La tecnología inunda nuestra vida diaria. Ya sea para el trabajo o para el tiempo libre, cada vez usamos avances tecnológicos que nos hacen la vida más fácil, más amena y más productiva.
Si hablamos de infraestructuras, y en concreto de las relacionadas con el agua (que de eso va este artículo), cada vez se incorporan más servicios, tecnologías y dispositivo dispuestos a mejorar aspectos como el diseño, el mantenimiento, la seguridad y la prevención de riesgos laborales.
Realidad virtual y aumentada
Estas tecnologías consisten en crear espacios completamente virtuales (realidad aumentada) en los que una persona pueda moverse como si estuviera realmente allí, o en superponer sobre la realidad (realidad aumentada) algunos elementos (datos, dibujos, animaciones) que nos aporten más información de la que podemos observar a simple vista.
Surgieron hace ya bastantes años pero, no parecían terminar de implantarse. La mejora de la capacidad de computación y el desarrollo de nuevos materiales ha hecho que cada vez veamos más cerca su uso cotidiano.
2017 ha sido sin duda el año de despegue de esta tecnología. Muchas grandes compañías informáticas como Google, Microsoft o Apple entre otras, llevan muchos años trabajando, desarrollando e integrando cada vez más este tipo de servicios, y empiezan a verse sus frutos.
Esto lo saben las grandes compañías de agua que no pierden la oportunidad de usarlas. Desde la mejora en el diseño de las instalaciones, hasta complementar los cursos de prevención de riesgos laborales, metiendo por ejemplo a un trabajador en un depósito de agua virtual para enseñarle los procedimientos que deben seguirse a la hora de su limpieza y que todo se haga de manera segura.
Como ejemplos podemos destacar a Acciona, que ha implementado la realidad aumentada y virtual en la EDAR de La Almunia con el proyecto “Augmented Facility Management”. Esta tecnología permite un acceso instantáneo a todos los datos medidos en la instalación, ayuda a obtener información más detallada sobre los componentes y el funcionamiento de cualquier proceso y permite mejorar la formación en riegos laborales de los trabajadores.
La Escuela del Agua, del grupo Suez, utiliza en sus cursos y posgrados la realidad virtualpara que el alumno pueda experimentar lo que es estar dentro de una instalación y aprenda sobre los procedimientos que deben seguirse en las operaciones, como es el caso del depósito de agua antes comentado.
Como vemos, la formación para la prevención de riesgos laborales usando entornos virtuales es una práctica cada vez más extendida.
Gafas y cascos
El software está claro que está avanzando mucho, pero el hardware (gafas, móviles y demás dispositivos) tiene que seguirle el ritmo para que sea realmente una tecnología útil.
Para la realidad virtual ya existen gafas y controladores, más o menos voluminosos. Pero el “problema” o el reto viene con la realidad aumentada, ya que tienes que poder llevar el dispositivo puesto, que sea cómodo, autónomo y que te ayude a hacer el trabajo y no te obstaculice.
Una de las compañías que diseña estos dispositivos es Daqri, que no solo desarrolla gafas de realidad aumentada, sino que directamente las integra en los cascos de protección. Imaginaos el abanico de posibilidades que esto abre.
Drones
Cada vez están más presentes en nuestras vidas. Hace poco, para conseguir una imagen aérea necesitabas un helicóptero, un piloto, un cámara y mucho dinero. Hoy en día cualquiera puede disponer en mayor o menor medida de estos aparatos.
Existen desde versiones militares extremadamente caros (pero más baratos que un caza desde luego) hasta juguetes que puede manejar cualquier niño. Pero entre los dos extremos existe un amplio abanico de dispositivos y aplicaciones para todos los gustos y necesidades.
Vigilancia diaria
En infraestructuras de agua pueden ser muy útiles, sobre todo las que se extienden por mucha extensión como los embalses o las que recorrer muchos kilómetros como las conducciones de agua o los trasvases, habitualmente por zonas poco accesibles.
