El futuro llama a la puerta del sector de la construcción. La transformación digital está revolucionando muchos sectores y ha llegado también a uno de los más tradicionales. Esto supone toda una revolución, tanto en los procesos de planificación y gestión de cada obra con la digitalización y automatización de sistemas como en los procesos de comercialización y posventa, pasando por la ejecución del proyecto constructor-inmobiliario.
Esta combinación de la automatización a través de las nuevas tecnologías disponibles y el intercambio de datos para mejorar la eficiencia de los procesos productivos y de gestión, el servicio al cliente y reducción de costes asociada, es lo que se conoce como la Industria 4.0.
Un ejemplo de cómo esa oleada de nuevas tecnologías empieza a invadir el proceso de construcción es Grupo Avintia. Desde sus orígenes, que coincidieron con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, se volcó en el uso de la tecnología para capear el temporal. Hace un lustro, comenzó la digitalización con la incorporación de herramientas de 'big data', 'cloud computing', 'data analytics' o el internet de las cosas, y hoy está en plena industrialización de la obra —también conocida como construcción ‘offsite’ (OS) o fuera del solar—, que permite planificar, diseñar, fabricar y ensamblar viviendas fuera de su localización final. Todo esto, unido al uso del 'software' de construcción avanzada conocido como BIM (Building Information Modeling), contribuirá a que la constructora tenga el 80% de los procesos completamente digitalizados en dos años. Una cota con la que mejorará, apuntan, en un 63% la productividad.
Juan Jesús González, director general de Planificación y Organización Corporativa de Grupo Avintia. (C. Castellón)
Para conocer su opinión sobre qué momento vive el sector, El Confidencial ha reunido en una mesa a Juan Jesús González, director general de Planificación y Organización Corporativa de Grupo Avintia, y a dos directores de su equipo: Roberto García, director de Planificación y Control de Gestión, y Lorena García, directora de la PMO (Oficina de Gestión de Proyectos). “La constructora que no se digitalice no va a sobrevivir, y quien no haya comenzado ya esta transformación tendrá muy difícil seguir operando en el mercado”, asevera Juan Jesús González. Y no anda desencaminado. Según un informe de PwC, dos de cada tres empresas industriales del país se están quedando atrás en el proceso de digitalización.
“Nosotros estamos en la segunda fase de la transformación digital de la constructora, consistente en digitalizar e industrializar la obra”, señala el director general de Planificación y Organización Corporativa. "En una primera fase, digitalizamos la gestión de procesos: comercialización, compras, planificación, control de gestión, posventa, etc.”. Toda la información que genera está digitalizada y conectada, lo que descentraliza el dato y permite que todo el personal lo reciba al momento.
"La constructora que no se digitalice no va a sobrevivir, y quien no haya comenzado ya tendrá muy difícil seguir en el mercado"
La llamada Construcción 4.0 pasa por que todos los datos que se generan de las obras ('big data') se informatizan y se interconectan en tiempo real, se almacenan en la nube ('cloud computing') y se analizan ('data analytics'), generando informes de manera inmediata para tomar mejores decisiones, anticipar problemas, predecir compras y precios y prescribir soluciones. Un ‘business intelligence’ con el que la compañía tiene la fotografía de lo que va a ocurrir en los próximos dos años. Y lo que ven es positivo. Ellos ya tienen una cartera de obra por valor de 1.200 millones de euros anuales.
“El dato lo genera el propio proceso, ya no tienes personas introduciéndolo, y lo tienes en tiempo real. Es como tener controlada la constructora desde el móvil”, dice González. “Todo esto nos permite adelantarnos a los problemas gracias a la capacidad de anticipación y gestión de riesgos”, añade Roberto García desde el área de Planificación y Control de Gestión de la empresa.
La consultora McKinsey advierte de que el incremento de la productividad que trae consigo la digitalización y el consiguiente ahorro de costes puede que no compensen las inversiones si no se hacen ajustes al arrancar los proyectos en las tareas de los profesionales. “Al estar automatizado el trabajo, el técnico se puede dedicar a generar valor a través de la gestión y análisis de la información para facilitar la toma de decisiones. La información ya está en el dispositivo, son los procesos quienes introducen los datos de forma automática”, aclara Roberto García. “El profesional se tiene que adaptar, cambiar su forma de trabajar”, especifica el director general de Planificación, “pero no significa que desaparezcan puestos, sino que es menos generador de información, pero más analista de datos, y puede sacar más rentabilidad al negocio e, incluso, facilita la conciliación familiar”.
Lorena García, directora de PMO de Grupo Avintia. (Carmen Castellón)
Llegar hasta este nivel de digitalización en el sector supone, sin lugar a dudas, una formación del personal. “No nos preocupa no encontrar talento preparado. Nosotros les enseñamos, tienes que tener una empresa con capacidad para formar la cantera”, comenta Lorena García, directora de PMO. Esta adaptación empieza por el operario a pie de fábrica, pasando por el jefe de obra, el ingeniero y el directivo. “Tenemos que adecuar la tecnología a las necesidades del usuario y hacerlo de forma sencilla, para ello, hemos creado aplicaciones propias o personalizado otras que había en el mercado. Por ejemplo, al operario de posventa le damos una tableta donde puede ver la vivienda y gestionar los repasos, lo que agiliza mucho el proceso”, apunta Lorena García.
