lunes, 8 de febrero de 2016

Cómo las obsesiones de Larry Page se convirtieron en Google

Cómo las obsesiones de Larry Page se convirtieron en Google
Hace tres años, Charles Chase, un ingeniero que encabeza el programa de fusión nuclear de Lockheed Martin, estaba sentado en un sofá de piel blanco en la conferencia Solve for X de Google cuando un hombre al que nunca había visto antes se puso en cuclillas para hablarle.
Durante 20 minutos, hablaron sobre el tiempo, el dinero y la tecnología que separaban a la humanidad de una fusión sostenible ─es decir, de cómo producir energía limpia al imitar la energía solar─ hasta que finalmente Chase pensó que debía preguntarle su nombre a aquel hombre.
“Soy Larry Page”, dijo el hombre. Chase se dio cuenta de que había estado conversando con el multimillonario cofundador y director general de Google.
“No tenía ninguna pretensión que le impidiera hablar conmigo ni tampoco me hizo sentir como si estuviera hablando con una celebridad”, recuerda Chase. “Simplemente hablamos”.
Larry Page no es el típico director general y podría decirse, con razón, que no luce para nada como uno. Los líderes corporativos tienden a invertir una enorme cantidad de tiempo en conferencias para inversionistas o en presentaciones de nuevos productos. Page, de 42 años, no ha atendido una llamada para hablar de ganancias desde 2013 y la mejor manera de encontrarlo en Google I/O (la reunión anual en la que la compañía da a conocer sus nuevos productos) es alejarse del escenario principal y seguir a los fanáticos y cazadores de autógrafos que lo asedian en cuanto se asoma por la puerta.
Pero que no esté ante la mirada pública no quiere decir que sea un ermitaño. Page asiste con frecuencia a conferencias sobre robótica y reuniones intelectuales como TED. Los científicos dicen que es común que asista a las diversas reuniones académicas de Google, como Solve for X y Sci Foo Camp, donde se le puede ver charlando sobre tecnología o dando consejos a emprendedores.
Un prototipo de automóvil que desarrolla la división de Google X.
Un prototipo de automóvil que desarrolla la división de Google X.
Page está lejos de ser el primer jefe de Silicon Valley con ansias intelectuales de conocer el mundo pero, a diferencia de la mayoría de sus colegas, ha invertido en ello mucho más que en la actividad principal de su empresa, y en muchas formas ha convertido esas ansias en un reflejo de sus fascinaciones personales.
Ahora trata de llegar todavía más lejos con Alphabet, un grupo empresarial que separa los varios negocios millonarios de publicidad de Google de la lista de proyectos especulativos, como los autos sin conductor que capturan la imaginación pero no generan mucho dinero. Las empresas e inversiones de Alphabet incluyen disciplinas que van desde la biotecnología a la generación de energía, los viajes al espacio, la inteligencia artificial y la planeación urbana.
Los inversionistas podrán ver en detalle el alcance de estas ambiciones el primero de febrero, cuando la compañía divulgue por primera vez, a través de su informe de utilidades del cuarto trimestre, los costos y ganancias del conjunto de proyectos que están fuera de la actividad principal de Google.
Como director general de Alphabet, Page tiene la tarea de idear cómo invertir las ganancias multimillonarias en publicidad de Google en nuevas compañías e industrias. Cuando anunció la reorganización el verano pasado, dijo que él y Sergey Brin, el otro fundador de Google, harían esto al encontrar gente y tecnologías nuevas en las cuales invertir, y al mismo tiempo reducirían Google (ahora Google Inc., una subsidiaria de Alphabet) para que sus líderes pudieran tener más autonomía.
“En general, nuestro modelo es tener a un director general fuerte a cargo de cada negocio, y Sergey y yo estaremos a su servicio cuando sea necesario”, escribió Page en una carta dirigida a los inversionistas. Agregó que él y Brin elegirían a esos directores generales, supervisarían sus logros y determinarían su remuneración.
El director general de Google Inc., Sundar Pichai, hoy está a cargo de la administración diaria de la compañía.
El director general de Google Inc., Sundar Pichai, hoy está a cargo de la administración diaria de la compañía.
La administración diaria de Google quedó en manos de Sundar Pichai, el nuevo director general. Su trabajo no será prevenir el cáncer ni lanzar naves espaciales, sino mantener la maquinaria publicitaria de Google a todo vapor para continuar innovando en áreas emergentes como el aprendizaje automático y la realidad virtual, y hará todo eso mientras ayuda a la compañía a sortear un puñado de problemas regulatorios que podrían extenderse por años.
Ahora Page deberá desempeñarse al mismo tiempo como buscador de talento y visionario tecnológico. Aún tiene que encontrar a los directores generales de las otras empresas de Alphabet.
Page ha dicho en varias ocasiones que pasa una buena parte de su tiempo informándose sobre nuevas tecnologías, poniendo especial interés en el tipo de obstáculos financieros o logísticos que impiden su invención o realización.
Su presencia en todos los eventos tecnológicos, aunque solo ocupe una minucia de su tiempo, es una prueba de la misión de búsqueda de grandes ideas que absorbió parte de su vida desde hace tiempo, pero que ahora se ha convertido en su principal actividad.
En la carta a los inversionistas, Page lo describió de esta forma: “Sergey y yo nos hemos tomado en serio la tarea de emprender cosas nuevas”.

