martes, 8 de enero de 2019

El Big Data y su influencia actual en el deporte

La estadística copa un espacio cada vez mayor en el deporte profesional por mucho que se opusiera Gus Lobel, personaje interpretado por Clint Eastwood en el ‘film’ ‘Curvas de la vida’, a que los números determinasen su vida como cazatalentos del béisbol. Pese a sus reticencias, lo cierto es que el Big Data ha llegado para quedarse, con cada vez más empresas nutriéndose de esta fuente de datos inagotable.
El Big Data se usa en la gran pantalla y también en el mundo real, y no solo las franquicias de las grandes ligas de Estados Unidos porque ya marca el día a día de los equipos profesionales de casi todas las ligas profesionales del mundo. Sirva como referencia las retransmisiones deportivas, que han dejado a un lado la interpretación personal del locutor que ahora proporciona al espectador infinidad de datos.
El narrador cuenta en su mano con el servicio de empresas como Optapro, que le facilita información en tiempo real sobre el número de pases acertados por un determinado jugador de fútbol durante un partido concreto, las veces que lanza un penalti a la izquierda o un cuadro de calor sobre sus movimientos en el campo. Más de tres profesionales por partido anotan cada acción del juego para que después esa información llegue por diferentes vías a los profesionales de la información, a los entrenadores, a los directores deportivos, los espectadores de un partido, los tipsers y hasta los apostadores.
Ronaldo y sus goles
Como dejaba entrever las ‘Curvas de la vida’, los clubes del presente evalúan cada vez más el rendimiento de un deportista en función de los números y menos por las sensaciones del entrenador y su equipo de trabajo. Puede que Cristiano Ronaldo no sea la persona más carismática dentro de un vestuario, pero presume de haber cerrado la etapa en un equipo como el Real Madrid con una media superior al gol por partido. Eso, en gran medida, llevó a la Juventus a invertir tanto dinero en un portugués de más de 30 años.
Este tipo de datos son también útiles para sectores tan dispares como los videojuegos o las casas de apuestas. La media virtual de un futbolista viene marcada por su estadística personal en el campo, así como las cuotas que manejan las empresas del juego a la hora de determinar el precio de un gol marcador en cualquier momento. De la misma forma, los apostantes más expertos usan también la información de Optapro y otras compañías de Big Data a la hora de colocar una apuesta. Y es que cada vez es menos un secreto que la Juve de Ronaldo marcha con números de récord por la Serie A, por lo que tendría mucho sentido decantarse por una Juve campeona en las promociones de fútbol.
El deporte va de la mano con la tecnología, por lo que es más que posible saber del rendimiento de un futbolista al otro lado del mundo sin tener que desplazarse hasta las Antípodas. El iPad o el smartphone son los ojeadores del presente y sobre todo del futuro, por lo que Lobel no es el único que debe temer por su puesto de trabajo porque las máquinas empiezan a sustituir al hombre. El Big Data marca la línea de los fichajes o los minutos en pista de un jugador.
Así se entiende que todo un novato como Luka Doncic promedie tanto tiempo sobre el parqué en su año de novato, nada que ver con otras épocas de la NBA en donde el recién llegado apenas contaba con protagonismo hasta su segundo año.
Lo dicho el Big Data ha llegado para quedarse, y entrenadores, espectadores y apostadores se frotan las manos. No podrá decir lo mismo el buen de Lobel.

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