Existen mil motivos por los que hacer un viaje, entre ellos, el cine. Sí, has leído bien. Muchos escenarios naturales donde se ruedan las películas han acabado convertidos en puntos de peregrinación para millones de fans que buscan recrear en una fotografía sus escenas míticas.
Las ciudades que más rodajes reciben al año, y por eso no hay que extrañarse que en grandes capitales como Nueva York, Los Ángeles o Toronto (aunque no lo parezca, son decenas de filmes ambientados en ciudades estadounidenses los que se ruedan en la ciudad canadiense) se incluyan entre las ofertas turísticas varias visitas guiadas para recorrer esos fondos míticos capturados por el celuloide. ¡Incluso Madrid ha puesto en marcha una guía para seguir los pasos de los escenarios de la capital en los que ha rodado Almodóvar!
Pero si lo tuyo no es subirte a un autobús que te lleve como ganado, a lo mejor esta idea que está causando sensación en Internet te inspira para que te montes tu propia aventura. Se trata de FILMography, un proyecto puesto en marcha por el artista Christopher Moloney que consiste en superponer fotogramas de esos títulos míticos sobre el escenario real en el que fueron rodados.
A la espera de que alguien se anime -¿quizás tú?- a realizar algo parecido por España (además del cine nacional, últimamente son muchas las superproducciones que se han animado a grabar en nuestro país), aquí te dejamos con una selección de algunas de estas pequeñas obras de arte capaces de despertar una magia especial en la cabeza de cualquier cinéfilo.
1. Antes de adentrarnos en el gran plató urbano que es Nueva York, ciudad a la que llegas con la sensación de haber estado ya allí después de haberla visto mil y una veces en el cine, nos acercamos a Philadelphia, lugar de rodaje de Rocky. Imposible llegar a las escaleras y no subir corriendo como Sylvester Stallone mientras tarareas su banda sonora.
2. A Alfred Hitchcock le encantaba hacer cameos en sus propias películas. Apariciones que duraban segundos como esta en la que interpretaba a un pasajero que perdía el autobús en la fantástica Con la muerte en los talones.
3. Un hombre de negocios que se queda de rodríguez durante un caluroso verano en Nueva York que se deja seducir por su guapa vecina. Este es el argumento de La tentación vive arriba, comedia del gran Billy Wilder que nos brindó una de las imágenes más icónicas del séptimo arte: Marilyn Monroe intentando que el aire que sale de una rejilla del metro no le levante demasiado la falda.
4. Pero si hay algo que le encante al cine americano es destruir sus iconos con películas de desastres. Eso es lo que vimos en la primera entrega de Los Vengadores, que en la lucha final por poco dejan reducida a escombros la Central Station de Nueva York.
5. Aunque el cuento de Truman Capote en el que se basa Desayuno con Diamantes es menos dulce que esta comedia, para el gran público su protagonista Holly siempre tendrá la cara de Audrey Hepburn. Lo normal es hacerse la foto comiendo un croissant frente al escaparate de la tienda, pero toda la película era un canto de amor a la ciudad de Nueva York.
6. De acuerdo, la desafortunada traducción al castellano del título que tuvo La semilla del diablo (en el original sería algo así como El bebé de Rosemary) nos quitó el factor sorpresa del final, pero eso no ha impedido que esta película sea una de las más terroríficas jamás rodada.
7. Cruzamos por un momento el charco y nos vamos a Roma. Si no has estado, prepárate para hacerte hueco entre la multitud que acude a la Fontana de Trevi con el sueño de poder meterse en sus aguas a reinterpretar la escena más famosa de La dolce Vita. Lástima que esté prohibido.
8. Y hablar de cine sin hablar de Hollywood sería ridículo. Allí se construyen en platós cualquier ciudad del mundo, pero a veces sus escenarios naturales también sirven de fondo para películas como Rebelde sin Causa, que grabó una pelea de James Dean en el Planetario.
9. ¿Te acuerdas de aquel monstruo gigante y blanco que aparecía por arte de magia al final de Cazafantasmas? Pues si vas a Nueva York te costará encontrarlo, pero no recorrer las mismas calles por las que pasó sembrando el pánico. Por cierto, ¿se animarán por fin a rodar una tercera parte?
10. Claro que si hay un director que ha sabido capturar como nadie el alma de la Gran Manzana ese es Woody Allen. Ahora le ha dado por rodar en ciudades europeas (París, Barcelona, Oviedo, Londres, Roma...), pero hubo un tiempo en el que Manhattan era su epicentro llegando a llamar así a una de sus más famosas películas.
Por Claudio M. de Prado
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