El interés en las cosas geniales

Page siempre ha tenido un sinnúmero de intereses. Cuando estudiaba en la Universidad de Michigan, trabajaba en autos solares y sintetizadores musicales, y una vez propuso a la escuela construir un tranvía en el campus. Ingresó al programa de doctorado en ciencias de la computación de Stanford en 1995 y tenía una lista inicial de ideas de investigación, que incluían los automóviles autónomos y el uso de los diversos hipervínculos en la red para mejorar las búsquedas. Su asesor de tesis, Terry Winograd, le aconsejó optar por la segunda opción.
“Incluso antes de llegar a Stanford, él estaba interesado en las increíbles cosas técnicas que se podían hacer”, asegura Winograd. “Los enormes desafíos técnicos son lo que atraen su atención. No es la meta lo que le importa, sino el camino”.
Sergey Brin, cofundador de Google, posa con un par de Google Glass. Brin trabaja con Page en encontrar gente y tecnologías nuevas en las cuales invertir.
Sergey Brin, cofundador de Google, posa con un par de Google Glass. Brin trabaja con Page en encontrar gente y tecnologías nuevas en las cuales invertir.
En Google, se le conoce por hacer muchas preguntas a las personas sobre el trabajo que hacen y cuestionarlos por qué suponen que las cosas son como son. En una entrevista en el Fortune Global Forum del año pasado, Page dijo que disfrutaba hablar con la gente a cargo de los centros de datos de la empresa.
“Les pregunto, por ejemplo: ‘¿Cómo funciona el transformador? ¿Cómo llega la energía? ¿Cuánto pagamos por eso?’”, comenta. “Y reflexiono en ello como emprendedor y también como hombre de negocios. Y estoy pensando: ‘¿Cuáles son las oportunidades?’”
Otra pregunta que le gusta hacer es: “¿Por qué no puede ser más grande?”
Page rechazó hacer comentarios en varias ocasiones, y la mayoría de la gente que habló de él solicitó el anonimato porque se supone que no deben hablar de asuntos internos de la empresa.
Muchos exempleados de Google que trabajaron directamente con Page dijeron que su forma de administrar era tomar las nuevas tecnologías y productos, y llevarlos a tantas áreas como fuera posible. ¿Por qué Google Now, la herramienta de investigación predictiva de Google, no puede usarse para predecir todo sobre la vida de una persona? ¿Por qué crear un portal para comprar seguros si puedes crear uno para comprar cualquier producto del mundo?
Pero el éxito corporativo significa expansión corporativa y, recientemente, Google ha visto cómo varios de sus ingenieros y otros empleados se han ido con rivales más jóvenes como Facebook y empresas emergentes, como Uber. Page ha hablado en persona con algunos de ellos y, al menos en los casos más recientes, ha dicho sentirse preocupado porque la compañía se ha vuelto un lugar hostil para los emprendedores, según le ha contado la gente con la que se ha reunido.
Consolas de wifi de LinkNYC, un producto de Sidewalk Labs, una compañía propiedad de Google.
Consolas de wifi de LinkNYC, un producto de Sidewalk Labs, una compañía propiedad de Google.
Parte del discurso de Page incluye enfatizar su enorme dedicación a los moonshots, proyectos ambiciosos emanados principalmente de Google X, como los viajes interplanetarios, o darles tiempo y dinero a los empleados para que desarrollen sus propios proyectos. Al dividir a Google en Alphabet, Page espera que se vuelva una plataforma mucho más amigable para que los empleados construyan nuevos negocios, así como para posibles objetivos de adquisición.
Además, hizo a un lado todas aquellas molestias aburridas, pero necesarias, relacionadas con la dirección de una gran empresa. Varios exempleados de Google dijeron que como director general, Page se encontraba en medio de varias guerras de posicionamiento; por ejemplo, cómo integrar a Google Plus, el área encargada de los esfuerzos en redes sociales de la empresa, con otros productos como YouTube, o dónde poner a Google Now, que se encontraba en el equipo de Android, pero se envió al grupo de búsquedas.
De acuerdo con los exempleados, tales disputas son una de las principales razones por las que Page se ha deslindado de deberes administrativos y ha delegado la totalidad de la supervisión de su producto a Pichai. En un memorándum de 2014 en el que se anunciaba el ascenso de Pichai como director de producto, Page dijo que esta decisión le permitiría “concentrarse en el panorama general” en Google y tener más tiempo para que la próxima generación de grandes apuestas de la empresa tuviera éxito.
