La realidad aumentada (AR) es una tecnología de modificación visual que superpone imágenes virtuales sobre el mundo real alrededor del usuario. AR es muy similar a la realidad virtual (VR). Ambas requieren un dispositivo como una tableta, un celular o lentes especiales para usarse. Sin embargo, la AR se integra al mundo real, mientras que la VR es completamente digitalizada. Ambas tecnologías tienen amplios usos en videojuegos, películas, logística y otras industrias que han comenzado a explotar posibles aplicaciones.
No obstante, la realidad aumentada parece no haber terminado de despegar. Hoy en día usamos muchas aplicaciones con AR. Por ejemplo, los filtros animados en Snapchat e Instagram tienen esta tecnología. Así como el famoso juego ‘Pokémon GO!’. Muchas apps también la incluyen para reconocer productos en almacenes, por ejemplo.
Sin embargo, la AR aún no es una tecnología masiva. The Next Web nos cuenta tres motivos que explican este fenómeno.
1.Ergonomía
Este es uno de los puntos principales para entender el fracaso actual de la AR. No importa qué tantas características de moda ofrezcan sus lentes: polarizados, colores, marcas como Ray-Ban, nadie quiere usarlos en su rutina diaria. Lo mismo aplica para los lentes grandes de AR que tienen mucha tecnología (pensemos en los Google Glass). Además de parecer salidos de un videojuego, lo más probable es que sean tan incómodos que los usuarios siempre terminan quitándoselos.
Los lentes inteligentes podrían reemplazar fácilmente a los smartphones y tabletas como nuestra fuente constante de información. Esto debido a que funcionan como una extensión del cuerpo. Además porque traen la interfaz de información más cerca de nuestros sentidos. Pero esto no pasará hasta que un par de gafas inteligentes puedan usarse de la misma que cualquier otro par de lentes de la cotidianidad.
2. Utilidad básica
Las posibilidades con la AR sin infinitas. Es por eso que los desarrolladores están constantemente inventando cosas qué hacer con ella. Pero el consumidor promedio no está buscando saltar las barreras de la tecnología con sus lentes. La realidad es que no queremos ver a través de las paredes con nuestras gafas. Las personas del común quieren varias funciones tecnológicas conocidas en unos lentes cómodos, nada más. Y también quieren que se vean ‘normales’, como los que tiene pensado lanzar Intel.
Para convertirse en un producto popular, los desarrolladores de AR deberían enfocarse en los aspectos esenciales de un dispositivo inteligente: funciones de llamar y chatear, GPS, redes sociales, etc. A medida que los usuarios estén más cómodos con lentes inteligentes se podrá hacer la expansión a funciones más experimentales.
3. Lentes correctivos
Más del 61% de la población mundial usa lentes o alguna forma de lentes correctivos. Es decir, más de 6 personas de cada 10 necesitan algún tipo de fórmula para ver correctamente. Estas cifras nos indican que es imperativo que los lentes inteligentes tengan esta opción. Aunque te sorprenda, muy pocas empresas de productos AR ofrecen esta función.
Esta sencilla implementación, de una función tan importante, podría llevar a los lentes inteligentes a un punto en el que cualquier usuario los podría adoptar fácilmente. Además, si quieres convencer a las personas de que usen lentes en su vida diaria, tiene sentido comenzar con las personas que ya usan gafas para ver bien.
Imagen: Flickr.
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