sábado, 31 de enero de 2015

Sexnología', la revolución de las máquinas

Rebeca Yanque

El primer vibrador fue anterior a la plancha eléctrica y servía para sanar una enfermedad de la mujer a través del llamado "paroxismo histérico", léase orgasmo. Pero este siglo más que de eufemismos va de neologismos, y es la sexnología la madre de todos los conceptos. La unión del sexo y la tecnología, la revolución de las máquinas, está en el final de su advenimiento porque, según quienes trabajan en el negocio, 2015 será el año en que el sector alcance el clímax. Un estudio de 2014 elaborado por Lelo, compañía especializada en el diseño de "productos para la vida íntima", con datos de 35.0000 individuos de 30 países, entre 21 y 55 años, estima que que el 74% de los encuestados tendría a bien poseer un juguete sexual. Esta opción sólo alcanzaba el 38% en 2011. 
También se observa una mayor satisfacción sexual (el 81% dice estar satisfecho, frente al 70% de 2014 y 2013) y para Todd Glider, director ejecutivo de BaDoink Europe, empresa multidisciplinar de entretenimiento adulto, «el sexo y la tecnología hoy forman parte de la conversación y la cultura popular de una manera nunca antes conocida». Glider le reconoce el mérito a la trilogía sobre BDSM (Bondage, Dominación y Sadomasoquismo) o, como se le dio en llamar, porno para mamás, las Cincuenta sombras de Greycuya adaptación al cine se estrenará en España el próximo 13 de febrero y que, se espera, provocará una oleada de compras de juguetes eróticos. "Es el ejemplo perfecto, atraviesa grupos sociales, géneros y etnias. Mi propia madre ha leído los libros y quiere ver la película. Habla abiertamente de todo ello con sus amigas. Esto no hubiera pasado hace cinco años, ¿verdad?".
La de Glider es una startup (nació en 2006) cuya sede europea está en Barcelona, reúne trabajadores de varias nacionalidades y tiene el objetivo de convertirse en la "voz del tecnosexo", o sextech, como se conoce en inglés. Comenzaron como proveedores de contenidos sexuales ("más preocupados por la forma en que distribuimos el producto que por el producto en sí") y han terminado evolucionando a magacín especializado en sexnología. es decir, concibieron su expansión de una manera multisoporte: "Se puede disfrutar de nuestros contenidos donde se quiera, en el pc, en el móvil y en la televisión del salón. Hemos crecido tanto que, en 2013, decidimos expandirnos y ofrecer una revista que analizara la convergencia de la tecnología, el sexo y los hábitos de vida; nos pareció clave", detalla.
Su visión del tecnosexo como permanente evolución en acción encaja con la que tiene Robert Weiss, vicepresidente de desarrollo clínico del Centro Elements, diseminado por los Estados Unidos y con un diseño muy parecido al de los spas. Especialista en adicciones sexuales, para Weiss la sexnología no es ni buena ni mala, solo un paso más de la transformacion humana, y sobrevivirán los que antes y con mayor efectividad se adapten. 
"La sexnología permite que las parejas se conozcan y se encuentren, consigue que las personas estén unidas de maneras nunca hasta ahora conocidas. Alguien puede estar buscando un revolcón o una relación estable y encontrarse con posibles partenaires en cualquier lugar del mundo con los que flirtear o tener una encuentro sexual que se sirva de dispositivos electrónicos y otras formas tecnológicas", resume.

KlicKlic, diversión para ella y para él

Alberto Di Lolli
Y no niega los riesgos. "Algunas personas eligen practicar sexnología como un sustituto de una relación real. Otros pueden convertirse en consumidores compulsivos. Es decir, lo usan como vía de escape a su propia vida, como sucede con el alcohol y las drogas. En este mismo punto detecta un problema la sexóloga catalana, especialista en relaciones de pareja, Marina Castro: "Cuando es la única manera de disfrutar del sexo puede ser muy perjudicial porque limita la vida social y la parte emocional de la sexualidad". 
Es decir, el problema puede darse cuando el sexo deja de ser una cuestión de piel, cuando no se atiende también a los cinco sentidos, cuando desaparece el gusto, el tacto, el olfato, el oído. Más sencillo, como dice Castro, "cuando hablamos de sexo virtual, la falta de esa afectividad y sensaciones físicas provoca que falten ingredientes clave para que, además de ser sexual, la relación sea afectiva. Para algunas personas puede ser suficiente y para otras no, las dos opciones son válidas igual que existen dos palabras para definir el encuentro sexual: hacer el amor y follar. Existen los dos conceptos clave y las dos maneras de hacer".
Es en los casos en que la distancia impide el contacto físico donde mayores beneficios observan estos expertos. Dice Weiss que quienes, "por trabajo, se ven obligados a estar separados pueden permanecer ahora en contacto casi constante a través de la red y, en muchos casos, ese contacto puede ser sexual y emplear el sexting, la webcam y artilugios tecnológicos como los teledildonics», el dildo de toda la vida pero teledirigido a distancia desde un ordenador, la posibilidad de provocar sensaciones en la persona deseada apretando un botón.
En esta situación, con su pareja viviendo en el extranjero, se encontraba el director de cine erótico Narcis Bosch (el único español ganador del premio AVN, el equivalente al Oscar en la industria del cine porno mundial) cuando inventó el Klic Klic, los aparatos que están sobre estas líneas, un klic para la mujer y un klic para el hombre, cuyos movimientos puede controlar el partenaire y que también se puede usar a través de comunidades en red con personas desconocidas.

