Buenos Aires, 15 de julio de 2029. Una típica noche calurosa en la ciudad de la furia. Cinthia entra apurada al supermercado. En treinta minutos llegan las visitas a su casa. Por suerte, elegir un vino para la ocasión nunca ha sido más fácil. La interfaz de realidad aumentada de sus gafas inteligentes le señala en el lineal las tres opciones ideales en función de los gustos de sus comensales.
Hernán Braberman
Apenas detiene su vista frente a una botella de Malbec, se despliega frente a sus ojos una experiencia que la zambulle en un atardecer rojizo frente a la cordillera de Los Andes. Un simple toque en su pulsera inteligente confirma la compra. De pronto salta un recordatorio geolocalizado: “no olvidar el zumo para los niños”. Asistida por la navegación virtual encuentra en una fracción de segundo la sección de zumos. Sofía sonríe. Frente a ella el cartón de la marca de zumo favorita de sus hijos le informa que se publicó la nueva temporada. Ya se imagina la felicidad de Alex y Maia cuando mañana compartan los nuevos juegos que despliegue el pack durante el desayuno antes de salir a su oficina.
Diversión, aventuras, instrucciones, conocimientos, recetas, inmersión. Las experiencias aumentadas ya están disponibles para todos. ¿Cómo podemos aprovechar esta oportunidad desde las marcas?¿Cómo podemos deleitar y sorprender a los consumidores con el diseño de packaging de nuevas formas que antes no eran posibles?
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