Como cada jueves, la redacción debate: ¿Serán un éxito o un fracaso?
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por Alberto Martín - Consultor UX, SEO & Analítica Web
El jueves pasado nuestro debate giraba en torno a la necesidad o conveniencia de que Apple lanzara un iPhone low-cost o iPhone 5C (los dos nombres por los que se conoce al futuro iPhone "barato").
Sin embargo, esta semana hemos querido centrarnos en otro tema de actualidad, aunque no tanta como el nuevo iPhone que Apple presentará el 10 de septiembre, ya que se espera que las Google Glass no estén disponibles antes de las próximas navidades.
Mucho se ha hablado de las gafas de Google, y todos los días conocemos detalles nuevos. De hecho, en ComputerHoy.com ya tienes un completísimo especial de Google Glass con toda la información que puedas necesitar.
De lo que se trata ahora es de valorar si este gadget futurista (cada vez más cercano) se comerá el mercado a bocados o pasará desapercibido, una vez desinflado el hype que acompaña a las gafas de Google.
Para ello hemos querido, como todos los jueves, tomarle el pulso a nuestra redacción. Aquí tienes sus esperanzas, miedos y valoraciones sobre Google Glass. Esperamos las tuyas en la zona de comentarios.
Podéis llamarme loco y darme todos los “palos” que queráis, pero para mi las Google Glass son, pese a que asumo sin reparos más de un inconveniente y muchos flecos por pulir, un éxito rotundo.
Los principios siempre son complicados y están llenos de adversidades, críticas y oportunismo. Haciendo un poco de memoria, recuerdo las primeras versiones de iPod, iPhone o iPad ¿alguien duda de su éxito? Pues en su lanzamiento muchos sacaron las antorchas incluso antes de ponerles un solo dedo encima, al igual que se está haciendo ahora con las Google Glass.
Independientemente de sus ventas y penetración en el mercado, Google Glass es una idea valiente y arriesgada, lo que por sí solo hace que merezca la etiqueta de éxito.
Las Google Glass aportan un elemento más a la corriente emergente del “Wearable Computing” y a buen seguro marcarán el inicio de un concepto que, tarde o temprano, terminará haciéndose un hueco en nuestro día a día.
¿Acaso te imaginabas hace 10 años con ese “extraño” dispositivo táctil que llevas ahora mismo en el bolsillo? Si queréis, retomamos el tema dentro de un par de años…
¿Google Glass? éxito... en minúsculas. No me atrevería a considerarlas como ÉXITO, aunque sí creo que van a marcar un antes y un después en nuestra forma de comunicarnos con el mundo.
Es indudable que las Google Glass estaban destinadas a ser un producto revolucionario desde el momento que se plasmaron las primeras ideas en la mesa de diseño.
El concepto -y el producto en sí- pese a no ser nada nuevo ni exclusivo, podría calificarse de innovación disruptiva y desde Google han sido capaces de desarrollar -antes que nadie- un sistema con un diseño cuidado y estilizado, y lo que es más importante, un hardware capaz de ofrecer una experiencia de usuario satisfactoria.
Su éxito se basa en tres pilares: en primer lugar, la prensa, de la que Google ha conseguido especial atención desde el anuncio del primer prototipo; en segundo, el ecosistema Google, ya que sin las innumerables apps y servicios de la empresa de Mountain View no tendría sentido a día de hoy un producto como tal; y por último, la creciente necesidad de los usuarios de estar permanentemente conectados.
Y eso es lo que precisamente ofrecen las Google Glass, una solución para, ahora sí, tener la posibilidad de estar online 24/7 (quitando las horas de sueño ;))
Y es que con un teléfono inteligente dependes de sacar el terminal del bolsillo, desbloquear la pantalla y acceder a la información. Eso sí, desde mi punto de vista, es una solución mucho menos intrusiva.
Ahora bien, creo que habrá que esperar unos meses para ver si realmente es un producto nacido con estrella o uno más que quedará relegado al olvido. No obstante, aunque su precio de salida definitivo no está definido -apunta a que no serán nada baratas teniendo en cuenta que la versión para desarrolladores se lanzó a $1.500 (y hay más jugadores desarrollando sistemas similares), creo que son un buen punto de partida.
Personalmente, quiero unas, pero ¿a qué precio?
En mi opinión, a pesar de la gran popularidad que parece tener este dispositivo, las Google Glass no van a cosechar el éxito que Google pretende, sobre todo porque el gran público no está acostumbrado aún a tecnologías tan invasivas.
