Nuevos (y menos nuevos) métodos de enseñanza y aprendizaje

Aprender hoy, en un mundo donde el acceso al conocimiento es tan inmediato, directo y sin límites significa sobre todo saber desarrollar una conciencia crítica que facilite la selección responsable e inteligente de contenidos.

Esta conciencia es en sí misma una competencia que se puede construir desde la enseñanza: en este breve texto se quiere trazar una posible vía, desde un ámbito, el del diseño, que puede ser extensible a otras disciplinas.

La formación en diseño tiene sus bases metodológicas en un aprendizaje muy ligado a la práctica, a la aplicación directa de los conocimientos, su validación mediante la experiencia y el prototipado de ideas. Aprender haciendo, un lema que todas las escuelas de diseño (como la nuestra, el IED Madrid) tienen como estandarte desde hace décadas, es un método que además vincula la etapa de formación con el mundo laboral.

Como en la disciplina profesional, el estudiante “construye” sus proyectos, los pone a prueba con algo visible y tangible, los hacen comunicables para poder discutir y debatir sobre ellos, en un lugar que ahora es el aula pero que el día de mañana será la presentación ante un cliente o a una empresa. Asume como natural punto de partida la exploración del contexto y de la realidad que le rodea, se aproxima al usuario mediante un análisis exhaustivo, interpretando datos e informaciones que llegan desde diferentes fuentes. Y lo hace trabajando en equipo, compartiendo ideas e incorporando competencias que enriquecen sus propuestas.

Este tipo de aprendizaje da buenos resultados y nos sugiere que hoy, más que nunca, aprender a través de la experiencia es algo ineludible y no solo en el ámbito de las disciplinas creativas. Así se explican las recientes reflexiones sobre el llamado inmersive learning, que supone una enseñanza basada en la acción, donde el estudiante asume un rol protagonista, pone en práctica sus conocimientos y experimenta junto a sus compañeros algo muy próximo a su posible futuro profesional.

Esta inmersión puede ser apoyada o sustituida por experiencias virtuales, como la realidad aumentada, que conecta la visión a los demás sentidos, amplificados sin salir de clase: una manera eficaz para simular contextos y situaciones que los docentes pueden observar y seguir de cerca. Revindicar la experiencia plena, apoyada además por los últimos avances tecnológicos, hará del aprendizaje un asentamiento del conocimiento más duradero y estable.

Pero si algo debe evolucionar en estas metodologías es una mejor integración de la tecnología como un instrumento que facilite sobre todo la comunicación y la colaboración, que favorezca la posibilidad de trabajar en abierto, compartiendo conocimientos y facilitando la transferencia de estos en un contexto global y diverso. Nos referimos sobre todo a un uso inteligente de todas las herramientas ligadas a los social networks, desde la que están dedicadas al simple intercambio de mensajes o vivencias, hasta las que ayudan a la gestión y la planificación de proyectos.

Acostumbrarse a compartir y debatir, desde la etapa formativa, significa sentar las bases para una sólida autoconciencia: saber pensar, saber opinar, saber discernir y evaluar para elegir, para construir un discurso y argumentar ideas convincentes, tan necesarias para navegar en aguas inciertas e imprevisibles.

Dario Assante
Director IED Madrid

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