Nadie duda de que para
aprender cualquier idioma lo mejor es la inmersión lingüística.
Practicarlo, escucharlo, emplearlo de la manera más natural posible. Es
lo que creen en el Instituto Politécnico de Rensselaer, en Nueva York, que ha diseñado un sistema único: crear un aula inteligente con realidad aumentada e inteligencia artificial para que los alumnos estudien chino mandarín.
Este proyecto, desarrollado por IBM Research, es el debut académico de una nueva generación de aulas que combinan inteligencia artificial y otras tecnologías de vanguardia para brindar una experiencia de aprendizaje de idiomas similar a la de estudiar en el extranjero, sin necesidad de viajar. Los estudiantes se desenvolverán como si estuvieran practicando chino mandarín por las calles de Pekín.
Una enorme pantalla panorámica de 360 grados crea la sensación de que los usuarios se encuentran realmente en medio de un restaurante o un mercado callejero chino. Escenas que, en realidad, están generadas por un ordenador. La inteligencia artificial permite que el sistema comprenda el lenguaje y que los estudiantes puedan conversar con los personajes que aparecen en las escenas. Personajes animados que se convierten en profesores de chino, que corrigen el acento o hacen recomendaciones o criticas sobre sus compras.
Para participar en este curso, que dura seis semanas, no se necesita tener ningún tipo de conocimiento de esta lengua. Sólo 25 afortunados podrán disfrutar de esta experiencia inmersiva que pone la tecnologia al servicio de la educación.
“En Rensselaer, estamos transformando la educación y redefiniendo el ambiente de aprendizaje fomentando la comprensión global. Convertirnos en pioneros en el uso de aulas inmersivas inteligentes es una muestra de nuestro esfuerzo en ese sentido”, asegura la presidenta de Rensselaer, Shirley Ann Jackson. "El Proyecto Mandarin puede ser el primero de muchas aplicaciones para estas salas inmersivas que tendrán aplicaciones en muchos otros campos, incluidos los negocios, la medicina y la respuesta a emergencias”.
Este proyecto, desarrollado por IBM Research, es el debut académico de una nueva generación de aulas que combinan inteligencia artificial y otras tecnologías de vanguardia para brindar una experiencia de aprendizaje de idiomas similar a la de estudiar en el extranjero, sin necesidad de viajar. Los estudiantes se desenvolverán como si estuvieran practicando chino mandarín por las calles de Pekín.
Una enorme pantalla panorámica de 360 grados crea la sensación de que los usuarios se encuentran realmente en medio de un restaurante o un mercado callejero chino. Escenas que, en realidad, están generadas por un ordenador. La inteligencia artificial permite que el sistema comprenda el lenguaje y que los estudiantes puedan conversar con los personajes que aparecen en las escenas. Personajes animados que se convierten en profesores de chino, que corrigen el acento o hacen recomendaciones o criticas sobre sus compras.
Para participar en este curso, que dura seis semanas, no se necesita tener ningún tipo de conocimiento de esta lengua. Sólo 25 afortunados podrán disfrutar de esta experiencia inmersiva que pone la tecnologia al servicio de la educación.
“En Rensselaer, estamos transformando la educación y redefiniendo el ambiente de aprendizaje fomentando la comprensión global. Convertirnos en pioneros en el uso de aulas inmersivas inteligentes es una muestra de nuestro esfuerzo en ese sentido”, asegura la presidenta de Rensselaer, Shirley Ann Jackson. "El Proyecto Mandarin puede ser el primero de muchas aplicaciones para estas salas inmersivas que tendrán aplicaciones en muchos otros campos, incluidos los negocios, la medicina y la respuesta a emergencias”.
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