domingo, 13 de octubre de 2019





La Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) ha desarrollado un material artificial capaz de ofrecer respuesta háptica y de adaptarse de forma instantánea a los movimientos de los usuarios. Esta "piel artificial", tal y como afirman, tiene una gran aplicación en la realidad virtual y aumentada.

"Esta es la primera vez que hemos desarrollado una piel artificial completamente suave en la que tanto los sensores como los actuadores están integrados. Esto nos da un control de bucle cerrado, lo que significa que podemos modular de forma precisa y fiable la estimulación vibratoria que siente el usuario. Esto es ideal para aplicaciones con dispositivos vestibles, como probar la propiocepción de un paciente en aplicaciones médicas", comenta Harshal Sonar, autor principal del estudio.



El material es suave y está compuesto de silicona y electrodos, siendo capaz de emular sensaciones táctiles en forma de presión y vibración. Los sensores de deformación se encargan de ajustar en tiempo real que la respuesta háptica sea lo más realista posible. Los actuadores funcionan con la entrada y salida de aire, lo que hace que se inflen y desinflen rápidamente, llegando a una frecuencia de hasta 100 Hz.

"La piel vibra cuando la capa de membrana se infla y desinfla rápidamente. En la parte superior de la capa de membrana se encuentra una capa de sensores que contiene electrodos blandos hechos de una mezcla de galio líquido-sólido. Estos electrodos miden continuamente la deformación de la piel y envían los datos a un microcontrolador, que utiliza esta información para afinar la sensación transmitida al usuario en respuesta a los movimientos del usuario y a los cambios en los factores externos", explican.

El prototipo puede aumentar hasta cuatro veces su longitud original, algo que se puede realizar durante al menos un millón de veces. Los científicos continúan mejorando la tecnología para crear un prototipo que no solo se aplique a los dedos.

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