Rubén Andrés
La innovación es un juego peligroso en el que puedes ganar mucho, pero también fracasar estrepitosamente. Estos son los 9 inventos tecnológicos que resultaron ser un desastre comercial.
Quien no arriesga no gana. Esa debería ser la máxima de cualquier empresa dedicada a la innovación tecnológica, y los CEOs de esas empresas no siempre aciertan con las estrategias de los productos que lanzan al mercado.
En general ninguna empresa tecnológica está exenta de meter la pata con algún producto, y proyectos que se presentaron a bombo y platillo con promesas de que cambiarían para siempre el uso de la tecnología, finalmente acabaron cogiendo polvo en las estanterías y convirtiéndose en auténticos fiascos para sus creadores.
Las pifias tecnológicas de los más grandes son las más sonadas, pero hay muchas otras que prometían ser auténticos mirlos blancos, pero que finalmente se desvanecieron como el humo sin pena ni gloria. Estos son algunos ejemplos de inventos tecnológicos que resultaron ser un desastre.
Inventos que fueron anticipados por la ciencia ficción
Situaciones políticas, artilugios mecánicos, cambios sociales... Todo puede ser analizado e imaginado por la ciencia-ficción. En este artículo os mostramos algunos inventos que primero fueron descritos por escritores con una gran imaginación.
Los mayores fakes de la tecnología: 9 inventos que resultaron ser un desastre
- LaserDisc, el CD que no vio venir el DVD
- Sega Activator: como la Nintendo Wii, pero mal
- Virtual Boy, la consola más fugaz de Nintendo
- Televisores 3D: mareos, poco contenido y un precio elevado
- Google Nexus Q, el primer fiasco en hardware de Google
- Google Glass: cuando la privacidad perdió frente a la innovación
- AirPower: Apple vendió la piel antes de cazar al oso
- Magic Leap, la eterna promesa que nunca llega
- Teclado de los MacBook, el aleteo de una mariposa que causó un tsunami en Cupertino
LaserDisc, el CD que no vio venir el DVD
Las batallas entre formatos son tan antiguos como la propia tecnología. Tal vez uno de los más famosos fue el enfrentamiento entre VHS y Betamax, pero al menos en este caso ambos formatos tuvieron el suficiente recorrido como para que los recordemos a ambos. En cambio, ¿alguien se acuerda de los discos LaserDisc?
Los LaserDisc fueron una especie de CD gigantes que medían unos 30 cm de diámetro y servían de soporte para películas en una definición superior a la que a finales de los años 90 ofrecía el VHS como formato dominante.
Aunque el LaserDisc ofrecía una aparente superioridad técnica con respecto al VHS, el producto no terminó de cuajar entre el gran público por los inconvenientes que presentaba, todo ello a pesar de los esfuerzos de marcas como Philips y Pioneer, principales impulsores del soporte.
Cada disco LaserDisc era grande como un vinilo y pesaba unos 250 gramos, lo cual no invitaba a su transporte. Además, tenía serias limitaciones de capacidad ya que solo permitía almacenar entre 30 y 60 minutos de vídeo, por lo que era habitual que una película ocupara las dos caras del disco, que tenías que parar para voltear e incluso cambiar de disco en algunos casos. Otro de los grandes escollos fue su precio. Cada uno de estos discos podía costar el equivalente a 60 euros a finales de los años 90.
La llegada del DVD puso el último clavo en el ataúd de los LaserDisc condenándolos al olvido de los fracasos tecnológicos que prometían ser grandes revoluciones, pero que pasaron sin pena ni gloria.
Sega Activator: como la Nintendo Wii, pero mal
Hubo un tiempo en el que Sega fue referente en la industria del entretenimiento, y sus proyectos se convertían en superventas, aunque algunos de ellos también se recordarán como estrepitosos fracasos tecnológicos.
Alguien en la Sega de 1990 tuvo la genial ocurrencia de captar los movimientos reales de los jugadores y utilizarlos para mover a los personajes de los videojuegos. ¿Os suena, no? Una Wii en toda regla, pero 16 años antes de que la consola de Nintendo viera la luz.
El resultado final fue un dispositivo octogonal que se situaba en el suelo delimitando el área en la que debía moverse el jugador. De esta estructura salían una serie de rayos infrarrojos que se proyectaban hacia el techo que el jugador interrumpía con sus movimientos.
