martes, 9 de diciembre de 2014

El Bellas Artes se comunica con su futuro

Comienzan las obras que permitirán el paso desde la estructura antigua del museo a la zona ampliada
La intervención, una de las últimas para encarar el nuevo destino de la principal pinacoteca asturiana, se prolongará durante unos días
PACHÉ MERAYO |  OVIEDO.

Las obras para unir los dos edificios que forman el Museo de Bellas Artes de Asturias comenzaron ayer. El Museo de Bellas Artes de Asturias vuelve a estar en obras. Esta vez obras de poca consideración, aunque mucha importancia. Ayer se inició una intervención que permitirá comunicar el edificio antiguo, a través de una nueva puerta, con el enorme espacio anexado como ampliación. Es decir un umbral que une el pasado y presente desde la casa de los Oviedo-Portal (una de las dos estructuras que suma el viejo museo, la otra es el palacio de Velarde), con el futuro de la pinacoteca. Y allí, a pie de obra, estuvo todo el día su director, Alfonso Palacio, supervisando el trabajo y tachando, por fin, de la lista de deberes uno de los que salió al paso cuando la segunda fase del proyecto se convirtió en un anhelo imposible, al menos por ahora. De hecho, esa nueva parte del proyecto incluía, precisamente, la transformación de las zonas que ahora quedarán unidas por esta puerta. Una solución que todos esperan sea solo provisional, ya que, cuando la crisis deje de azotar los presupuestos regionales se tratará de sacar adelante la totalidad del plan diseñado por el arquitecto Patxi Mangado.

De momento las obras, que se prolongarán solo unos días, se convierten en un paso adelante para la apertura en 2015 de los nuevos 4.387 metros cuadrados que pronto empezarán a recibir las primeras piezas de arte en sus paredes.

El proyecto museológico está por cerrar, pero Palacio ya tiene en la mente lo que cada sala albergará de las importantes colecciones regionales. Un fondo, que desde la llegada a la dirección del nuevo responsable, en julio del año pasado, se está poniendo en valor con una programación de actividades imparable. Conferencias, exposiciones, conciertos, cine, obras invitadas y programas educativos, entre otras cosas, que, según el propio Palacio, «han hecho que hayamos tenido uno de los mejores cursos de los últimos tiempos, con un incremento enorme de visitantes que en enero daremos a conocer».

Pero el objetivo fundamental no es solo que el centro de arte sume más visitantes, sino que los que vengan quieran volver y animen a otros a que lo hagan y para eso, uno de los objetivos principales es dar un salto cualitativo y permitir que el siglo XXI no sea un extraño en sus salas. Ni en lo que a lenguajes creativos se refiere, una muestra son las exposiciones de Ramón Isidoro, Tadanori Yamaguchi y actualmente de Avelino Sala, pero tampoco en lo que respecta a uso de las tecnologías. Un ejemplo es la conversión del Museo en el primer equipamiento de sus características en toda Europa con un programa en marcha que hace uso de las gafas Google glass.

Cabe recordar que con la ampliación duplica el espacio disponible hasta ahora. En sus salas se colgarán unas 220 obras de arte. Todas seleccionadas de la colección de maestros contemporáneos. Actualmente en todo el museo se exponen 450 piezas de las 15.000 que aguardan miradas en los almacenes.

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