sábado, 30 de diciembre de 2017

El holograma como nueva interfaz


El holograma como nueva interfaz




Un artículo en Venture Beat, “Move over, voice: holograms are the next user interface“, incide en un tema que me he ido tomando cada vez más en serio a medida que lo voy viendo reflejado en más sitios: el uso de realidad aumentada como nuevo concepto de interfaz de usuario para cada vez más aplicaciones, ya no necesariamente de manejo de objetos, como en el clásico ejemplo del mecánico de BMW que utilizábamos en clase hace muchos años o en los usos en cirugía de HoloLens, sino simplemente como forma de crear posibilidades como monitores adicionales o representaciones gráficas útiles, como en el diseño de Citigroup también utilizando HoloLens para sus traders.

En el monitor de innovación que todos los años contribuyo a preparar con Netexplo utilizando el elevado componente multinacional de mi alumnado, este tipo de aplicaciones han tenido una presencia especialmente activa: proyectos de todas partes del mundo utilizando la realidad aumentada para todo, desde educación hasta comunicación o decoración, pasando por simplemente expansión de las interfaces tradicionales, con todo tipo de plataformas, con o sin dispositivos dedicados, con base en el smartphone o sin ella. Mucho dinero invertido para aplicaciones que, sin duda, vamos a empezar a ver en cada vez más sitios, y que van a protagonizar otra de esas transiciones desde lo que hace muy poco habríamos considerado ciencia-ficción, hasta el más puro uso cotidiano. Si bien la realidad virtual inmersiva, con su origen en el mundo de los videojuegos, generó una atención mucho mayor en sus orígenes que la realidad aumentada, todo indica que en el futuro, podría ser la segunda la que atrajese una mayor atención y un mayor número de aplicaciones prácticas en un plazo razonablemente cercano.

Intenta imaginar posibilidades aplicadas a tu trabajo: yo tengo claro que la evaluación de la participación de mis alumnos, cuya valoración supone un reto y en la que tengo que tirar de memoria para intentar asignar una nota a cada uno de ellos, tiene lugar mejor cuando tengo una representación virtual de mi clase con mis alumnos sentados en sus sitios asignados. Generalmente, llego a identificar a la mayoría de mis alumnos por su nombre, pero a la hora de evaluar su participación, es fácil que la asignación de notas utilizando una simple hoja de papel con una simple fotografía de carnet no necesariamente reciente. Si pudiese disponer de una fotografía reciente de mi aula en la que ver a mis alumnos en sus sitios, el número de ocasiones en las que me equivoco al asignar notas de participación disminuiría de manera sensible, y se incrementaría mi nivel de confianza en mi propio sistema de evaluación. Por lo general, cuando pongo notas, me instalo un monitor adicional al lado del portátil para mostrar en uno la lista de alumnos y en otro ir visualizando sus ejercicios (generalmente no utilizo monitor adicional, aunque lo encuentro muy útil), ¿podría esa visualización de mi clase convertirse en una herramienta más en la que visualizo al alumno en su contexto? No lo veo en absoluto descabellado, y tampoco especialmente complejo.

¿Cuántos usos más veremos próximamente? Mientras la realidad virtual parece centrarse, posiblemente derivado de sus orígenes, en usos lúdicos, de entretenimiento o de consumo de contenidos, la realidad aumentada parece presentar una gama de usos posiblemente más prácticos, más cercanos a lo que hacemos todos los días, para configurar un ecosistema cada vez más potente. ¿Estamos ya ante una nueva interfaz madura y con posibilidades de superar las demos y los casos aislados, y convertirse en una parte integrante de nuestra vida cotidiana?




This post is also available in English in my Medium page, “The hologram takes shape as a new interface

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