La realidad virtual aplicada al sexo llega de la mano de Oculus Rift en 2015.

"Lo hice por necesidad. Al principio le dije a mi pareja, que vivía fuera, que se pusiera el móvil en vibración en la vagina y yo, desde aquí, le llamaba insistentemente, hasta que ella me mandaba un sms diciendo que había terminado, la volvía a llamar y hablábamos. Pero como seguían faltándome sensaciones ideamos un complicadísimo sistema informático que derivo en el actual Klic Klic", describe.
Glider recuerda que, a fin de cuentas, "internet ha cambiado la manera en que lo hacemos todo, incluyendo la forma en que vivimos el sexo, la sexualidad y cómo encontramos pareja". "Compañías como Kiroo están literalmente transformando la experiencia íntima a través de internet, especialmente con la realidad virtual, ya que el usuario siente realmente que está en su salón con una persona, cuando puede estar en realidad a miles de kilómetros de distancia", apunta.
Weiss fecha el comienzo del boom sexnológico en 2008, y aporta una tesis: "No es casual que en ese año comenzara a hablarse de jóvenes, sobre todo japoneses, desinteresados por el sexo en carne viva, fue el momento en que la sexnología comenzaba a desarrollarse, se multiplicaron las webs pornográficas, el sexting, los smartphones, los juegos sexuales de realidad virtual y losteledildonics". 
El glosario es infinito y anglófono: androids, robots, cyborgs, humanoides, sexo remoto, tecnosexo, realidad virtual... Lo que detallaban filmes de los 90 como Demolition Man e Inteligencia Artificial está aquí ya. En la primera, Sylvester Stallone y Sandra Bullock decidían tener sexo y se colocaban dos cascos de realidad virtual. En la segunda, uno de los personajes era un un robot sexual, se llamaba Gigolo Joe y lo interpretaba Jude Law.

El nuevo We Vibe 4 permite jugar a distancia.

Un estudio de 2013, Mobile Consumer Habits, de Jumio, una compañía especializada en productos tecnológicos, ya avisaba de que la sexualidad estaba mutando cuando afirmaba una triste realidad, "que un 20% de los individuos entre 18 y 34 años admitía usar su smartphone mientras practicaba sexo".
El escenario de las startups de tecnosexo "está creciendo exponencialmente", afirma Todd Gliner, quien menciona alguno de los gurús que han ayudado al cambio, personas como Cindy Gallop, la fundadora de MakeLoveNotPorn, una apuesta por el sexo real que desmitifique el porno y su idea de dividir el contenido erótico entre el profesional y el amateur. Gallop considera que el sexo es sexo y punto. "Se estima que el tecnosexo es ya un negocio multibillonario que se está acercando paulatinamente al mainstream. A estas alturas de 2016, formará parte muy a menudo de los titulares de las noticias», vaticina.
Las novedades son muchas y muy variadas. Por ejemplo, la empresa Ravijour presentó hace poco "un sujetador (y su correspondiente app) que se abre sólo si la mujer que lo viste está enamorada"; la aplicación Sex With Glass, que utiliza las Google Glasses, graba al usuario mientras practica sexo, esto es, el acto en sí puede ser transmitido a quien se desee, en tiempo real. Resulta coherente que, siendo el sexo una acción dominada por la creatividad, las aplicaciones vayan en aumento y también sean cada día más pintorescas. LickThisApp permite que los usuarios perfeccionen sus habilidades amorosas lamiendo sus teléfonos inteligentes. También puede dejar el picardías a un lado y vestirse con Intimicy 2.0, un vestido que se vuelve transparente en función de la temperatura y los latidos del corazón.
Esta evolución del ser, persona, y hacer, el amor, exige estar más que atento a la realidad. Según Glider, "la gente está siempre abierta a nuevas ideas, dentro y fuera del dormitorio. La buena noticia es que si hay algo en particular que te interese, una fantasía o un toque fetish que te gustaría probar, tienes delante una gran variedad de posibilidades y autovías gigantes para la exploración". ¿Se pondría usted un dispositivo en la piel que, apretando un botón, le provocara un orgasmo?

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