De ese modo, en función de la altura y la dirección en la que se interrumpía el infrarrojo, el sistema sabía si se había movido una pierna o un brazo y en qué dirección, lo cual la consola Sega Mega Drive de la época interpretaba como la pulsación de un botón del mando.
El problema es que era un accesorio muy caro, voluminoso y con serios problemas con el mundo real ya que no funcionaba bajo determinadas condiciones de luz, cerca de un ventilador de techo, una lámpara o una simple viga en el techo.
Sega intentó comercializar el Activator como un simulador para sus juegos de artes marciales, aunque en realidad, juegos como Mortal Kombat o Comix Zone eran mucho más difíciles de jugar con el Sega Activator que con el mando de la consola.
Tras unos meses a la venta, Sega reconoció su fracaso y retiró el Sega Activator del mercado convirtiéndolo así en una rara pieza tecnológica de coleccionista que prometió revolucionar la forma de jugar, pero que acabó acumulando polvo en las estanterías de las tiendas.
Virtual Boy, la consola más fugaz de Nintendo
Sin paliativos. Virtual Boy puede ser uno de los mayores fiascos de Nintendo de todos los tiempos. Probablemente, uno de los principales motivos de su fracaso fue que no se trataba de un dispositivo portátil, como la Game Boy, ni una consola de sobremesa como la NES.
En 1995, el concepto de Virtual Boy pretendía explotar el tirón de las películas de la época en las que la realidad virtual ganaba protagonismo. Para ello diseñarían un dispositivo similar a unas gafas de realidad virtual con doble pantalla como las que usamos en la actualidad, pero con un volumen muy superior y un peso cercano a los 750 gramos, por lo que no podían colocarse directamente sobre la cara y debía usarse apoyado sobre una mesa.
El jugador miraba por el visor y podía jugar a juegos en 3D gracias al efecto de profundidad que se obtenía con el ajuste de las dos pantallas, pero con la limitación añadida de contar con gráficos en solo dos colores: negro y rojo.
Además, Virtual Boy utilizaba seis pilas pequeñas que no ofrecían demasiada autonomía, lo cual le restaba opciones de movilidad. Su precio, de unos 180 dólares de la época, tampoco ayudó a su éxito comercial.
Ser un dispositivo que no podía conectarse a una pantalla externa en casa, que no se transportaba fácilmente, ni ofrecía una buena autonomía dejó a la Virtual Boy en tierra de nadie, en la que no tenía el sentido de jugar en cualquier lugar que atesoraba la Game Boy, ni el de jugar desde el sofá de casa de la Nintendo NES.
Virtual Boy solo se comercializó en Japón y Estados Unidos ya que el escaso éxito en esos mercados hizo a Nintendo desistir de iniciar una ofensiva europea y, finalmente, lo retiró de la venta en 1996. Un año después de su lanzamiento.
Televisores 3D: mareos, poco contenido y un precio elevado
La tecnología de imagen en 3D aplicada al cine trajo consigo uno de los mayores desastres comerciales de la década pasada: los televisores 3D.
Los departamentos de marketing de los principales fabricantes de televisores aprovecharon el éxito de la película Avatar, un auténtico bombazo en las taquillas de todo el mundo grabada con tecnología 3D para convencer a los usuarios de que podrían tener la misma experiencia en su casa cambiando su viejo televisor por uno con tecnología 3D.
La realidad no era tan optimista como la pintaban los responsables de marketing y los televisores 3D debían enfrentarse a una serie de inconvenientes para el usuario.
El primero de ellos es que la visión de contenido en 3D podía causar mareos, dolor de cabeza y fatiga ocular a muchos usuarios ya que nuestro cerebro no está habituado a ese tipo de visión. Además, se necesitaban unas gafas adicionales que eran pesadas e incómodas para quienes no usaban gafas, y una auténtica pesadilla para quienes ya usaban unas gafas graduadas.
La industria cinematográfica tampoco puso demasiado entusiasmo en crear contenido en 3D ya que el coste de grabar una película en 3D era muy superior a hacerlo con cámaras convencionales, por lo que tampoco existía una oferta demasiado extensa en lo referente a contenido.
