viernes, 24 de abril de 2015

Susana Osteikoetxea expone su obra en Balmaseda

La pintora de Balmaseda Susana Osteikoetxea expone su obra por primera vez en la localidad
Cogió los pinceles tras seguir un curso en la casa de la mujer, donde ahora ejerce de profesora
ELIXANE CASTRESANA
Susana Osteikoetxea expone su obra en Balmaseda
BALMASEDA - Al toparse con los ojos saltones del búho pintado en uno de los cuadros de Susana Osteikoetxea muchos de quienes acudieron a su exposición se sobresaltaron, porque el animal parecía amenazarles. Tal es el efecto que causan las creaciones de esta pintora de Balmaseda que expone por primera vez en la villa y da clases de pintura en la casa de la mujer. Hasta el 3 de mayo el vestíbulo del Klaret Antzokia acoge una selección de su obra, un lugar que “he elegido por su luz y porque con las paredes blancas los cuadros se aprecian mejor que en un lugar más oscuro como hubiera sido la kultur etxea”, según cuenta.
Basta con que algo “me llame la atención”, según dice, para que lo plasme de una forma que ella misma califica de “hiper realista”. Animales, paisajes o retratos reproducidos de fotografías y del natural que ella adapta a su estilo cobran vida en los pinceles que Susana redescubrió hace seis años gracias a un curso de pintura al que asistió en la casa de la mujer de Balmaseda. “Salí con una base excelente. Ahora soy yo quien enseña a mis antiguas compañeras y la verdad es que tienen buena mano. La labor que se realiza allí es muy valiosa, en especial para la gente mayor que encuentra un espacio en el que relacionarse”, señala. También se fija en objetos cotidianos que adquieren una dimensión diferente, como las zapatillas de deporte rojas que le gustaron tanto que decidió realizar otra copia del cuadro. “Al verlo pensé que quedaría genial en un tamaño mayor y no me importó repetirlo”, dice.
En cambio, hay otras ocasiones en las que la inspiración se evapora temporalmente a pesar de que con la práctica va cogiendo soltura. Por eso y “para avanzar mientras se seca la pintura al óleo”, siempre trabaja con más de un cuadro al mismo tiempo. Del medio centenar de obras que ha creado en estos años le ha costado conseguir el efecto que deseaba en una ola de mar “muy difícil por los tonos azules del agua y el blanco de la espuma”, la melena peinada al estilo afro de otro de sus retratos y el cuadro que plasma el puerto de Santurtzi de noche son los retos más complicados a los que se ha enfrentado.
Para solventar las dudas que se presentan recurre a los consejos del pintor José Antonio Caballero de las Armas, profesor del centro de artes plásticas de Santurtzi donde se dirige después del trabajo. “Es una ayuda si te quedas clavada, en casa no puedes preguntar a nadie”, apunta. Las capacidades de Susana y las pautas de su profesor encajan a la perfección, ya que cuadros como los que pueden admirarse en Balmaseda han encontrado su hueco en el mercado e incluso los pinta por encargo.
RINCONES CON ENCANTO En su obra no podían faltar rincones de la villa en la que reside desde hace trece años. “He pintado el Puente Viejo, que es el monumento más emblemático en el que todo el mundo se fija. No obstante, Balmaseda tiene otros lugares muy particulares y su casco histórico con esas callejuelas estrechas encierra un gran encanto, la antigua iglesia de San Juan vista tanto desde la plaza como desde el río Kadagua o el mismo Klaret Antzokia cuyo interior, precioso, conserva la huella de la iglesia que fue”, describe.
Integrada “como una balmasedana más” en una localidad que le recibió “de una forma muy acogedora y agradable y que posee una vitalidad increíble”, se muestra feliz por compartir sus cuadros con los vecinos por primera vez en la que es la segunda muestra que lleva su nombre.
La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 3 de mayo de lunes a viernes entre las 18.00 y las 20.00 horas y sábados de 11.00 a 14.00 horas. La propia Susana recibe a los visitantes para explicar de primera mano los detalles de cada composición que ella ha estructurado en el espacio que puede admirarse desde la plaza de San Juan a través de la cristalera del Klaret Antzokia.

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