La última edición del CES-Las Vegas congregó a 3.500 exhibidores llegados de todos los rincones del mundo; un evento muy esperado (¡más de 170.000 asistentes!) que tradicionalmente puede presumir de anunciar en primicia los avances tecnológicos más relevantes para el consumidor (como fueron en su día el DVD, el blu-ray o la X-Box) y que este año no ha defraudado: innovación tecnológica para el coche, para el cuerpo, para la casa y para el móvil. No obstante, lejos de exhibir dispositivos y artilugios físicamente bonitos pero poco prácticos, el CES de este año se ha centrado en la usabilidad real de los objetos presentados, dedicados a realzar y optimizar nuestra rutina diaria.
Contra todo pronóstico para los que pensaban que la tecnología wearable es solo una moda pasajera, las propuestas presentadas en Las Vegas demuestran que llegó para quedarse. Lo más destacable es que los wearables se vuelven inteligentes. Ya no se conciben como meros recolectores de datos, sino que ofrecen conocimientos y recomendaciones para el usuario: cómo entrenar eficazmente, cómo prevenir la fatiga mental en el trabajo, etc. Con este contexto no sorprende que durante este año se espere que se despachen 111 millones de dispositivos wearable en el mundo.
Ya conocíamos el potencial de la realidad aumentada y la realidad virtual, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de dispositivos que se lanzarán este año (como HoloLens, Oculus Rift, la Playstation VR...). Desde el punto de vista publicitario esto tiene un enorme valor para la creación de contenidos, que pasará de lo convencional a lo inmersivo gracias a las cámaras esféricas y 3D capaces de transportar al público y hacerles vivir experiencias únicas.
La relación humano-automóvil parece evolucionar: igual que ocurrió en el pasado con el móvil o las apps, que ya forman parte de nuestras rutinas, las compañías de automoción ofrecen interesantes oportunidades para "subcontratar" determinados aspectos a la hora de conducir (música en streaming, reconocimiento de voz, etc.). De seguir así, el coche podría convertirse en el nuevo salón de casa, un lugar idóneo para ver películas o jugar a la consola.
El concepto de "hogar conectado" por fin es una realidad: En los últimos años hemos conocido muchas soluciones tecnológicas para el hogar que no han terminado de cuajar. Ahora por fin todas esas plataformas se unen para facilitarnos la vida. Lo más destacable es cómo emerge el reconocimiento de voz para dar instrucciones a objetos y servicios como encender la luz, abrir la nevera o hablar con alguien desde habitaciones distintas, lo que implica una estrecha colaboración entre hardware y software.
Por fin habrá contenidos en 4K. Tras el boom de la televisión Ultra HD, parece que por fin la última tecnología deja paso al contenido, con el firme compromiso de los principales operadores de emitir y generar contenidos que permitan sacarle el máximo partido. Además, se prevé una notable bajada de precios en estos televisores. Con todo ello, se estima que los encargos de televisiones 4K se dupliquen en EEUU durante este año, alcanzando los 12 millones.
En definitiva, el CES es un evento fascinante que confirma que ya no vale con presentar objetos físicamente atractivos capaces de almacenar millones de datos. Hoy por fin podemos hablar de la tecnología al servicio de las personas, de cómo ahora sí aporta valor y utilidad a nuestra vida cotidiana.
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