Quizás parece que se está pasando un poco la moda de los wearables, al menos del bombardeo de lanzamiento de pulseras, relojes y otros tipos de dispositivos buscando ser un aliciente más que satisfacer una necesidad. Pero eso no significa que se hayan acabado las ideas o que no puedan ser la solución para problemas, como estas gafas inteligentes que pueden ser de ayuda para gente con dislexia o con problemas en la vista.
La idea es similar a la de las Google Glass, pero más restringida a que sean directamente una asistencia a personas que tienen algún tipo de impedimento o problema para leer o visualizar palabras. También para el entendimiento, estando la opción de que sean un traductor a tiempo real.
En concreto hablamos de Oton Glass, unas gafas inteligentes que integran dos cámaras y un auricular. Lo que hacen es detectar las palabras y leerlas en voz alta al usuario, tirando de reconocimiento de imágenes y de seguimiento del ojo del usuario (eyetracking).
Esto es posible gracias a que una de las lentes integra un pequeño espejo, con el cual el ojo del usuario es reflejado, y una de las cámaras detecta el movimiento de lo ojos del usuario y los parpadeos (que son lo que activa la lectura), de modo que así es como apunta a lo que éste está leyendo. La otra cámara es la que captura las palabras que el sujeto lee.
El cerebro de las Oton Glass es algo tan sencillo como una Raspberry Pi, la cual se encarga de procesar las imágenes y detectar las palabras en éstas tirando de reconocimiento óptico de caracteres (OCR). Estas palabras escritas pasan a ser orales con tecnología de voz artificial, de modo que el usuario acaba oyéndolas.
La intención cuenta, pero también los fondos
Explica Keisuke Shimikage, jefe del equipo de desarrollo, que la inspiración le vino al padecer su padre dislexia a raíz de una operación por un tumor cerebral. Viendo los problemas del afectado pensó en que un gadget como éste podría ser de ayuda, y de hecho lo han estado probando con él y con otros cinco pacientes de dislexia.
El prototipo actual (el segundo, impreso en 3D) de las gafas tiene un diseño relativamente compacto para ser este tipo de gafas, incorporando dos cámaras y la circuitería, pero aún así el espejo de la lente en cuyo lado está la cámara para los ojos las delata, así como las patas. No obstante, se alejan de cosas como los cascos de realidad virtual o las Hololens, siendo más similares a las SmartEyeGlass con las que se atrevió tímidamente Sony o las de Intel, las que más logran engañar por su apariencia.
Según explican, la idea que tienen es la de desarrollar varios modelos que puedan aplicarse a distintas necesidades. De momento llevan algunos premios por la idea, como el James Dyson (tercer puesto en 2016) o los de los concursos que celebra DTT Docomo, pero han de seguir recaudando fondos para lograr que sea un producto de consumo o verlo en hospitales, como tienen pensado.
Vía | The Verge
0 comentarios :
Publicar un comentario