Por Pedro Silva
Como si se embarcara en una travesía, el visitante que llega al pabellón de Uruguay en la Expo Milán 2015 hace una fila para entrar entre cilindros giratorios que destacan datos económicos, productivos, sociales y políticos del país. Basta girar para aprender.
El instituto Uruguay XXI es el responsable de la promoción del país en la muestra universal dedicada a la alimentación y las energías renovables, una apuesta a un planeta más saludable para sus habitantes. El pabellón fue obra del arquitecto Javier Díaz, del Instituto Nacional de Carnes (INAC).
Los encargados de recibir al público, que fueron elegidos entre uruguayos o hijos de uruguayos que viven en Italia, ofrecen un paseo por la cultura y gastronomía, a través de diversas herramientas tecnológicas.
Una experiencia cautivante es la posibilidad de recorrer Cabo Polonio o una bodega uruguaya a través de un lente "de realidad aumentada". Es un programa para un celular que se coloca en la parte delantera de los lentes.
En el caso de Cabo Polonio, considerado un sitio patrimonio de la Unesco, se trata de un viaje en el clásico camión con barandas, que atraviesa las dunas hasta llegar al faro y que luego se detiene y el viajero se queda a oscuras. Esa sensación se cambia al minuto por un cielo estrellado y la casa de los pescadores iluminadas en la noche del Cabo.
Es el preámbulo a subir una escalera, pasar una rampa que es un paisaje sonoro del país, y se sientan en una platea de dos filas para ver el corto de ocho minutos.
Es la historia de un abuelo italiano que emigró a Uruguay y que le cuenta a su nieto cómo era el país cuando llegó. Se puede ver, por ejemplo, un buey tirando un arado de mano que sostiene un hombre.
El relato del abuelo, y las imágenes que lo grafican, se van alternando con el Uruguay de ahora: la escuela pública con el Plan Ceibal, los parques eólicos, la investigación científica y todas las transformaciones que ha vivido el país para posicionarse como un proveedor de alimentos y servicios al mundo.
Antes salir del lugar hacia una gift shop (ver nota aparte), los visitantes pueden estampar su opinión en un pizarrón. "Divino Uruguay" y "Grazie", leyó El Observador Agropecuario.
Chiparelli contó que lo más vendido son las prendas de Manos del Uruguay, entre ellas, ruanas, bufandas, triángulos, pie de cama, mantas, cubre sofá, ponchos y gorros. Además, se pueden adquirir libros de la colección Panoramas, uno dedicado a Uruguay y otro a Punta del Este.
En publicaciones también tienen mucho éxito Nuestras recetas de siempre, de Hugo Soca, y 111 discos, una historia de la música uruguaya desde la década de 1950 en adelante. En sus páginas interiores hay códigos QR que permiten a los visitantes disfrutar en el celular de algunas canciones.
El pabellón de Uruguay en la Expo Milán 2015 funciona todos los días de 10 a 21, pero el director de Uruguay XXI, Antonio Carámbula, adelantó que el horario se extenderá con espectáculos musicales.
El instituto Uruguay XXI es el responsable de la promoción del país en la muestra universal dedicada a la alimentación y las energías renovables, una apuesta a un planeta más saludable para sus habitantes. El pabellón fue obra del arquitecto Javier Díaz, del Instituto Nacional de Carnes (INAC).
Los encargados de recibir al público, que fueron elegidos entre uruguayos o hijos de uruguayos que viven en Italia, ofrecen un paseo por la cultura y gastronomía, a través de diversas herramientas tecnológicas.
Una experiencia cautivante es la posibilidad de recorrer Cabo Polonio o una bodega uruguaya a través de un lente "de realidad aumentada". Es un programa para un celular que se coloca en la parte delantera de los lentes.
En el caso de Cabo Polonio, considerado un sitio patrimonio de la Unesco, se trata de un viaje en el clásico camión con barandas, que atraviesa las dunas hasta llegar al faro y que luego se detiene y el viajero se queda a oscuras. Esa sensación se cambia al minuto por un cielo estrellado y la casa de los pescadores iluminadas en la noche del Cabo.
Es el preámbulo a subir una escalera, pasar una rampa que es un paisaje sonoro del país, y se sientan en una platea de dos filas para ver el corto de ocho minutos.
Es la historia de un abuelo italiano que emigró a Uruguay y que le cuenta a su nieto cómo era el país cuando llegó. Se puede ver, por ejemplo, un buey tirando un arado de mano que sostiene un hombre.
El relato del abuelo, y las imágenes que lo grafican, se van alternando con el Uruguay de ahora: la escuela pública con el Plan Ceibal, los parques eólicos, la investigación científica y todas las transformaciones que ha vivido el país para posicionarse como un proveedor de alimentos y servicios al mundo.
Antes salir del lugar hacia una gift shop (ver nota aparte), los visitantes pueden estampar su opinión en un pizarrón. "Divino Uruguay" y "Grazie", leyó El Observador Agropecuario.
Las cooperativas y la celeste
El pabellón de Uruguay en la Expo Milán 2015 tiene una gift shop –tienda de regalos– que "promueve el trabajo de las cooperativas, como Manos del Uruguay, Olmos y Aguaclara", comentó a El Observador Agropecuario Alejandra Chiparelli, una uruguaya de 39 años, casada con un italiano y con un hijo, que vive en Italia desde hace seis años y ahora fue contratada para atender el local junto a otras personas.Chiparelli contó que lo más vendido son las prendas de Manos del Uruguay, entre ellas, ruanas, bufandas, triángulos, pie de cama, mantas, cubre sofá, ponchos y gorros. Además, se pueden adquirir libros de la colección Panoramas, uno dedicado a Uruguay y otro a Punta del Este.
En publicaciones también tienen mucho éxito Nuestras recetas de siempre, de Hugo Soca, y 111 discos, una historia de la música uruguaya desde la década de 1950 en adelante. En sus páginas interiores hay códigos QR que permiten a los visitantes disfrutar en el celular de algunas canciones.
El pabellón de Uruguay en la Expo Milán 2015 funciona todos los días de 10 a 21, pero el director de Uruguay XXI, Antonio Carámbula, adelantó que el horario se extenderá con espectáculos musicales.
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