Sin embargo, en el ámbito de la dirección, “falta mucha cultura digital”, reconoce Juan Jesús González. "La alta dirección, por lo general, no comprende que la transformación digital es un cambio cultural y estratégico que afecta al modelo organizativo de la empresa, sus procesos y tecnología, a su trabajo diario, incluida la toma de decisiones".
"La tecnología ha ido más deprisa que las comunicaciones, que están todavía en pruebas"
“El problema”, remarca el director general de Planificación y Organización Corporativa del Grupo Avintia, “es que la tecnología ha ido más deprisa que las comunicaciones [5G], que están todavía en pruebas piloto y son las que soportan todas estas innovaciones, y nos encontramos zonas de obra donde la comunicación no es adecuada”. También se encuentran con que no todas las compañías dotan a sus empleados de medios técnicos. “Tiene que cambiar la cultura, la forma de trabajar e invertir en tecnología”, insiste.
Para el director general de Planificación y Organización Corporativa de Grupo Avintia, “no hay vuelta atrás, este es el futuro". El 'software' BIM de simulación virtual que utiliza la compañía, por ejemplo, les sirve para saber si se están cumpliendo plazos; la realidad aumentada les permite testar productos y que el cliente final pueda visualizar su futura casa; el internet de las cosas, a través de sensores, interconectar sistemas, procesos y dispositivos y geolocalizar piezas; también, se apoyarán en la robótica para programar maquinaria de forma autónoma, o impresión en 3D, por la que están desarrollando prototipos de tabiquería. Todo sin olvidar la inversión en ciberseguridad.
En conjunto, la digitalización de los procesos reduce “a rangos inferiores al 1% las desviaciones económicas” que suele sufrir cualquier tipo de construcción, y que el Consejo General de la Arquitectura Técnica (CGATE) cifra en el sector en hasta el 20%.
Respecto a la industrialización de la obra, Juan Jesús González lo tiene claro: "Hoy, la vivienda industrializada se ha equiparado en precio con la tradicional, pero será mucho más competitiva, de mayor calidad y rentabilidad e, incluso, más económica. La industrialización cambia el concepto de construir y ahora tienes que coordinar la fábrica con la ejecución de la obra”, que se convierte en “una puesta en escena de lo que previamente se ha producido 'offsite”. La constructora tiene ya proyectos por un millar de viviendas industrializadas de las que la mitad corresponde al reciente acuerdo que ha firmado con Metrovacesa. De momento, las partes en fabricación se ciernen sobre tabiques, forjados y cuartos húmedos (baños, cocinas, caldera, lavaderos...), con los que consigue una reducción del 30% de los plazos de ejecución.
Roberto García, director de Planificación y Control de Gestión de Grupo Avintia. (Carmen Castellón)
En este punto, la pregunta del millón que se hace Juan Jesús González es si es rentable la construcción industrializada. “Depende”, responde, “del volumen de obras, de la digitalización y la automatización que se tenga”. Ahora bien, “todo son ventajas”, asevera.
Para conocer su opinión sobre qué momento vive el sector, El Confidencial ha reunido en una mesa a Juan Jesús González, director general de Planificación y Organización Corporativa de Grupo Avintia, y a dos directores de su equipo: Roberto García, director de Planificación y Control de Gestión, y Lorena García, directora de la PMO (Oficina de Gestión de Proyectos). “La constructora que no se digitalice no va a sobrevivir, y quien no haya comenzado ya esta transformación tendrá muy difícil seguir operando en el mercado”, asevera Juan Jesús González. Y no anda desencaminado. Según un informe de PwC, dos de cada tres empresas industriales del país se están quedando atrás en el proceso de digitalización.
“Nosotros estamos en la segunda fase de la transformación digital de la constructora, consistente en digitalizar e industrializar la obra”, señala el director general de Planificación y Organización Corporativa. "En una primera fase, digitalizamos la gestión de procesos: comercialización, compras, planificación, control de gestión, posventa, etc.”. Toda la información que genera está digitalizada y conectada, lo que descentraliza el dato y permite que todo el personal lo reciba al momento.
"La constructora que no se digitalice no va a sobrevivir, y quien no haya comenzado ya tendrá muy difícil seguir en el mercado"
La llamada Construcción 4.0 pasa por que todos los datos que se generan de las obras ('big data') se informatizan y se interconectan en tiempo real, se almacenan en la nube ('cloud computing') y se analizan ('data analytics'), generando informes de manera inmediata para tomar mejores decisiones, anticipar problemas, predecir compras y precios y prescribir soluciones. Un ‘business intelligence’ con el que la compañía tiene la fotografía de lo que va a ocurrir en los próximos dos años. Y lo que ven es positivo. Ellos ya tienen una cartera de obra por valor de 1.200 millones de euros anuales.