En determinados entornos de trabajo o, incluso, de ocio, pueden ser de mucha utilidad, pero no creo que se vayan a popularizar tan deprisa como algunos piensan.
Además, hay que tener en cuenta que su uso en lugares públicos y privados puede entrar en conflicto con el derecho a la privacidad. Pero, en cualquier caso, se trata de un gran paso hacia delante en lo que a tecnología se refiere.
Seguramente, este intento de introducir a la gente en el mundo de la realidad aumentada no será tan exitoso como pueda parecer a los entusiastas de la tecnología (como yo), pero en un futuro cercano es muy posible que dispositivos como este se integren rápidamente en nuestras vidas, tal como ha sucedido con los smartphones en muy poco tiempo.
Al igual que en este ejemplo, sólo hace falta generar en los usuarios la necesidad de usar esta tecnología para que se extienda al gran público.
¿Nos venderá Google sus gafas tan bien como ha hecho con su sistema operativo para móviles y tablets? No habrá que esperar mucho para saberlo.
Personalmente, creo que Google Glass no va a despegar completamente. Se ha creado mucha expectación, ya que es un dispositivo muy novedoso, con nueva técnologia.
Además, vivimos el auge de la "wearable tech", con la que podemos llevar gadgets encima como una prenda de ropa o un complemento más. Puedes conectarte a Internet, ver vídeos y muchas cosas más.... pero ¿ofrece algo importante que no puedas hacer con tu tablet o smartphone?
Por los rumores que circulan (la edición de desarrolladores cuesta 1.500 dólares) sobre el precio final para el usuario, veo complicado que acudamos en masa a comprar un producto, las gafas de Google, que no será muy barato, simplemente porque puedes llevarlo puesto todo el día.
Otra percepción que creo no es muy favorable para el producto es la invasión de la intimidad de las personas que tienes a tu alrededor. Yo me planteo si cualquiera pude estar tomando imágenes o grabando vídeos sin que nos demos cuenta....
De hecho, antes de salir al mercado ya hay casos como el de el dueño de un bar en Seattle que prohibirá el uso de Google Glass en su local para que los clientes no se sientan incómodos.
De todas formas, habrá que esperar al 2014 para ver qué pasa realmente con este indiscutiblemente novedoso gadget.
Aunque he visto algunos usos interesantes de las Google Glass, como ayuda para personas con deficiencias visuales o para perros guía, realmente creo que son una pérdida de tiempo y de dinero.
De tiempo porque, seamos honestos, hay mejores cosas que inventar. ¿A quién le importa que existan gafas que graban todo? A mí, personalmente, no.
¿Realmente me interesaría que me grabaran? En absoluto. La vida privada es justamente privada por algo, y lo que menos me gustaría es sentirme observada por un desconocido.
De dinero es también una pérdida, porque aunque no se ve en la foto yo debo utilizar gafas permanentemente y no puedo utilizar lentes de contacto. ¿Google me va a pagar la fórmula de las gafas, o va a incluir un modelo especial para aquellos de nosotros con algún tipo de deficiencia visual? Lo dudo.
Por eso, creo que van a ser un rotundo fracaso. Si se desarrollan modelos especiales para ciertos casos, genial. Pero yo no las compraría.
En la vida, al igual que en los ágapes tipo buffet, tan malo es llegar tarde como demasiado pronto.
Da igual que el explorador vikingo Leif Eriksson pisara el continente americano quinientos años antes que Cristobal Colón: no supo venderlo, o quizás no tenía a quién hacerlo.
Igualmente, es encomiable el empeño de Google en lanzar tecnologías que están por delante de lo que otros fabricantes ponen en el mercado, pero si no existe o se crea primero una demanda real del producto, las Google Glass se quedarán en los estantes.
Encima está el bochorno que le da al usuario de a pie ir por la calle hablándole a sus gafas, o el guantazo que nos puede propinar la señora que se sienta al lado en el Metro si ve que la enfocamos con nuestras Google Glass y ella piensa que estamos grabando cómo se trajina una palmera de chocolate.
La realidad aumentada es muy prometedora pero, con mucha gente preocupada de cómo manejar su realidad, a secas, el salto de fe necesario para que todos nos calcemos unas Google Glass y salgamos a la calle con ellas parece lejano.
Claro que hay “early adopters” capaces de subirse al autobús con unas Google Glass, siempre los hay, pero tendrán que ser legión antes de que el resto se anime a imitarles.
