La generación nacida durante la presente década tendrá al 2050 entre 30 y 40 años, su expectativa de vida será en promedio de 110 años, el 80% de la Humanidad estará completamente digitalizada en todas las manifestaciones vitales y sociales, y la inteligencia artificial, la robótica, la realidad aumentada, Internet de las Cosas y la interconexión de las mentes serán algo corriente, con diferentes intensidades y alcances.
Según Jerome Glenn, del Millennium Project, actualmente el mundo está mejor de lo que los pesimistas dicen, pero el futuro puede ser peor de lo que los optimistas piensan. En este contexto, el tema del futuro del trabajo y del empleo es clave, y debe posicionarse con mayor intensidad en el debate de las políticas públicas, las investigaciones académicas y el interés de los organismos multilaterales. No hay consenso entre los especialistas en cuanto a la situación.
Esta generación vivirá en ciudades y pertenecerá a la clase media o a estamentos superiores de ingreso. Lo que no significa necesariamente que su vida será mejor y más feliz más allá de lo material, si es que todo ello no va acompañado de seguridad social y ambiental, crecimiento espiritual y vivencias comunitarias.
Otro 20% estará en la periferia de ese mundo, y sufrirá la marginalidad digital, a menos que ahora mismo seamos capaces de generar un proceso inclusivo, mediante consensos globales. Los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), de la Agenda 2030 de la ONU, son una base, pero deben ser cumplidos y proyectados. No es tan claro que así vaya a suceder, por las reticencias de grandes potencias, la guerra comercial y tecnológica, y la indiferencia de muchos gobiernos ante el cambio climático. La modificación del patrón de consumo no parece estar en las agendas.
Según Jerome Glenn, del Millennium Project, actualmente el mundo está mejor de lo que los pesimistas dicen, pero el futuro puede ser peor de lo que los optimistas piensan. En este contexto, el tema del futuro del trabajo y del empleo es clave, y debe posicionarse con mayor intensidad en el debate de las políticas públicas, las investigaciones académicas y el interés de los organismos multilaterales. No hay consenso entre los especialistas en cuanto a la situación. Los análisis y pronósticos van desde el optimismo al pesimismo y hasta el catastrofismo.
Pero los estudios de la OCDE, la OIT, el WEF, y otros muchos, coinciden en una cosa: se está produciendo un cambio acelerado en los patrones de producción y de trabajo, que están afectando al empleo. Se afecta en cuanto a que los trabajadores y los profesionales actualmente ven modificadas las formas de producción de bienes y de servicios, pues muchas prácticas y aplicación de conocimientos son sustituidas por máquinas, robots y algoritmos, y ello inevitablemente elimina empleos y requiere reconversión de trabajadores y otro modelo educativo. Y se afecta también en cuanto a que surgen nuevas formas de servicios, como Uber, el delivery, la impresión 3D y 4D en domicilios y gabinetes médicos, odontológicos, ingenieriles, etc., o de atención al cliente, como el despacho automatizado de bienes y el uso de drones. Para qué decir de la llegada inminente de los automóviles, camiones y aeronaves sin conductor. Pero todo esto forma parte del diagnóstico, y según constata el grupo de prospectiva estratégica The Millennium Project Global Futures Studies & Research, al revisar más de 30 estudios sobre el "futuro del trabajo" para encontrar qué preguntas no se hicieron y aquellas que no fueron respondidas adecuadamente, la mayoría se centran más en caracterizar el problema, y dar recomendaciones que ya se han convertido en lugares comunes -como la educación-, pero menos en las medidas concretas que se deben adoptar con sentido de urgencia.
Hace unos días, el think tank dió a conocer una investigación de largo alcance, realizada durante tres años, que presenta tres escenarios sobre trabajo y tecnología y propone 93 medidas concretas que deberían aplicarse desde ya. Creo que es importante destacar que es el resultado de una investigación Delphi de más de 540 expertos de diversas disciplinas, de 62 países, la asesoría de más de 70 prospectivistas y asistentes, de los 50 "nodos" de esta organización en el mundo, y más de 1.200 participantes en 30 talleres realizados en 20 países. Finalizó con cinco encuestas internacionales sobre gobierno y gobernanza; negocios y trabajo; educación y aprendizaje; artes y medios de comunicación; y comunidades de ciencia y tecnología.
Los tres escenarios (resumen de cada escenario que se desarrolla in extenso en el estudio):
Escenario 1: Complicado: una cartera mixta. Una proyección tendencial como de costumbre, sobre la creciente aceleración del cambio, combinando inteligencia y estupidez, caracterizó la toma de decisiones. Adopción irregular de tecnología avanzada; alto desempleo. Los poderes de las grandes corporaciones han crecido más allá del control gubernamental, en un mundo gubernamental-corporativo, virtual-3D, y multipolar.
Escenario 2: Agitación política y económica, con desesperación social. Los gobiernos no anticiparon los impactos en general y específicos de la inteligencia artificial y no tenían estrategias establecidas cuando el desempleo explotó en la década de 2030. La polarización social y el bloqueo político en muchas formas han crecido. El orden global se ha deteriorado en una combinación de estados-nación, mega-corporaciones, milicias locales, terrorismo y crimen organizado.
Escenario 3: Si los humanos fueran libres: la economía de la autorrealización. Los gobiernos anticiparon los impactos generales y específicos de la inteligencia general artificial, promovieron el autoempleo, y realizaron una oportuna investigación exhaustiva sobre cómo incorporar los sistemas de ingreso básico universal. Artistas, magnates de los medios de comunicación y artistas ayudaron a fomentar el cambio cultural de una cultura laboral tradicional a una economía de autorrealización.
Entre las propuestas, podemos señalar algunas de responsabilidad global y otras de políticas e instrumentos:
*Establecer en los países y organismos multilaterales, "agencias de pronóstico y evaluación del presente y futuro de la tecnología", y su impacto potencial, para asesorar las funciones legislativas, judiciales y de gobierno. Agencias que deberían además estar conectadas entre si a nivel global.
*Crear estándares internacionales para la Inteligencia Artificial, con un sistema de gobierno global para hacerlos cumplir, similar al Organismo Internacional de Energía Atómica.
*Complementariamente a la educación STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), potenciar el aprendizaje basado en la capacidad de "auto-investigación", para la autorrealización, y técnicas para desarrollar la creatividad, el pensamiento crítico y las relaciones humanas, aprovechando las nuevas herramientas que proporciona la inteligencia artificial.
*Usar memes en anuncios para ayudar a la transición cultural a nuevas formas de economía y trabajo.
*Crear IA / Avatares personales, capaces de unir las habilidades e intereses de las personas con las oportunidades de ingresos en todo el mundo, que pueden hacer contratos inteligentes para apoyar el autoempleo.
*Investigación pública-privada para explorar la transición cultural, hacia un nuevo contrato social entre el gobierno y los ciudadanos, que evite que por la inteligencia aumentada, lleguen a ser "genios desempleados".
*Contribución de los líderes de arte / medios de comunicación / entretenimiento/ para involucrar a las personas en anticipar los cambios culturales que se produzcan por los impactos de las tecnologías futuras.
*Cambiar los sistemas de educación / aprendizaje más hacia el dominio de las habilidades que hacia el dominio de una profesión.
*Hacer anticipatoriamente proyecciones alternativas de flujo de recursos con vistas al ingreso básico universal para probar su sostenibilidad, considerando que inevitablemente habrá un segmento de la población que no llegará a integrarse a las nuevas formas de trabajo y carecerán de oportunidades de empleo y por lo tanto de ingresos.
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