La gente que ha trabajado con Page comenta que trata de cumplir con su programa de actividades, evita tener reuniones consecutivas y se da tiempo para leer, investigar y ver tecnologías que le interesan.
Dado que tiene una fortuna de 40.000 millones de dólares y creó el sitio web más famoso del mundo, Page tiende a atraer multitudes cuando asiste a eventos de tecnología. El año pasado, en el Darpa Robotics Challenge, un asesor, que a ratos fungía como intercesor entre el empresario y los aspirantes a fotógrafos de celular, lo seguía de cerca. Esta conmoción fastidiaría a cualquiera, pero es en especial molesta para Page, cuya voz es apenas audible y a veces debe usar micrófono en reuniones de pocas personas debido a problemas en las cuerdas vocales.
En su casa de Palo Alto, Page trata de llevar una vida normal en la medida de lo posible: lleva a sus hijos a la escuela o asiste con toda su familia a ferias callejeras locales, según cuentan personas que lo conocen o lo han visto en eventos de este tipo.
Y en Google, incluso los eventos que tienen la firme intención de no ser normales aspiran a un cierto tipo de naturalidad. Camp, por ejemplo, es un evento exclusivo y secreto que Google celebra en un hotel en Sicilia, entre cuyos asistentes se encuentran Elon Musk, director general de Tesla Motors y SpaceX; Lloyd C. Blankfein, director general de Goldman Sachs, y el diseñador de modas Tory Burch.
Un globo del Proyecto Loon
Un globo del Proyecto Loon
Un asistente, que solicitó permanecer en el anonimato debido a que se supone que los invitados no deben hablar sobre esta reunión, recuerda su sorpresa al ver la cantidad de tiempo que Page estuvo con sus hijos.
En público, Page ha hablado sobre la influencia que tuvo su padre, Carl V. Page, un profesor de ciencias de la computación en la Universidad Estatal de Michigan que falleció en 1996, en su elección de carrera.
“Mi padre tenía un gran interés en la tecnología”, dijo Page en Google I/O en 2013, la última vez que habló ante la audiencia. “De hecho, una vez mi familia y yo recorrimos todo el país en auto para ir a una conferencia de robótica. Y cuando llegamos, pensó que era muy importante que su hijo pequeño fuera a la conferencia; es una de las pocas veces en que lo vi discutir con alguien para que le permitieran el acceso a un menor de edad, y ese era yo”.
La gente que trabaja con Page, o que ha hablado sobre él en conferencias, afirma que hace todo lo posible por pasar inadvertido y, la mayoría de las veces, los grupos más pequeños de selectos asistentes a las reuniones académicas y científicas de Google tienden a tratarlo de igual a igual.
El alcance de su curiosidad se hizo evidente en el Sci Foo Camp, una conferencia anual solo por invitación patrocinada por Google, O’Reilly Media y Digital Science.
La “no conferencia” improvisada comienza cuando cada uno de sus asistentes ─un ecléctico conjunto de astrónomos, psicólogos, físicos, entre otros─ escribe algo que le resulta interesante en una tarjeta y después la pega en un muro ante los ojos de todos. Esas notas dan pie a conversaciones sobre temas como la ética científica o la inteligencia artificial.
La conferencia más reciente se llevó a cabo durante un fin de semana de junio en la sede de Google de Mountain View, California, y Page estuvo presente la mayor parte del tiempo. No condujo el evento ni dio una conferencia, pero se le vio entre la gente y asistió a las charlas como cualquier otra persona. Eso impresionó a los inversionistas y científicos en computación que no esperaban verlo mucho, pero los investigadores que no pertenecían a Silicon Valley apenas lo notaron.
“Tengo el vago recuerdo de que una persona que era el fundador andaba caminando entre la gente”, dijo Josh Peek, astrónomo asistente en el Space Telescope Science Institute de Baltimore.
Otro de los beneficios que tienen esas reuniones para el reservado Page es que, por lo general, son a puerta cerrada para los medios.
Un termostato de Nest.
Un termostato de Nest.

