Las empresas deberán reimaginar el valor económico de la mano de obra por el incremento de la productividad que trae la colaboración humano-máquina
La fuerza laboral, la tecnología y la forma en la que trabajamos, están cambiando: somos más digitales, tecnológicos y globales. Al mismo tiempo, las expectativas, necesidades y demandas de los negocios evolucionan más rápido que nunca.
Según el Socio Líder de Capital Humano en Consultoría de Deloitte México, Tomás Fernández, esto nos enfrentará a 7 realidades que trazarán el rumbo sobre cómo trabajaremos en el futuro:
1. Las organizaciones exponenciales: el Internet de las Cosas, Big Data y los Millennials, quienes día con día ocupan más puestos de liderazgo, están impulsando el crecimiento de tecnologías exponenciales y organizaciones basadas en datos.
Hoy en día, las empresas que son capaces de capturar el valor del potencial desbloqueado por la tecnología y la disponibilidad de datos sin precedentes se están anticipando de tal manera que sus competidores inevitablemente quedan rezagados cediendo mercado.
En este marco, la recomendación que Fernández le dio a Forbes México fue desarrollar una fuerza laboral que sea tecnológicamente competente para lograr capturar el valor de la inversión tecnológica.
2. El potencial desencadenado de la fuerza laboral: factores como el crecimiento del trabajo freelance, disponibilidad 24/7, la movilidad, el crowdsourcing y gamification, desbloquearon el potencial de la fuerza laboral, liberándola de muchos lazos y restricciones.
Además, tecnologías como la Inteligencia Artificial, realidad aumentada y robótica, ayudan a resolver situaciones transaccionales de manera más eficiente.
En este caso, el consultor de Deloitte recomienda que las empresas deben considerar moverse de estructuras jerárquicas tradicionales hacia equipos basados en proyectos, compuestos por una vasta variedad de trabajadores que permitirán responder más rápido a las necesidades y oportunidades del mercado.
3. Reinvención de por vida: la extensión de la esperanza de vida y la necesidad de un aprendizaje casi infinito, nos lleva a una realidad en la que busquemos la reinvención de nuestro perfil de por vida.
Es lo indicado entonces implementar políticas más flexibles, que encajen con la necesidad de inclusión en trabajadores de todas las edades, aprovechando las fortalezas de cada generación y apoyándolos en su proceso de reinvención
4. Tecnología, talento y transformación: gracias a que la automatización se volvió más barata, a que el uso de inteligencia artificial se incrementó y al crecimiento de la colaboración humano-máquina, tenemos una nueva realidad de cambios y transiciones en el talento organizacional.
Fernández considera que este escenario presenta la oportunidad dereimaginar el valor económico del trabajo por el incremento de la productividad que la colaboración humano-máquina trae consigo.
Aseguró que, para obtener este incremento de productividad no hay una receta sino que dependerá de la estrategia del negocio y de la realidad de la industria en el que la empresa en cuestión se desempeñe.
Plantea entonces que hay que anticiparse para que el talento pueda interactuar con la tecnología de manera natural y enfatizar en la colaboración humano máquina y no en su competencia.
5. La ética del trabajo y la sociedad: desarrollos como la Inteligencia Artificial y la fragmentación del mercado laboral podrían producir cambios a gran escala que transformen la manera en la que pensamos sobre el trabajo.
Las demandas de los trabajadores están comenzando a impulsar a las organizaciones a centrarse en los intereses de los trabajadores, especialmente en temas como su bienestar y prestaciones.
En el futuro seguramente se necesitará encontrar un equilibrio entre los intereses de la empresa y la necesidad de proteger a los trabajadores, considerando la incertidumbre del nuevo ambiente laboral.
El experto le dijo a Forbes México que las empresas necesitan reforzar la conducta ética y la responsabilidad hacia sus colaboradores como un principio fundamental de la organización.
6. La empresa ágil: así como el Big Data y el Internet de las Cosas impulsaron las organizaciones exponenciales, la tecnología también generaron el desarrollo de lo que nosotros llamamos "empresas ágiles".
Estas organizaciones son pequeñas en tamaño y se apalancan de grandes organizaciones, en servicios tales como cloud computing y servicios de pago online. Y tienen un modelo de negocio ágil, con estructuras de costos flexibles y mercados de nicho a lo que atienden adecuadamente.
El socio de Deloitte México sugiere tomar ejemplos de estos nuevos modelos de negocio, los cuales pueden brindar ideas de soluciones a gran escala.
7. Innovación regulada: con relación al talento, algunos de los segmentos más nuevos del mercado laboral están en gran medida libres de impuestos o no regulados. En respuesta, los reguladores están empezando a ser más activos, en 2018 se espera más participación del gobierno en torno a la implementación y uso de la tecnología en modelos de negocio y en su impacto a las personas.
Fernandez asegura que conviene estar atentos al proceso regulatorio para adaptarse rápidamente a las definiciones que apliquen.
Estas nuevas realidades son inevitables, pero presentan un panorama lleno de oportunidades. Para capitalizarlas, habrá que encontrar nuevas formas de alinear instituciones, organizaciones e individuos al reto de los cambios del mercado.
El desafío está en repensar la idea que hemos construido durante décadas sobre la estructura de la fuerza laboral; es decir, explorar nuevas formas de atraer y retener talento, así como impulsar la colaboración humano-máquina y, sobre todo, agilizar la adaptación a las nuevas tecnologías.
miércoles, 21 de febrero de 2018
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