Imaginaos poder controlar todo el embalse de La Serena, con una extensión de casi 14.000 hectáreas (13.929 Ha para ser exactos, el más extenso de España) sin levantarse de la silla y en poco tiempo. O controlar la seguridad y el buen mantenimiento del trasvase Tajo-Segura con sus 292 km de longitud. La eficiencia que aporta un dron a estas tareas es innegable.
Momentos de crisis
Un dron puede llegar donde nadie puede o sería muy peligroso hacerlo y nos puede aportar una información esencial para evitar muchos daños y situaciones peligrosas.
Un claro ejemplo lo tuvimos el año pasado con la crisis de la presa de Oroville en EEUU. Momentos después de empezar todo ya teníamos imágenes de lo que estaba sucediendo que no solo servían para abrir telediarios, sino que servían a los ingenieros para evaluar los daños y tomar medidas. Poder acercarse sin ningún peligro a las zonas más conflictivas les permitió sin duda tomar mejores decisiones.
Drones especiales
Pero nadie hay dicho que un dron tenga que volar, o no exclusivamente. También existen drones submarinos y últimamente se están desarrollando drones anfibios. Estos drones serán capaces de llegar volando por ejemplo a cualquier punto de un lago, embalse o a una balsa de riego, sumergirse, tomar imágenes, incluso muestras de agua, y volver volando en poco tiempo.
Existen varios desarrollos de este tipo de dron, como por ejemplo el Loon copter:
Aplicaciones móviles
Todo el mundo lleva un móvil encima por lo que las aplicaciones son una buena herramienta para la seguridad y la higiene en el trabajo en las infraestructuras del agua.
Algunas como los luxómetros (miden la intensidad lumínica) o sonómetros (miden el nivel de ruido) pueden alertar en un primer momento de la existencia de zonas inseguras por una falta de iluminación o un exceso de ruido. Si bien es cierto que después deben hacerse mediciones con aparatos más precisos para la implantación de las medidas correctoras adecuadas.
Una App bastante curiosa y que podría a priori ser muy útil es la llamada “aplicación de hombre muerto”. Aunque su nombre es bastante impactante la describe muy bien. El móvil registra constantemente el movimiento y la verticalidad para poder detectar posibles caídas o accidentes. Especialmente indicado para personas que trabajan en solitario sin compañeros que puedan darse cuenta rápidamente del incidente y dar la alarma.
Existe otra aplicación que te permite hacer cosas tan sorprendentes como poder acceder a cualquier emplazamiento de una instalación o evitar que una persona acceda, incluso te avisa si entras en una zona en la que se requiere algún elemento de protección como el casco o el arnés. Pero sobre esa ya profundizaremos en otro post ya que es nuestra App “My Locken” y así este artículo no parece una mera excusa para hablar de nuestro libro aplicación.
¿Y en la oficina?
La verdad es que hoy en día muchos nos pasamos gran parte del día delante del ordenador, y esta actividad tampoco está exenta de peligros. Según la Sociedad Española de Cirugía Vertebral y Medular el 50 % de la bajas laborales están relacionadas con problemas de espalda y muchos de ellos se causan en la oficina.
Dolores de espalda, contracturas, tendinitis, artrosis, e incluso problemas más graves como las hernias discales son problemas habituales al trabajar delante del ordenador y la tecnología también puede ayudarnos a evitarlo. Incluso pueden disminuir nuestro estrés, o al menos eso promete este cojín desarrollado por la empresa Darma.
El cojín monitoriza tu postura, cuanto tiempo permaneces sentado y tu constantes vitales. Conectado a una aplicación instalada en tu teléfono móvil, te avisa de una mala postura, si es momento de levantarte, relajarte cinco minutos y hasta te propone una serie de estiramientos.
https://www.iagua.es/noticias/locken/ultimas-innovaciones-tecnologicas-seguridad-y-prevencion-sector-agua
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