Pese a estar confinados en casa, durante las próximas semanas deberemos estar más juntos que nunca. Y para permanecer unidos en los tiempos convulsos que corren las tecnologías serán nuestras particulares aliadas.
En la era de confinamiento, ese al que nos ha abocado irremisiblemente el coronavirus, estamos a merced de la denominada distancia social, un término de naturaleza más o menos nebulosa que de repente está en boca de todos.
A fin de poner coto al coronavirus debemos distanciarnos (físicamente) de los demás para evitar la propagación de la enfermedad (aun cuando no manifestemos ninguno de sus síntomas).
Bajo el yugo de la tan cacareada distancia social estaremos al menos entre 8 y 16 semanas (si no hay una segunda ola de coronavirus en la recta final del año).
Sin embargo, que estemos distanciados socialmente, en el plano meramente físico, no significa que haya menor cohesión social. Es más, pese a estar confinados en casa, durante las próximas semanas deberemos estar más juntos que nunca y hacer hincapié en nuestras similitudes y no tanto en aquello que nos separa.
Y para permanecer unidos en los tiempos convulsos que corren las tecnologías serán nuestras particulares aliadas. Se impone la denominada proximidad digital, una proximidad digital cuyas oportunidades en el plano marketero analiza Matthias Wesselmann en un artículo para W&V:
1. Distancia social ? Distanciamiento
El tan cacareado concepto de propósito, ese que ninguna marca puede permitirse el lujo de obviar en la actualidad, pivota en torno la creación de cohesión (a nivel externo e interno). Amenazados por el coronavirus, la cohesión nos concierne a todos, en particular cuando están involucrados grupos de alto riesgo como los mayores y el personal médico. Pero todos debemos arrimar el hombro en realidad, incluidas las empresas.
En vista de la situación actual las compañías deben adaptar su propósito al contexto social que vivimos a día de hoy y están obligadas a alinearse de manera cohesionada con dicho propósito. Todo comienza con los empleados y el último eslabón de la cadena son los consumidores y clientes.
Lo importante es este caso es no salirse jamás del camino inicialmente trazado y ajustarse a él de manera tan coherente como valiente.
2. Distancia social ?riesgo reputacional
La crisis desatada por el coronavirus puede traducirse en mayores niveles de confianza hacia las empresas, incluso si están alejadas físicamente de sus socios y sus clientes.
Para comunicarse rápida y ágilmente con sus socios y clientes (e inocularles los niveles necesarios de confianza) es extremadamente importante que las compañías asignen un "task force" para gestionar adecuadamente la crisis y lograr que los flujos de trabajo no se vean interrumpidos por la escasez de información.
La decisiones adoptadas por las empresas deben tomarse de manera absolutamente prístina y hacerse llegar de manera con presteza a los directamente concernidos.
Que una compañía actúe de manera responsable y transparente puede en último término reforzar la confianza depositada en ella.
3. Distancia social ? cancelaciones de eventos
Un elevado número de eventos se ha cancelado en los últimos días a lo largo y ancho del globo. Pero tales cancelaciones pueden ser contrarrestadas con experiencias digitales en forma de vídeo en directo, chats y el uso de la realidad aumentada y la realidad virtual.
Para las marcas es simultáneamente un desafío y una oportunidad traducir las experiencias directamente emparentadas con los eventos celebrados cara a cara en formatos digitales a modo de alternativa. Además, al ser 100% sostenibles, a tales formatos digitales les aguarda un próspero futuro por delante.
4. Distancia social ? "funnel" vacío de ventas
La pandemia en la que se ha trocado el coronavirus promete provocar una severa sangría en el plano económico. Con cientos de eventos cancelados o aplazados, muchas marcas temen ver vaciado su "funnel" de ventas.
Sin embargo, las campañas de "leads" que echan raíces en el content marketing pueden contener la hemorragia y seguir procurando oxígeno al "funnel" de ventas.
Formatos como los podcasts, los "whitepapers", los newsletters, los vídeos y los webinars convenientemente conectados con la automatización de "leads" y el "performance marketing" poco o nada tienen de nuevo, pero están ganando fuelle en tiempos en los que hay un merma en la proximidad física al consumidor.
5. Distancia social ? déficit de información
Para responder adecuadamente a las necesidades de su target y definir la tonalidad de su conversaciones con el consumidor, los marcas deben ser más certeras que nunca analizando pormenorizadamente los datos que llegan a sus manos (e incluso nutrirlos con datos procedentes de otras fuentes).
Que el análisis de datos se refuerce y se haga más inteligente (con la inestimable ayuda de la inteligencia artificial) es vital para adelantarse a los movimientos del consumidor y poder implementar análisis de naturaleza predictiva.
6. Distancia social ? paralización de la comunicación y la cultura
Puede que teatros, cines y salas de concierto estén cerradas a cal y canto, pero la cultura sigue muy activa apoyándose en los "live streamings", fenomenales para unir a la gene en torno a una buena causa y dar empaque a las experiencias digitales, vitales para las marcas que quieran sobrevivir en los meses venideros.
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