jueves, 29 de enero de 2015

Apostar por Google podría resultar un negocio arriesgado

Google Glass
Redacción
Tanto si es por una causa como por otra, los riesgos acaban siendo los mismos para Google y también para aquellas empresas que deciden invertir en conceptos ambiciosos de esta organización que acaban cayendo en la insolvencia de proyectos de futuro y nuevas ideas, como parece estar empezando a ocurrir con sus gafas inteligentes, las Google Glass.

Aun disponiendo de un envidiable recorrido en lo que respecta a nuevos servicios que la compañía ha ido poniendo masivamente a disposición de la gente, no todas las apuestas que realiza Google resultan exitosas. La compañía ha reemplazado a muchas industrias y ha llevado a cabo importantes roles en solitario, implicándose en negocios emergentes durante los últimos 16 años. En cualquier caso la trayectoria de Google contiene también capítulos rodeados de parches que han acabado estrepitosos fracasos.

Cierto es también que no existe ninguna compañía en el mundo que haya triunfado en todas las apuestas de mercado que pone en marcha. Sin embargo, cuando Google fracasa en algo o decide tirar la toalla en alguno de sus múltiples proyectos se producen repercusiones de largo alcance difíciles de prever. En ocasiones, tampoco es más trascendente de la cuenta si Google decide finiquitar un producto que ha tenido un mal comportamiento en el mercado; mientras que en otras, cuando los proyectos están condenados a morir, las compañías que han apostado por Google han sido dejadas en la estacada por ésta.

Pese a la ascensión de la firma a los altares de ser una de las pocas empresas en haberse forjado una marca de renombre mundial, todavía hay muchos aspectos en los que Google no puede o prefiera evitar. Aquellas compañías que profesan una admiración incondicional por Google corren el riesgo de realizar importantes apuestas por conceptos insuficientemente garantizados. Tanto los responsables tecnológicos como los CIOs tienen la ocasión de aprender valiosas lecciones del fracaso de la herramienta colaborativa Wave de Google, así como de Buzz, Reader, Jaiku (un servicio de microblogging), Dodgeball (la primera aplicación de tipo Foursquare desarrollada por el mismo equipo), Authorship (una herramienta de búsqueda para editores), el escaso éxito de Google+, y el experimento de Google smartglasses, constituyen toques de atención para advertir a todas aquellas compañías que se lo piensen antes de decidirse a por apostar por esta compañía.

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