El precio de los televisores también estaba muy por encima de la media con respecto a televisores convencionales. Todos estos inconvenientes fueron haciendo mella en las ventas de televisores 3D hasta que finalmente desaparecieron por completo de los catálogos de los fabricantes.
Hoy son ya pocos los que se acuerdan de los televisores 3D y cuando lo hacen es para recordar que este fue uno de esos inventos que terminaron en un estrepitoso fracaso tecnológico.
Google Nexus Q, el primer fiasco en hardware de Google
Google ha dado momentos de gloria a la innovación tecnológica, pero también ha fracasado estrepitosamente en algunos de sus proyectos que, si bien se anunciaban como una revolución en el consumo de contenido, finalmente ni siquiera vieron la luz más que en un puñado de prototipos.
Es el caso de Google Nexus Q, una Android Box con un diseño circular inquietante y atractivo que allá por 2012 pretendía convertirse en el primer reproductor de streaming multimedia y social. El resultado final fue uno de los mayores fracasos de Google en el desarrollo de hardware.
Uno de los principales problemas fue que Google limitó el uso del Nexus Q solo a sus servicios, es decir, podía gestionar las listas de reproducción de Google Música, y enviar contenido en streaming de YouTube o Google Películas a un televisor, pero no soportaba Spotify o Netflix que ya se posicionaban como referentes del mercado del streaming de contenidos.
Otra de las limitaciones del Nexus Q es que solo era compatible con Android y tenía un precio de 299 dólares. Excesivo para las limitadas prestaciones del dispositivo que, en un sentido práctico, Google Nexus Q podía sustituirse por cualquier smartphone Android.
A pesar de que Google consiguió convencer a algunos usuarios que reservaron sus Nexus Q antes de su lanzamiento, este nunca se llegó a completar ya que los de Mountain View aplazaron primero su salida a la venta para posteriormente cancelarla definitivamente.
Por suerte para los usuarios, Google aprendió la lección y la experiencia fallida de Nexus Q le sirvió para hacer las cosas bien con Chromecast, un dispositivo que hacía exactamente lo mismo que Nexus Q, pero con un rango de aplicaciones muy superior y un precio mucho más asequible.
Google Glass: cuando la privacidad perdió frente a la innovación
El estrepitoso fracaso de Google Nexus Q no sirvió para evitar otro de los sonados fiascos en el desarrollo de hardware de Google. Las Google Glass prometía una nueva forma de entrelazar la vida real con la digital, pero su elevado precio y sus conflictos con la privacidad de terceros terminaron por enterrar definitivamente el proyecto.
Las Google Glass eran unas gafas que proyectaban información sobre uno de sus cristales, de forma que el usuario podía ver información sobre su entorno en tiempo real que obtenía de los servicios de Google.
Desde los controles táctiles ubicados en una de las patillas de las gafas el usuario podía navegar por los distintos menús de las gafas y hacer fotos e incluso grabar vídeos. Esta sería una de las funciones más controvertidas de las Google Glass y que probablemente lastró todo el proceso de lanzamiento hasta enterrarlo bajo una montaña de demandas por privacidad.
Google se resistió durante varios años a abandonar un proyecto que nació con un espíritu demasiado elitista ya que solo estaban disponibles para desarrolladores y personas seleccionadas por Google.
Tras varios intentos de revitalización del proyecto Google decidió dejarlo en un segundo plano y, aunque se desconoce si todavía se encuentra en activo, desde 2017 no se ha vuelto a saber nada de ellas.
AirPower: Apple vendió la piel antes de cazar al oso
No debe ser muy complicado hacer una base inalámbrica para cargar el móvil y el reloj ¿no? Tras estas palabras, que probablemente se pronunciaran en más de una ocasión en el departamento de marketing de Apple, se encierra uno de los mayores fracasos tecnológicos recientes de Apple.
Durante la presentación del iPhone X la marca anunciaba “el lanzamiento” de una base de carga que permitía cargar simultáneamente y de forma inalámbrica el smartphone recién presentado, sus Apple Watch y los auriculares inalámbricos AirPods.
Durante esa presentación incluso se mostraron prototipos operativos y la marca esperaba poner a la venta la base de carga solo unos meses más tarde. Ese lanzamiento fue aplazándose en reiteradas ocasiones hasta que en 2019 finalmente se dio carpetazo al asunto ante la imposibilidad de salvar los problemas de calentamiento que podían dañar los dispositivos.
