática personal con el PC, la irrupción de Internet con la web distribuida y federal y, digamos que, lo móvil con la computación ubicua, como última frontera alcanzada.

Pero conforme se avanza, progresa y se sube en el escalafón de las adopciones tecnológicas, se amplía la perspectiva y otros dominios, no eminentemente nuevos, surgen en el radar. Al principio, como en cualquier cambio profundo, emerge la negación y el rechazo pero las miradas históricas nos muestran que las tendencias acaban arraigando y, como de pronto, nos encontraremos en un nuevo “flow” tecnológico.

Con el título del artículo de antesala, no pueden quedar dudas a estas alturas de que me estoy refiriendo a las tecnologías (nueve según el consenso en las consultoras encabezadas por BCG) de la industria 4.0, a saber, robots autónomos, simulación, integración, Internet of Things, ciberseguridad, el “Cloud”, la manufactura aditiva, la realidad aumentada y la analítica del Big Data. Fíjese el lector que se están refiriendo al ámbito “industrial” o manufacturero o lo que podríamos acotar bajo el espacio “fábrica”, por contraponerlo, digamos, al ambiente “oficina” o del ámbito de la administración/gestión empresarial, donde las TIC han tomado el protagonismo de tal forma que ahora parece que todo sea “transformación digital”.

Pero mi propósito aquí es argumentar (para demostrarlo vamos a necesitar tiempo), que ambos dominios están condenados a entenderse y trabajar conjuntamente cuando, hasta ahora, siempre parecía haber una negación o un “darse la espalda”, cuando menos. Y ¿por qué el IT y la OT van a ser el mismo dominio? Pues por la sencilla razón de que la empresa, aquella a la que la IT y la OT dan soporte y ayudan a escalar, ya es, y sinó lo va ser, una empresa “real time” o de tiempo (cuasi) real. Es decir, el negocio está, estará, permanentemente abierto, 24x7, con la ventanilla (¿web?, ¿móvil?) siempre dispuesta a atender a los clientes que, ubicuamente, querrán saber/pedir y donde la empresa deberá adaptarse (¿“responsive”?) para engranar todo (el IT y el OT) al mecanismo de toma de decisiones (¿precio?, ¿aumentar/reducir capacidad?, …) para que la empresa responda automáticamente, como si toda la organización fuese una “fábrica” en la toma de decisiones, donde una expectativa de latencia operacional decreciente y complejidad de gestión creciente van a forzar la supervivencia de las maquinarias empresariales..

En resumen, que las tecnologías IyC, sean para el ámbito de la información/gestión o de la operación, y los proveedores de las mismas, van a estar sujetos al fenómeno económico, que está empezando a acuñarse bajo el término de “outcome economy” o economía de los resultados, donde toda la infraestructura TIC (IT y OT) del negocio estará en condición a los resultados (o sus correspondientes ingresos de pago por uso) que la transformación de producto a servicio está invadiendo todo el ecosistema empresarial.

Y tal como arrancaba, prepárense para un nuevo “flow” de tecnologías que convergerán, tal vez en una inicial confusión pero que con la fusión total de ellas nos harán disfrutar, una vez hayamos saltado a la nueva frontera de la automatización completa de las organizaciones. Allá nos vemos. 

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