Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- El 2015 finalmente está aquí y tanto fans como los no tanto, hacen recuentos de lo que la segunda entrega de la exitosa saga “Volver al Futuro II” había pronosticado, de cierta manera para este año.
Lo que sí
En su corta estancia por el año 2015, Marty McFly y el “Doc” Brown nos mostraron un mundo en donde a través de unos lentes, puedes saber la identidad de las personas que transitan por la calle, ¿suena familiar? Aunque no han alcanzado todavía su máxima difusión, es un hecho que dispositivos como Google Glass nos ofrecen ya la posibilidad de saber un poco más de lo que se encuentra a nuestro alrededor: la realidad aumentada.
Dentro de la casa de los McFlys nos encontramos con una nueva modalidad de comunicación en donde el teléfono evoluciona al plano visual con la persona con la que conectamos. De igual manera, la video conferencia en nuestra actualidad se ha vuelto una modalidad de comunicación bastante usual, que aunque no se encuentra al alcance de cualquier persona, es un concepto que la mayoría de las personas que alguna vez ha utilizado una computadora, sabe de esta forma de tecnología.
Las pantallas flotantes que tanto están de moda en las películas de ciencia ficción de nuestros días, ya aparecían en Volver al Futuro II con la publicidad para las modificaciones automotrices. En nuestros días, estas pantallas son posibles gracias a una cortina de humo, aquí puedes ver cómo funcionan.
Los video juegos que manejan sin manos ya no son novedad en estos últimos años sino el regalo perfecto de todo niño. Un muy joven Elijah Wood se asombra de Marty al conocer cómo se jugaba en las máquinas de video de los ochenta.
Otro de los grandes avances que este filme nos presenta para ese “lejano año”, es la amplia difusión de los pagos realizados por medio electrónico y sin necesidad de hacer uso del dinero. Una muestra de ello, Biff del futuro hace el pago de su peaje a un taxista con sólo colocar su huella digital en un dispositivo electrónico. Nosotros realizamos esto todos los días, sólo que en nuestro tiempo, todavía es más usual el uso de las tarjetas bancarias para confirmar estas operaciones.
Pero lo que se encuentra justamente entre la fantasía y la realidad es la tan deseada “hoverboard”,aquella “patineta” voladora que hizo suspirar a miles y miles de fans tanto de la película como del dispositivo. Y es que a finales del 2014 fue dado a conocer el proyecto Hendo Hoverboard, una patineta flotante que funciona a base de un campo magnético. Aunque la Hendo Hoverboard todavía no se encuentra plenamente desarrollada, los creadores de este juguete aún se encuentran recolectando recursos para afinar este novedoso artilugio.
Aunque parezca broma, hay personas que se han dado a la tarea de desarrollar la chamarra de ajuste automático y pese a que no es un artículo con mucha difusión, el atuendo de Marty en el 2015 especial para fanáticos, tiene un costo de mil dólares.
Incluso técnicas de entretenimiento de alta tecnología nos han permitido acercarnos a los hologramas en tercera dimensión que conocimos con la publicidad para Tiburón 19, y que llegó a la realidad con presentaciones que recordaron la presencia de artistas como Tupac y Michael Jackson.
Finalmente, los cerrojos que funcionan a través de las huellas digitales. Ya hemos visto que algunas laptops llevan integrado este sistema como forma de seguridad.
Lo que no
A pesar de los grandes adelantos que la tecnología ha mostrado en los últimos años, aún quedan algunos que tal vez, se encuentren a la vuelta de la esquina:
Autos voladores. Otro gran sueño, a pesar de las congestionadas vías que nos muestra la producción spielbergiana.
Hidratadores de comida. Sería fabuloso comprar un par de pizzas familiares que estén listas para comer en cuestión de solo unos segundos.
Tenis que se atan automáticamente. Para los momentos de prisa o para hacer palidecer a coleccionistas de Jordan.
Paseadores de perros automáticos. Tenemos aspiradoras automáticas pero, aún no logramos pasear a nuestros perros a control remoto.
Reactor de energía doméstico. Suena irónico, pero en pleno siglo XXI aún no tenemos una fuente de energía renovable que nos permita reusar los desperdicios.
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