Mientras tanto, las gafas de Google corren el riesgo de convertirse en el gadget que un amiguete tecnófilo muestra en una fiesta cuando todos están achispados o en el modelo a seguir por otra compañía avispada que, en unos años, retomará el concepto y sabrá hacerlo más popular, o bien entonces la demanda será tan evidente -como ocurrió con la telefonía móvil- que la extrañeza de llevar un dispositivo como este será un mal muy menor en comparación con la necesidad de utilizarlo a diario.
En esto voy a ser un poco gallego, aunque sea yo de la otra punta de España. Ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario.
Ni van a ser un exitazo de ventas y aceptación ni tampoco un fracaso rotundo. Habrá quien se lance a comprar las Google Glass por la novedad y luego las use tres veces y las guarde en el cajón, y habrá quien las lleve puestas todo el día.
Acabaremos por aceptar a los primeros que las lleven puestas por la calle, como a ese cuñado rarito en las cenas de navidad y, quizá como el cuñado, acaben cayéndonos bien y pasemos por caja para adquirir, nosotros también, un par de gafas.
Para mí, todo depende del precio. Si Google quiere que se conviertan en una parte más de nuestra vida diaria, tendrán que apostar por un precio muy, pero que muy ajustado, si no en su lanzamiento, sí con versiones posteriores.
Si no, se arriesgan a que se conviertan en objeto de coleccionista. Pero yo cruzo los dedos para que triunfen. El simple hecho de jugársela con algo así, cuando nadie lo esperaba, ya lo merece.
Se está llegando a un punto donde la conectividad y la necesidad de saberlo todo al instante están llegando al absurdo.
Nadie niega que la tecnología ha cambiado nuestra manera de relacionarnos, hasta tal punto que la gente puede llegar a dar una extrema importancia a la recepción de "likes" a una foto de una croqueta con increíbles filtros fotográficos.
Por no hablar de la pérdida de privacidad gracias a la proliferación de cámaras en los smartphones y las, en mi opinión, inseguras aplicaciones de check-in.
Para fomentar todo ello, aparecen las "revolucionarias" Google Glass, que a cambio de una disminución de la atención, la privacidad y unos asegurados dolores de cabeza, te ofrece unas funciones no muy diferentes a las que presta cualquier teléfono móvil de gama media (necesario, además, para realizar una conexión de datos).
Realizar búsquedas, tomar fotos y vídeos para compartirlos en Google+ (pese al escaso éxito de la red social) e información actualizada sobre tráfico, tiempo, etc. Todo ello a un precio no apto para todos los bolsillos, o cabezas.
Son muchas las ciudades y lugares con reticencias a su uso, como el reciente veto a su utilización en los casinos de Las Vegas, y algo me dice que no serán los únicos, en pleno debate sobre la privacidad en Internet.
Puede que me equivoque, pero todo parece apuntar a que las Google Glass serán un sonado fracaso a la altura del Zune de Microsoft.
En Hobbyconsolas.com estamos entusiasmados con las posibilidades de Google Glass. La integración de realidad aumentada ha sido uno de los caballos de batalla de los videojuegos durante los últimos años, y este dispositivo hace que todo resulte más natural.
Los juegos ya nos han anticipado lo útiles que resultarían unas gafas así para investigadores, científicos o miembros de las fuerzas especiales, y dentro de muy poco estarán al alcance de todos, por un precio razonable.
Nos frotamos las manos pensando en las posibilidades que ofrecerán estas gafas combinadas con las nuevas consolas, PS4 y Xbox One, que están a punto de aparecer.
Me jugaría la falange de mi dedo meñique a que las Google Glass triunfarán en todo el mundo. Primero, porque es un producto de Google, y todo lo que toca este gigante es un éxito. Segundo, porque es un invento realmente práctico y molón que no solo utilizarán los geeks.
También es cierto que, por ejemplo, en el mundo del automóvil lo va a tener más complicado; no por los fabricantes, puesto que ya hay alguno como Mercedes que quiere utilizar las Google Glass como un navegador para sus coches, sino por los gobiernos, que podrían prohibir su uso al volante.
Reino Unido ya lo ha hecho por ser un factor de distracción...
Leer más: Google Glass: ¿éxito rotundo o fracaso estrepitoso? - ComputerHoy.com http://computerhoy.com/noticias/hardware/google-glass-exito-rotundo-fracaso-estrepitoso-5835#ZqA1HSpluF20Eshu
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