Hollywood ha dado uno de sus Oscar especiales a la instalación de realidad virtual Carne y arena de Alejandro G. Iñárritu, en la que podemos metemos en la piel de un inmigrante. La próxima entrega de Pixar, Coco, o series como El Ministerio del Tiempo ya coquetean con una tecnología que en España desarrollan estudios como Future Lighthouse y directores como Carlos Therón. La realidad virtual será el centro de Ready Player One, el nuevo filme de Spielberg. ¿Nos encontramos a las puertas de una revolución? Hablamos con sus protagonistas y analizamos sus sorprendentes posibilidades en los videojuegos.
Carne y arena de Alejandro G. Iñárritu ha ganado un Oscar especial
El hecho de que la Academia le haya otorgado este galardón al director mexicano tiene gran relevancia y a la vez encierra una contradicción. El Oscar especial, que no se otorga todos los años, hasta hora había premiado importantes conquistas en campos como los Efectos Especiales, los Efectos de Sonido, la Edición de Sonido o la Animación. En este caso, sin embargo, nos encontramos por primera vez con un avance tecnológico que no está al servicio de la producción y el lenguaje cinematográfico sino que revienta el molde en el que se ha desarrollado la historia del cine desde sus inicios. De hecho, hay quien se pregunta si la narración en realidad virtual forma parte del séptimo arte.
Para los no iniciados, la realidad virtual es la creación mediante tecnología informática de una realidad paralela en la que cualquier persona puede zambullirse a través de un dispositivo de inmersión (en la actualidad, conformado básicamente por unas gafas y unos auriculares). El visitante de esa dimensión alternativa tiene una visión de 360° y la posibilidad de posar su mirada en cualquier punto del espacio que le rodea. Esta circunstancia supone la abolición del plano, unidad esencial del lenguaje cinematográfico, lo que ha provocado que los narradores tengan la sensación de pisar un terreno ignoto. “La realidad virtual está en la actualidad en una etapa equivalente a la de los hermanos Lumière”, afirma Rafael Pavón, director artístico de Future Lighthouse, una de las principales compañías españolas dedicadas al storytelling con esta tecnología. “Cuando proyectaban La llegada del tren a la estación de La Ciotat(1895) los espectadores sentían el impulso de huir porque pensaban que la máquina les iba a arrollar. En ese momento no se sabía reaccionar a las imágenes en movimiento, pero tampoco se sabía cómo iba a ser el método de consumo ni cuál sería la tecnología empleada. Incluso se tardó casi 30 años en perfeccionar el montaje, que fue lo que convirtió definitivamente el cine en lo que es ahora. Y nosotros estamos todavía en ese proceso de probar cosas”.
He intentado romper la dictadura del encuadre, dentro del cual las cosas simplemente se observan", explica Iñárritu
La industria del cine en España está muy atenta al desarrollo de esta tecnología y son varios los directores que han probado la experiencia de rodar en 360°. Julio Medem ha escrito los capítulos de Assasin's Amnesia, una serie de VRekon y District Room que cuenta ya con un llamativo tráiler y se estrenará en los próximos meses; Nacho Vigalondo tentó a la suerte con Ceremony y salió vencedor del Movistar Barcelona 360 Virtual Reality Fest de 2016 con el primio al mejor corto, y Carlos Therón (Es por tu bien, 2017) presentó este año también en Sitges Talismán, una producción de Quexito Films sobre tres albañiles que trabajan en la reforma de una antigua casa y encuentran un extraño objeto oculto tras una pared. “Para mí lo interesante ha sido manejar unas herramientas a las que no estaba acostumbrado”, explica Therón. “Tienes que centrarte en adaptar la historia a un nuevo lenguaje y por lo tanto es un ejercicio importante de reflexión. En ocasiones me recuerda al teatro porque el espectador lo puede ver todo al mismo tiempo y no puedes dirigir su mirada salvo que utilices recursos como el sonido o algún otro truco”.
La realidad virtual está en una etapa equivalente a la de los hermanos Lumière", asegura Rafael Pavón
Una tecnología sin límites
Imagen promocional de la serie El Ministerio del Tiempo
El hecho de que Hollywood haya querido premiar una experiencia de realidad virtual parece indicar que en la industria del cine existen ciertas dudas sobre el modelo de negocio. Las salas pierden cada año espectadores mientras plataformas nuevas con sistemas de distribución enfocados al consumo doméstico, como Netflix y Amazon, parecen no tener techo. En este contexto, la realidad virtual puede ser una tabla de salvación a largo plazo y los estudios parecen estar en una situación ideal para desarrollar el invento, aunque hasta ahora se han limitado a elaborar experiencias inmersivas no del todo satisfactorias para acompañar el estreno de grandes producciones. Es el caso de Marte VR Experience, que permitía sentirse como un náufrago en el Planeta Rojo al igual que le ocurría a Matt Damon en la película de Ridley Scott, o Coco VR, una experiencia que nos traslada al escenario de la nueva película de Pixar, Coco, que llega a las salas el próximo 1 de diciembre. El medio todavía no parece preparado para afrontar grandes retos. “Los dispositivos no resultan enteramente cómodos para tiempos de visionado superiores a los diez o quince minutos; la calidad del vídeo, el movimiento y las posibilidades de interacción están en proceso de mejora, los plazos de posproducción son largos y los costes de producción elevados, pero se han realizado muchos avances en solo un año”, sostiene Ignacio Gómez Hernández, director de Análisis y Nuevos Proyectos de RTVE, uno de los responsables de que la realidad virtual llegue a la serie El Ministerio del Tiempo como un complemento más de su amplio universo transmedia.“Ha habido un boom de expectativas y una saturación de promesas con la realidad virtual que no se han cumplido en el plazo previsto, pero la tecnología sigue avanzando y no hay nada que no sepamos hacer”, asegura el director artístico de Future Lighthouse. “Ahora lo imprescindible es que alguien desarrolle el iPhone de la realidad virtual, un dispositivo que elimine la fricción y que la gente quiera tener en casa. Igual es un pincho conectado a la espina dorsal como en Matrix o unas lentillas o incluso algo que no podemos imaginar. Pero el hecho es que no hay marcha atrás, no va a llegar el día en el que la gente decida dejar de usar la realidad virtual”.
Me recuerda al teatro porque el espectador lo puede ver todo al mismo tiempo", Carlos Therón
@JavierYusteTosi
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