¿Va a cometer Apple con sus Glass el mismo error que cometió Google con sus gafas? El nuevo producto de Apple se rumorea que no estará listo hasta 2023, aunque algunos filtradores oficiales hablan de mediados de 2021.
Según los analistas del mercado, las Apple Glass no estarán listas hasta 2023 y saldrán al mercado en un rango de precio entre los 500 y 600 euros en Europa.
Las gafas ofrecerán una pantalla holográfica en la que se podrán ver mensajes de texto, correos electrónicos, mapas y juegos dentro del campo de visión del usuario.
Las Apple Glass dependerán de un iPhone, igual que el Apple Watch, para el procesamiento de toda la información, lo que permitirá que su precio sea infinitamente inferior a productos más complejos como las gafas inteligentes de Microsoft (enfocadas, por otra parte, hacia el sector industrial, y no hacia el gran público).
Las smart glasses de Apple funcionarán de forma parecida a las gafas inteligentes que ya están en el mercado y que se controlan con Alexa.
Antes de resumir todas las filtraciones sobre las Apple Glass, porque oficial no hay absolutamente nada más allá de las patentes de Apple para desarrollar gafas con Inteligencia Artificial y Realidad Aumentada (que para que te hagas una idea incluyen un sistema para corregir las anomalías y defectos del ojo más comunes) tenemos que hablar de las Google Glass. Para entender si las Apple Glass van a tener una oportunidad en el mercado, hay que saber por qué fracasaron las Google Glass en 2013. El cadáver está todavía caliente. Y la respuesta es bastante sencilla. No tiene que ver con la tecnología, tiene que ver con un principio básico de gestión empresarial: Google creó una solución antes de identificar un problema. Lo que habrá que ver ahora es si Apple lo ha hecho al revés: si satisface una necesidad real con las gafas a los consumidores. El proyecto Explorer de Google básicamente consistió en poner un producto inacabado en manos de desarrolladores y ver qué hacían con él. Nunca se diseñó para un consumidor como tú o como yo. Si algo demostraron las Google Glass fue que ligadas a un dispositivo de este tipo había una larga lista de soluciones que merecían la pena (más allá de hacer fotos, grabar vídeos, leer correos electrónicos hacer llamadas o utilizar el asistente de Google tal y como lo utilizamos ahora con unos auriculares inalámbricos), pero Google no identificó el problema de antemano y no diseñó el producto pensando en problemas que necesitaban una solución.
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La cadena CNN y el diario The New York Times lanzaron sendas aplicaciones que enviaban resúmenes de noticias que se podían ver y leer a modo de Google Discover en la pantalla holográfica. La revista Elle, además de ofrecer noticias, permitía incorporar las prendas de los artículos de moda a una lista de deseos. Twitter y Facebook permitían hacer fotos y subirlas a sus respectivas redes (aunque no permitían escribir tuits, ni posts) y Evernote dejaba hacer fotos y archivarlas, y también subir listas de cosas por hacer a las Google Glass. Se desarrollaron muchas apps que reconocían los productos que aparecían en las fotos que se hacían con las Google Glass y conectaban con tiendas online para adquirirlos (como la extinta Fancy), recetarios de cocina como los que utilizamos ahora en los altavoces inteligentes, programas de presentación al estilo de PowerPoint, soluciones para el reconocimiento de participantes en ferias...
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Pero es hay más. El producto de Google salió sin funcionar al cien por cien. Ni siquiera al 80 por cien. No importaba que el dispositivo no funcionara del todo bien; los desarrolladores se lanzaron a desarrollar todo tipo de aplicaciones... que tampoco solucionaban problemas, sino que demostraban que se podía sacar partido al dispositivo. Google dio la categoría de lanzamiento -con la inestimable ayuda de los medios, que ya sabes cómo somos- a lo que era un programa piloto, ni más ni menos.
Resumiendo: El dispositivo, sencillamente, no estaba listo cuando salió al mercado. La unidad se calentaba con frecuencia, se apagaba sola sin más explicación, la duración de la batería aguantaba una hora. Sin ambergo, ahí estaba todo el potencial del producto. El problema es que cuando ni siquiera la interfaz de usuario (tocar, deslizar, parpadear, gestos con la cabeza, el reconocimiento de voz después de decir "Ok Glass") funciona correctamente, el producto no debe salir del laboratorio. Que es precisamente donde están ahora las Apple Glass, según los analistas, después de haber abandonado la fase de prototipado. Venga, vamos por partes.
¿Cuándo salen las Apple Glass?
El analista de TF International Securities, Ming-Chi Kuo, el filtrador principal del universo Apple, ha asegurado que las Apple Glass no estarán listas para enviarse hasta 2022 "como muy pronto". Sin embargo, en una presentación interna de Apple, a la que accedió Bloomberg, se apuntaba a una fecha de lanzamiento en 2023. Y aquí es donde encaja lo que te hemos contado al principio sobre las Google Glass.
Apple no va a salir antes de tiempo al mercado. Primero porque ha aprendido la lección de Google. Segundo porque es un producto que no tiene una demanda clamorosa ahora mismo en el mercado. Al igual que ocurrió con el Apple Watch, hay que crearla, y por tanto no puede salir de cualquier manera. Y tercero: Apple ha cambiado su forma de trabajar desde que sus sistemas operativos iOS 11 e iOS 13 salieran con tantos problemas. Las Apple Glass llevarán un sistema operativo propio que seguirá el modelo de diseño que aplica ahora Apple a todo su software.
¿Qué podrás hacer con ellas? Básicamente lo que ya se podía hacer con las Google Glass, solo que con todo lo que se ha aprendido sobre AI, VR y conectividad desde entonces, y con una interfaz de usuario infinitamente más práctica. Las Apple Glass mostrarán una pantalla holográfica en la que se leer mensajes de texto y correos electrónicos, navegar por mapas y ver juegos dentro del campo de visión del usuario. Esto para empezar.
Las filtraciones también apuntan a que Apple está trabajando en su propio Oculus Go, en un visor de realidad virtual todo en uno que podría salir antes al mercado. Estaría enfocado al mercado del gaming y estaría en un banda de precio entre los 250 y los 350 euros en Europa (dependiendo de que sea una versión de 32GB o de 64GB). Estas filtraciones tienen sentido en tanto que ya hay un público para este producto, ya saben cómo funciona y podría encajar dentro de la estrategia global de Apple para los consumidores de juegos. Encajaría a la perfección con Apple Arcade y permitiría limar la experiencia de usuario (en funcionalidades, sobre todo) antes de lanzar las Apple Glass.
¿Cuánto cuestan las Apple Glass? Aquí de nuevo solo hay filtraciones y especulaciones. Los analistas del mercado apuntan a que se moverán en un rango de precio entre los 500 euros de los Apple Watch con más potencia y los 4.000 euros de unas Hololens 2 de Microsoft en Europa. Esto en magia se conoce de toda la vida como lectura en frío: es imposible no acertar con esa banda de precios. ¿Qué dice el sentido común? Si el producto tiene unas funcionalidades limitadas (en el buen sentido) y depende al final de un iPhone para procesar toda la información, tiene sentido que sea un producto asequible y no supere nunca el precio de un MacBook. Piensa que va a estar dirigido al gran público, no a la industria, como al final hacen las Hololens.
miércoles, 15 de julio de 2020
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