lavanguardia.com - Hace 22 horas .
Magic Leap es una compañía de Florida que, alejada de Silicon Valley, ha conseguido crear uno de los mejores productos de los últimos años. Fundada por el excéntrico Rony Abovitz, su primer producto del mercado, las Magic Leap One, prometen crear un...
Magic Leap es una compañía de Florida que, alejada de Silicon Valley, ha conseguido crear uno de los mejores productos de los últimos años. Fundada por el excéntrico Rony Abovitz, su primer producto del mercado, las Magic Leap One, prometen crear un antes y un después en el mundo de este tipo de visores. Después de probarlas, tenemos que darle la razón.
A pesar de que pocos productos hayan nacido con tanto entusiasmo y detracción irracional por partes iguales, Magic Leap One es un primer gran producto. Uno que se siente al probarlo como cuando apareció el primer iPhone. Ha habido gafas de realidad aumentada antes, pero ninguna que encontrase la pieza del puzzle que faltaba. Hasta ahora.
El secreto de las Magic Leap se trata del chip fotónico. Una tecnología patentada y re-patentada por la compañía que deja en tierra la calidad de los visores tradicionales basados en pantallas. Es un cristal capaz de modificar el espectro de luz antes de que llegue a nuestros ojos, de tal forma que vemos cosas diferentes a las que tenemos delante de nosotros mismos. Esta "magia" es la diferencia entre Magic Leap y el resto y lo que les ha conseguido 3.000 millones de dólares de inversión durante los últimos años, antes de tener un solo producto finalizado.
Es como si realmente las cosas estuvieran delante de nosotros porque no lo estamos viendo en una pantalla, lo estamos viendo directamente en nuestras retinas
Las gafas cuentan con una serie de cámaras que son capaces de detectar la forma de la habitación donde nos encontramos. De esa forma conocen las dimensiones exactas de todos los elementos que la componen. Si ven una mesa, su software sabe que puede haber cosas debajo, encima, o a los lados, pero no pueden atravesarla porque es un objeto sólido. Si un elemento virtual está situado detrás de una caja, una silla o un sofá, solo veremos las partes que sobresalgan. La difuminación es muy exacta y realista.
Realidad aumentada, mejor que la virtual
El campo de la realidad virtual lleva décadas con nosotros, a lo que se le suma un reciente resurgimiento gracias al avance de nueva tecnología. Este tipo de sensores permiten crear elementos virtuales que complementan y viven dentro del entorno real. Es decir: lo aumentan. Otro nombre muy usado también es el de realidad mixta, porque mezcla virtual con el escenario real.
La realidad virtual actual está basada en pantallas, y como tal, el ojo humano ve todos lo que se le presente a una distancia concreta: la que haya entre el pixel y el ojo. Esto puede crearnos una sensación de profundidad ficticia como cuando vemos una película en una pantalla, pero sigue siendo una pantalla. Elementos como Magic Leap o las HoloLens de Microsoft hacen que nuestro cerebro crea que el objeto está realmente a una distancia concreta de nuestro cuerpo. A corto y medio plazo hay vida para ambos sistemas, pero la realidad aumentada acabará imponiéndose por mera espectacularidad y usabilidad. Poder ver el mundo que nos rodea a la vez que los elementos virtuales es el punto ganador.
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