En cualquier caso, siempre es mejor tragarse el orgullo al cancelar un proyecto anunciado a bombo y platillo, que asumir el perjuicio que un producto defectuoso o mal diseñado puede ocasionar a la marca de la manzana. Ni siquiera la todopoderosa Apple está libre de hacer alguna pifia de tanto en tanto.
Magic Leap, la eterna promesa que nunca llega
La realidad aumentada vivió una importante burbuja hace algunos años y muchos de aquellos proyectos se quedaron en una gran nube de humo que se desvanece poco a poco. Uno de los proyectos más ambiciosos fue Magic Leap, unas gafas de realidad aumentada con funciones similares a las que ya ofrecían las Hololens de Microsoft.
Su proyecto era tan ambicioso que convenció a Google, que invirtió una importante suma en esta empresa, a pesar de que poco se sabía de este proyecto. La compañía registraba patentes de alto nivel y dejaba entrever periódicamente algunas imágenes que apuntaban a una tecnología realmente innovadora, pero nada tangible.
El proyecto prometía funciones que era imposible implementar en los prototipos finales aplazados hasta el límite y las unidades apalabradas apenas llegaban para cubrir gastos. De las 100.000 unidades que esperaba vender en 2019, finalmente solo vendieron 6.000 unidades.
La propia compañía reconoció que sus informes estaban “plagados de imprecisiones y declaraciones engañosas" que podrían haber inflado las expectativas que se habían depositado sobre las gafas de realidad aumentada de Magic Leap.
Ante semejante fracaso, la compañía ha prescindido de los servicios de parte de la cúpula directiva y ha despedido a docenas de trabajadores. En estos momentos el proyecto de Magic Leap parece haber hecho pie en la realidad y ofrece unas expectativas menos elevadas para su segunda versión que puede tardar años en ver la luz.
El de Magic Leap es uno de los casos más claros de hype tecnológico que finalmente termina en simple humo en suspensión durante su presentación
Teclado de los MacBook, el aleteo de una mariposa que causó un tsunami en Cupertino
Cerramos esta selección de grandes pifias tecnológicas con una que todavía puede traerle muchos problemas a sus protagonistas. Hablamos del tristemente popular teclado de mariposa que Apple integró en sus portátiles.
Junto al trackpad, una de las características más apreciadas de los portátiles de Apple es el tacto de su teclado. En 2012, Apple decidió actualizar el mecanismo de sus teclados creando un nuevo sistema de accionado para sus teclas y lo integró en su nuevo MacBook de 12 pulgadas.
Este nuevo mecanismo de mariposa ocupaba menos espacio, por lo que podían crearse portátiles algo más delgados, a costa de un tacto más duro y un teclado más ruidoso e incómodo de usar.
En 2016 este teclado se introdujo también en los MacBook Pro y ahí es donde empezaron los dolores de cabeza para la marca. Algunas teclas dejaban de funcionar o directamente marcaban dos letras a la vez, cuando no se quedaban directamente bloqueadas.
La marca negó la mayor y trató de capear el temporal alegando que era un problema de suciedad e instaba a los usuarios a limpiar bien el teclado usando aire comprimido, algo que se demostró ineficaz ya que los problemas persistían y los usuarios se veían obligados a pagar una importante suma de dinero por sustituir el teclado de sus nuevos MacBook.
MacBook Pro de 16" con Intel Core i7
El nuevo MacBook Pro cuenta con un Intel Core i7 de 9ª Generación y 16GB de memoria RAM, además de las tarjetas gráficas más potentes usadas por Apple hasta la fecha.
Cómpralo al mejor precio
Apple no cejó en su empeño desarrollando hasta cuatro “evoluciones” del teclado mariposa, cada una con sus correspondientes problemas de fiabilidad, lo cual obligó a la marca a ofrecer un servicio de garantía adicional que cubría el reemplazo del teclado de los MacBook de forma gratuita.
Finalmente, Apple ha reconocido su fracaso con el teclado de mariposa y los nuevos MacBook Pro de 16 pulgadas vuelven a incluir un diseño de teclado de tijera que tantas alegrías ha dado a los usuarios de portátiles Apple.
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