Un pensador a futuro

Cuando Page habla en público, tiende a ser optimista sobre el futuro y el deseo de Google de ayudar a la humanidad. Al cuestionarle sobre temas actuales, como por qué las aplicaciones móviles son un desafío para internet o cómo los bloqueadores de anuncios están afectando a Google, tiende a restarle importancia a la pregunta con respuestas como: “Ese tema lleva mucho tiempo en el aire”.
Recientemente, Page ha hablado más sobre cómo las empresas con fines de lucro pueden ser una fuerza a favor del bien social y el cambio. Durante una entrevista de 2014 con Charlie Rose, el cofundador de Google comentó que en lugar de una organización sin fines de lucro o filantrópica, prefería dejar su dinero a un emprendedor como Elon Musk.
Por supuesto, tras cada declaración que Page emite sobre la benevolencia tecnocorporativa de Alphabet, podemos encontrar a muchos competidores y defensores de la privacidad haciendo una mueca de indignación. Las compañías tecnológicas como Yelp han acusado a Google de actuar como un monopolio brutal que hace uso del dominio de su herramienta de búsqueda para llevar a los consumidores hacia los servicios de Google, incluso si eso significa limitar la información que reciben los usuarios.
En términos financieros, Page no podría dejar su puesto de director general de Google en mejor momento. Las ganancias de la empresa siguen creciendo alrededor de un 20 por ciento anual, una cifra sorprendente para cualquier negocio, pero en especial para uno que, al paso que va, generará aproximadamente 60.000 millones de dólares este año.
De hecho, el problema con la actividad principal de la empresa parece ser que le está yendo demasiado bien. Google enfrenta acusaciones sobre prácticas monopólicas en Europa, además de ser investigada en la Unión Europea y Estados Unidos. Pero ahora son problemas de los que debe ocuparse Pichai, ya que Page está en busca de su próxima gran empresa.
Es difícil imaginar cómo hasta la persona más ambiciosa puede tener la esperanza de revolucionar tantas industrias. Y Page, sin importar lo inteligente que sea, no puede ser un experto en cada área donde Alphabet quiere incursionar.
Un lente de contacto con un chip inalámbrico.
Un lente de contacto con un chip inalámbrico.
Su método no es abiertamente técnico. En cambio, tiende a concentrarse en cómo hacer negocios de tamaño considerable de cada problema que esta o aquella tecnología puedan resolver. Leslie Dewan, una ingeniera nuclear que fundó una empresa que intenta generar electricidad barata a partir de desechos nucleares, también conversó brevemente con Page en la conferencia Solve For X.
Ella dijo que le hizo preguntas relativas a la fabricación modular y cómo encontrar a los empleados correctos.
“No tiene conocimientos sobre energía nuclear, pero sabe hacer las preguntas correctas”, dijo Dewan, directora general de Transatomic Power. “‘¿Has pensado desarrollar la fabricación de este modo?’ ‘¿Qué pasaría si hicieras la integración vertical de la empresa de esta manera?’ ‘¿Y si capacitaras a tu fuerza laboral así?’. No eran preguntas de física nuclear, pero era una forma muy razonada de ayudarme a estructurar la empresa”.
Dewan comentó que Page incluso le dio una idea con relación a una nueva oportunidad de mercado que no había considerado. Al preguntarle si podía ser más específica, se negó. La idea era demasiado buena para decirla.

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