Desde las pequeñas (o no tan pequeñas) cámaras que usaban Maxwell Smart hasta el día de hoy, la tecnología ha avanzado y ha logrado llevar las cosas a su mínima expresión. Como en la cámara que crearon en la Universidad de Stuttgart: usando un láser transformaron la punta de una fibra óptica en una lente, por lo que son capaces de crear una cámara grande como dos pelos; esto abre la puerta a cámaras que se pueden inyectar, o que son capaces de instalarse en cualquier lado y resultar casi invisibles.
Este es un logro enorme, porque no había hasta ahora una cámara de un tamaño semejante: esta podría enviarse en una vena, instalarse dentro de un juguete pequeño, disimularse en casi cualquier objeto.
Las cámaras mini han estado siempre en el imaginario popular: la idea de la cámara espía. Y efectivamente las que se ven en el mercado son cada vez más pequeñas, que aprovechan la miniaturización de componentes que trajo la revolución digital.
Hace un mes, la policía de Monroe County, en Florida, Estados Unidos, alertó que estaba investigando denuncias de cámaras escondidas en los percheros de unos probadores para mujeres en unas tiendas de ropa.
Además de percheros, detrás de los cuadros y lugares semejantes, un punto típico para la cámara es, según las películas de espías, un par de anteojos.
Pero los anteojos pueden servir también como cámara nerd; visible, pero más útil. Los más famosos son los Google Glass, que combinan una cámara y una pequeña pantalla que ves en el rabillo del ojo, pero hay otros: por ejemplo, la que desarrolló el centro de investigación californiano UC Davies.
Camarita en anteojo de UC Davies,
Es una pequeña cámara que se adosa a un anteojo, y se conecta vía un cable a una mini computadora que llevás en el bolsillo. Está pensada para personas con mala visión, ya que la cámara analiza las imágenes buscando texto para transformarlo en audio, y así poder ayudar a personas que de otra forma tendrían muchos problemas para leer un diario o un cartel.
COSAS RARAS
Pero la miniaturización de los componentes de una cámara permiten su integración en lugares insospechados. Y no hablamos de poner una cámara en el paragolpes trasero del auto para ver si estás estacionando bien, sino de una cámara en el cepillo de dientes Prophix, que transmite vía Bluetooth el interior de tu boca mientras te limpiás los dientes.
Cepillo con cámara Prophix.
La ubicación de la camarita (que tiene luz propia) te muestra si las cerdas del cepillo están llegando correctamente a cada diente o no.
Una de las cámaras más pequeñas es la REAL3 que está instalada en el teléfono Phab2 Pro de Lenovo. El smartphone no es diferente al que podés estar usando al leer esta nota, pero tiene una cámara que, sumada a varios sensores, es capaz de registrar una imagen en tres dimensiones, tanto para detectar el volumen de un objeto como la distancia entre él y otras cosas que la cámara está analizando.
Real3.
Es un teléfono que está pensado para ser usado para interactuar con entornos virtuales tipo realidad aumentada (en los que aparece una capa digital sobre lo real, como si estuvieras mirando a través de una pantalla transparente); el sensor 3D del teléfono le permite ubicar los objetos digitales sobre los reales respetando su ubicación, forma, etcétera.
Pero antes de todas estas cámaras hubo una que, para su época (1937) era la más pequeña: tenía el tamaño de un paquete de cigarrillos y era una cámara completa, con todo lo necesario para funcionar: la JaegerLeCoultre Compass.
Cámara Jaeger-LeCoultre de 1930.
Se hicieron 4000 nada más, y fue la idea de Noel Pemberton Billing, un ingeniero inglés que tenía unos cien inventos en su haber y que pensó la cámara en 1934 (es decir, tardó tres años en desarrollarla junto a los relojeros suizos) de la mejor manera posible: para ganarle una apuesta a un amigo.
Este es un logro enorme, porque no había hasta ahora una cámara de un tamaño semejante: esta podría enviarse en una vena, instalarse dentro de un juguete pequeño, disimularse en casi cualquier objeto.
Las cámaras mini han estado siempre en el imaginario popular: la idea de la cámara espía. Y efectivamente las que se ven en el mercado son cada vez más pequeñas, que aprovechan la miniaturización de componentes que trajo la revolución digital.
Hace un mes, la policía de Monroe County, en Florida, Estados Unidos, alertó que estaba investigando denuncias de cámaras escondidas en los percheros de unos probadores para mujeres en unas tiendas de ropa.
Además de percheros, detrás de los cuadros y lugares semejantes, un punto típico para la cámara es, según las películas de espías, un par de anteojos.
Pero los anteojos pueden servir también como cámara nerd; visible, pero más útil. Los más famosos son los Google Glass, que combinan una cámara y una pequeña pantalla que ves en el rabillo del ojo, pero hay otros: por ejemplo, la que desarrolló el centro de investigación californiano UC Davies.
Camarita en anteojo de UC Davies,Es una pequeña cámara que se adosa a un anteojo, y se conecta vía un cable a una mini computadora que llevás en el bolsillo. Está pensada para personas con mala visión, ya que la cámara analiza las imágenes buscando texto para transformarlo en audio, y así poder ayudar a personas que de otra forma tendrían muchos problemas para leer un diario o un cartel.
COSAS RARAS
Pero la miniaturización de los componentes de una cámara permiten su integración en lugares insospechados. Y no hablamos de poner una cámara en el paragolpes trasero del auto para ver si estás estacionando bien, sino de una cámara en el cepillo de dientes Prophix, que transmite vía Bluetooth el interior de tu boca mientras te limpiás los dientes.
Cepillo con cámara Prophix.La ubicación de la camarita (que tiene luz propia) te muestra si las cerdas del cepillo están llegando correctamente a cada diente o no.
Una de las cámaras más pequeñas es la REAL3 que está instalada en el teléfono Phab2 Pro de Lenovo. El smartphone no es diferente al que podés estar usando al leer esta nota, pero tiene una cámara que, sumada a varios sensores, es capaz de registrar una imagen en tres dimensiones, tanto para detectar el volumen de un objeto como la distancia entre él y otras cosas que la cámara está analizando.
Real3.Es un teléfono que está pensado para ser usado para interactuar con entornos virtuales tipo realidad aumentada (en los que aparece una capa digital sobre lo real, como si estuvieras mirando a través de una pantalla transparente); el sensor 3D del teléfono le permite ubicar los objetos digitales sobre los reales respetando su ubicación, forma, etcétera.
Pero antes de todas estas cámaras hubo una que, para su época (1937) era la más pequeña: tenía el tamaño de un paquete de cigarrillos y era una cámara completa, con todo lo necesario para funcionar: la JaegerLeCoultre Compass.
Cámara Jaeger-LeCoultre de 1930.Se hicieron 4000 nada más, y fue la idea de Noel Pemberton Billing, un ingeniero inglés que tenía unos cien inventos en su haber y que pensó la cámara en 1934 (es decir, tardó tres años en desarrollarla junto a los relojeros suizos) de la mejor manera posible: para ganarle una apuesta a un amigo.
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