sábado, 18 de enero de 2014

El uso de la realidad aumentada justifica el nacimiento de la compañía Arawake

Desde que el Festival Escena Abierta arrancó hace ahora quince años una de sus consignas ha sido la de apoyar a los artistas locales estimulando la creación e, incluso como en este caso, respaldar el nacimiento de compañías. En una edición dedicada a las nuevas tecnologías existía un hueco evidente para el colectivo Ocupación Poética, formación que desde hace tres años trabaja con las posibilidades que dan softwares, smartphones e internet para llevar la poesía a los rincones más dispares del planeta.
Cuando les propusieron participar en Escena Abierta, un festival que promociona la vanguardia y la innovación, el colectivo se planteó crear un espectáculo teatral añadiendo la realidad aumentada, una herramienta que consiste en sobreponer imágenes virtuales sobre la realidad permitiendo interactuar con lo que nos rodea y cuyas aplicaciones son infinitas. Con este trabajo, además, los burgaleses se convierten en pioneros a la hora de utilizar este tipo de tecnología en el teatro.
El proyecto definitivo desemboca en la creación de una nueva compañía, Arawake-Theather, y en el desarrollo del espectáculo El reflejo en el espejo, apto además para un público familiar, un tipo de público que hasta el año pasado no había tenido hueco en el festival. El espectáculo, presupuestado en 37.000 euros, sale adelante con la producción de Escena Abierta y la colaboración del programa CREA de la Fundación Caja de Burgos.
Con una cámara en directo, una tableta y el software creado para este proyecto que une a la realidad aumentada ilustraciones, imágenes en 3D, uso de marionetas, audiovisuales y el propio trabajo actoral, el espectáculo plantea múltiples lecturas del cuento El príncipe y el espejo, de Concha López Narváez y Rafael Salmerón. «Al público adulto le hablamos del hecho de educar y de la responsabilidad de gobernar a otros y a uno mismo; para el niño se trata de un espectáculo divertido que presta atención a la importancia de tomar decisiones para solucionar los problemas», resume Jorge da Rocha, actor e ideólogo de Arawake.
Con varios lienzos en blanco que, unidos, conforman una pantalla de 5 metros de largo por 3 de alto, la historia de El reflejo en el espejo cuenta con un único actor en escena, que hace de narrador del cuento, y un extenso equipo encargado de dar vida a todo lo que hay detrás. Desde Alberto Olegario, el programador, que debe pulsar más de 75 teclas en 50 minutos, hasta Goyo Rodríguez, que se ha encargado de las ilustraciones. De José Villalobos, que pone la música, a Elisa Sanz, artífice del vestuario. De Mateo Vieira y la 3D a la dramaturgia de Chus Gutiérrez y Las Pituister.
Después del estreno de El reflejo en el espejo, que tendrá lugar en cuatro pases este fin de semana (hoy y mañana a las 12 y las 19 horas en la sala de ensayos del Fórum, 6 euros), Arawake-Theather quiere mover el espectáculo por otras ciudades. Además, tienen ya nuevas ideas con realidad aumentada y se ofrecen para dar soporte a otras compañías. La siguiente parte del proyecto será hacer una exposición interactiva con las ilustraciones.

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