“El dato lo genera el propio proceso, ya no tienes personas introduciéndolo, y lo tienes en tiempo real. Es como tener controlada la constructora desde el móvil”, dice González. “Todo esto nos permite adelantarnos a los problemas gracias a la capacidad de anticipación y gestión de riesgos”, añade Roberto García desde el área de Planificación y Control de Gestión de la empresa.
La consultora McKinsey advierte de que el incremento de la productividad que trae consigo la digitalización y el consiguiente ahorro de costes puede que no compensen las inversiones si no se hacen ajustes al arrancar los proyectos en las tareas de los profesionales. “Al estar automatizado el trabajo, el técnico se puede dedicar a generar valor a través de la gestión y análisis de la información para facilitar la toma de decisiones. La información ya está en el dispositivo, son los procesos quienes introducen los datos de forma automática”, aclara Roberto García. “El profesional se tiene que adaptar, cambiar su forma de trabajar”, especifica el director general de Planificación, “pero no significa que desaparezcan puestos, sino que es menos generador de información, pero más analista de datos, y puede sacar más rentabilidad al negocio e, incluso, facilita la conciliación familiar”.
Lorena García, directora de PMO de Grupo Avintia. (Carmen Castellón)
Llegar hasta este nivel de digitalización en el sector supone, sin lugar a dudas, una formación del personal. “No nos preocupa no encontrar talento preparado. Nosotros les enseñamos, tienes que tener una empresa con capacidad para formar la cantera”, comenta Lorena García, directora de PMO. Esta adaptación empieza por el operario a pie de fábrica, pasando por el jefe de obra, el ingeniero y el directivo. “Tenemos que adecuar la tecnología a las necesidades del usuario y hacerlo de forma sencilla, para ello, hemos creado aplicaciones propias o personalizado otras que había en el mercado. Por ejemplo, al operario de posventa le damos una tableta donde puede ver la vivienda y gestionar los repasos, lo que agiliza mucho el proceso”, apunta Lorena García.
Sin embargo, en el ámbito de la dirección, “falta mucha cultura digital”, reconoce Juan Jesús González. "La alta dirección, por lo general, no comprende que la transformación digital es un cambio cultural y estratégico que afecta al modelo organizativo de la empresa, sus procesos y tecnología, a su trabajo diario, incluida la toma de decisiones".
"La tecnología ha ido más deprisa que las comunicaciones, que están todavía en pruebas"
“El problema”, remarca el director general de Planificación y Organización Corporativa del Grupo Avintia, “es que la tecnología ha ido más deprisa que las comunicaciones [5G], que están todavía en pruebas piloto y son las que soportan todas estas innovaciones, y nos encontramos zonas de obra donde la comunicación no es adecuada”. También se encuentran con que no todas las compañías dotan a sus empleados de medios técnicos. “Tiene que cambiar la cultura, la forma de trabajar e invertir en tecnología”, insiste.
Para el director general de Planificación y Organización Corporativa de Grupo Avintia, “no hay vuelta atrás, este es el futuro". El 'software' BIM de simulación virtual que utiliza la compañía, por ejemplo, les sirve para saber si se están cumpliendo plazos; la realidad aumentada les permite testar productos y que el cliente final pueda visualizar su futura casa; el internet de las cosas, a través de sensores, interconectar sistemas, procesos y dispositivos y geolocalizar piezas; también, se apoyarán en la robótica para programar maquinaria de forma autónoma, o impresión en 3D, por la que están desarrollando prototipos de tabiquería. Todo sin olvidar la inversión en ciberseguridad.
En conjunto, la digitalización de los procesos reduce “a rangos inferiores al 1% las desviaciones económicas” que suele sufrir cualquier tipo de construcción, y que el Consejo General de la Arquitectura Técnica (CGATE) cifra en el sector en hasta el 20%.
Respecto a la industrialización de la obra, Juan Jesús González lo tiene claro: "Hoy, la vivienda industrializada se ha equiparado en precio con la tradicional, pero será mucho más competitiva, de mayor calidad y rentabilidad e, incluso, más económica. La industrialización cambia el concepto de construir y ahora tienes que coordinar la fábrica con la ejecución de la obra”, que se convierte en “una puesta en escena de lo que previamente se ha producido 'offsite”. La constructora tiene ya proyectos por un millar de viviendas industrializadas de las que la mitad corresponde al reciente acuerdo que ha firmado con Metrovacesa. De momento, las partes en fabricación se ciernen sobre tabiques, forjados y cuartos húmedos (baños, cocinas, caldera, lavaderos...), con los que consigue una reducción del 30% de los plazos de ejecución.
Roberto García, director de Planificación y Control de Gestión de Grupo Avintia. (Carmen Castellón)
En este punto, la pregunta del millón que se hace Juan Jesús González es si es rentable la construcción industrializada. “Depende”, responde, “del volumen de obras, de la digitalización y la automatización que se tenga”. Ahora bien, “todo son ventajas”, asevera.
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